Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Dos poemas
ARNOLDO KRAUZ
Voces
YANNIS DALLAS
Velvet Revolver y Libertad
SAÚL TOLEDO RAMOS
John Connolly: victorias pírricas
JORGE ALBERTO GUDIÑO HERNÁNDEZ
Cantata (fragmento)
CARLES DUARTE
João Guimarães Rosa: gran señor y gran señora
RICARDO BADA
Los cien años de João Guimarães Rosa
HAROLD ALVARADO TENORIO
Bordar canciones
JUAN MANUEL GARCÍA entrevista con JUANA MOLINA
Leer
Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
Corporal
MANUEL STEPHENS
El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ
Cabezalcubo
JORGE MOCH
Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO
Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
|
|
Marco Antonio Campos
Combatientes mexicanos en la Guerra civil española
Libro que versa sobre los mexicanos que combatieron en la Guerra civil española (Jugarse el cuero bajo el brío del sol) se lee de una sentada. Debe haberlos, pero este libro de Héctor Perea es la primera revisión generalizada sobre el tema que yo he leído. Entre otros asuntos, en el primer capítulo Perea revisa críticamente las opiniones de Carlos Fuentes y, sobre todo, de Octavio Paz, quien siempre ha sobrevalorado su paso por España. “Polémicas y contradictorias en más de un punto”, dice Perea de las versiones de Paz y la Garro , las cuales, desde luego, están escritas muy bien, y en el caso de la Garro tiene momentos divertidísimos.
Pero quienes combatieron realmente, quienes se la jugaron en el bando republicano, eran cuatrocientos mexicanos, o según David Alfaro Siqueiros, más de trescientos treinta, de los cuales sólo sesenta regresaron. Nombres que quedaron escritos en el agua. Muertos que no tuvieran la dignidad de que los recordaran siquiera como héroes o mártires o, al menos, de ingenuos o equivocados.
Foto: Alejandro Melendez |
En el libro, Perea trata de recobrar los testimonios de algunos ex combatientes mexicanos que estuvieron integrados a las brigadas internacionales o en las mismas españolas, como Néstor Sánchez (Un mexicano en la Guerra civil española, 1997), David Alfaro Siqueiros (Me llamaban el coronelazo), Roberto Vega González (Cadetes mexicanos en la guerra de España, 1954), Juan Miguel de Mora (Cota 666, 2003, Sólo queda el silencio, 2005) y la enfermera Carlota O'Neill (Una mexicana en la guerra de España, 1964). Dentro de esos cientos de mexicanos combatientes había también ex revolucionarios, campesinos y trabajadores.
Emocionan o conmueven en el libro momentos como el de aquellos mexicanos que, poco antes de ser fusilados, gritaban algo que le daba a la vez sentido a su vida y a su muerte: “¡Viva la República ! ¡Muera el traidor Franco!”, y de quienes ya nadie recuerda sus nombres; o el de aquellos cadetes del Colegio Militar que fueron degradados por querer ir a combatir a España, pero que de todas maneras acabarían yéndose para militar en el Ejército Popular, y algunos murieron, y otros, como Roberto Vega González, sobrevivieron para contarlo; o aquella acción de Néstor Sánchez en la batalla del Ebro, que hace caer en una trampa a los franquistas y quien, luego de la tarea, se cuadra ante su superior en la brigada y dice: "¡Misión cumplida, mi comandante!"; o aquel regreso a México de los combatientes, que fueron recibidos con gran entusiasmo, pero que de inmediato fueron olvidados, lo cual lleva a decir a Néstor Sánchez: “Los héroes no teníamos ni pan ni techo en nuestra patria.”
Héctor Perea ha estudiado por lustros la relación México-España. Riguroso, ameno, objetivo, Jugarse el cuero bajo el brío del sol no tiene el peso filológico de los pies de página ni las notas infinitas. El libro salió hace unos meses en las ediciones del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.
Fotos: Robert Capa / taringa.com
|