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Berlín, Berlín
ESTHER ANDRADI
Seis poetas seis
El Museo Judío de Berlín
La República Libre de Schwarzenberg
HANS-WERNER THIELE
Berlín es un cuento
ESTHER ANDRADI
En Prenzlauer Berg
ANNETT GRÖSCHNER
Hauptbahnhof, Estación Central
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Indígenas y extranjeros en Berlín
HEIKE GULATZ
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Puertos
Para llegar a mi país suelo tender un puente imaginario. Una red de agua. A veces, incluso, una escalera. Alguien me ha dicho que una escalera sirve para subir o bajar pero no para llegar a mi país, pero yo creo que las escaleras sirven siempre más que para eso. Además, subir o bajar es como ir o volver, como avanzar o retroceder. Y yo pienso que mi país o está adentro de mí mismo, para lo cual tendría que bajar o está arriba de mí mismo, para lo cual tendría que subir. Y para subir o bajar es que se hicieron también las escaleras y los puentes imaginarios. Ayer visité mi país, por cierto. Anduve sus calles y avenidas, conocí sus mujeres, me hice rey en una esquina donde vendían cerveza. Fue todo un derroche. Pero no pude volver. Me quedé atrapado en medio del océano porque mi puente imaginario se rompió, y se rompieron mis escaleras y mis redes de agua, y todo yo quedé partido a la mitad, por la mitad, sin saber ni tener noticias ni de lo que pasaba en la otra orilla donde estaba el otro que soy ni en esta otra donde está este que empieza a nacer. |