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Berlín, Berlín
ESTHER ANDRADI
Seis poetas seis
El Museo Judío de Berlín
La República Libre de Schwarzenberg
HANS-WERNER THIELE
Berlín es un cuento
ESTHER ANDRADI
En Prenzlauer Berg
ANNETT GRÖSCHNER
Hauptbahnhof, Estación Central
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Indígenas y extranjeros en Berlín
HEIKE GULATZ
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Felipe Garrido
Una lavandera
Salí al balcón, sin luces. De la brasa del puro se alzaba una espiral transparente mientras yo pensaba en el tiempo que pasa. Entonces la vi, en la azotea de enfrente, dos o tres pisos abajo. Desde lo alto miré a una lavandera. A la luz de un foco lavaba, refregaba, tallaba, sacudía, exprimía, iba acomodando las prendas en una tina de estaño. Sus manos se sumergían y un segundo después brillaban en el aire, cubiertas de espuma. Luego caían en la sombra, yo las perdía de vista. Desde arriba, a la luz desvelada del foco era en la noche lo único despierto –y el humo que me subía por la cara. Sus brazos se movían con precisión y energía, incansables. Iban y venían las manos, sacando de la ropa las marcas del trabajo, de los cuerpos, de los días. Salpicaba la lavandera y le brillaban los cabellos, constelados de estrellas, de espuma, de cristales. Mis ojos en la noche la miraban. Yo no oía el rumor de la ropa en sus manos. No oía su canción. |