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¿Por qué no quiere que se vea?
Si quiere hablarse de Fraude: México 2006, es imposible no comenzar refiriéndose en primera instancia al intento de censura ejercido incluso antes de que este documental hubiese siquiera sido terminado, de lo cual en su momento se habló, como en muchos otros espacios, en éste.
Asimismo, es inevitable hacer una estación en la segunda vuelta de dicho intento de censura, misma que ha sido y sigue siendo documentada, sobre todo en este diario. Entre avances o tráilers de la película escamoteados; carteles que no se fijaron en los espacios correspondientes a la entrada de los cines o que fueron instalados del peor modo posible; letreros ausentes o mal puestos en las marquesinas; predisposición inducida de jóvenes taquilleros que incitan a no verlo o buscan desalentar al espectador con francas mentiras, boletos equivocados y otras tretas pueriles; autosabotaje de proyecciones que son frenadas a media función, “problemas” de foco o de sonido, más la amenaza de sacarla al segundo fin de semana pese a un aforo más que positivo, el documental dirigido por Luis Mandoki y producido por Federico Arreola fue visto, sólo en su fin de semana debutante –momento clave para determinar la suerte de cualquier cinta en cartelera comercial--, algo así como por cien mil espectadores, en virtud de cuyo pago se recaudó en taquilla el equivalente a la mitad del costo de producción.
A estas alturas es muy factible que dicho costo se encuentre por debajo de lo ingresado en salas, lo cual no significa que sus hacedores la hayan librado en el sentido económico, pero sí que quien la exhibe ya está obteniendo buenas ganancias y, más importante aún, que por consiguiente la película tiene los monetarios argumentos que se le exigen para no ser sacada de circulación, como ha corrido el rumor que pretenden hacer una o más de las cadenas exhibidoras. Además de probar que nada han cambiado en México las conjuras políticas cuando el objetivo es evitar la difusión masiva de una película peligrosa –recuérdese La ley de Herodes , tratada con similares estratagemas--, este sainete recuerda la mucha razón que tenía Gramsci al afirmar que la derecha no tiene principios, sino únicamente intereses; en defensa de los cuales, según parece, bien puede prescindirse de las ganancias generadas por Fraude: México 2006 , a fin de cuentas simple morralla para quienes hicieron cuanto estuvo a su alcance para impedir que el público pudiera verla.
SIN EMBARGO LA VE
Foto: archivo La Jornada |
…y lo que ese público ve no es, por cierto, nada nuevo en sentido estricto, sino información que ha estado al alcance de cualquier persona medianamente atenta y enterada del acontecer político, siempre que dicha persona no tenga como fuente principal o exclusiva a la televisión y su lamentable espectáculo pseudonoticioso, preñado de loros que repiten, felices de que su patrón los utilice como carne de micrófono haciéndoles creer que son analistas políticos, lo que a ese patrón le conviene que machaquen un miércoles sí y otro también.
Los datos duros ofrecidos por el documental de Mandoki, tanto los históricos como los político-electorales, han sido periodísticamente documentados, de manera exhaustiva, por lo menos desde que comenzara el nauseabundo asunto del desafuero en contra de López Obrador. Asimismo, salvo las muy valiosas aportaciones testimoniales de al menos un par de decenas de videoastas, de quienes se tomó material grabado, buena parte de las imágenes que despliega el documental son también materia más o menos conocida. Algo similar ocurre con algunas de las entrevistas incluidas, parte de las cuales puede verse en ¿Quién es el Sr. López?, la serie documental previa realizada por Mandoki.
Así pues, lo más destacable de Fraude… es que da organicidad, sentido y propósito a un cúmulo de información que, de otro modo, puede percibirse como una simple serie de datos aparentemente inconexos. A su favor operan una edición cuidadosa; la yuxtaposición afortunada de testimonios, entrevistas, crestomatía y material recogido por el propio Mandoki y su equipo; una musicalización que apoya y refuerza el contenido verbal y gráfico, así como el uso inteligente, moderado y oportuno de gráficas, cifras y textos.
Se ha dicho ya y es verdad: para quienes estamos convencidos de que la elección presidencial del año pasado fue sólo una mancha más en el antidemocrático tigre del sistema político que padecemos, Fraude… funciona a manera de confirmación, mientras que para muchos de quienes pensaban distinto está funcionando como un abreojos. Ese, ningún otro, es el propósito que persigue el documental, mismo que ha venido cumpliendo día tras día desde su estreno.
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