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Manuel Stephens
El Festival de San Luis
Lila López creó el Festival de Danza Contemporánea de San Luis Potosí, cuya primera edición se da en 1981. La Maestra Lila abrió un espacio irremplazable para la danza de nuestro país, que junto con el Premio inba-uam , que es instituido un año antes, es sin duda uno de los acontecimientos anuales a través de los que se puede conocer el estado de la danza nacional. El Festival de San Luis, como coloquialmente se le conoce, se convierte en “internacional” desde su onceava emisión. En su historia cuenta con una amenaza de desaparición en 1993 por falta de apoyo del gobierno estatal, ante lo cual la comunidad dancística se organiza para evitarlo mediante el Comité de Defensa del Festival Internacional de Danza Contemporánea de San Luis Potosí, encabezado por Tania Álvarez, Manuel Hiram, Aurora Agüeira, Serafín Aponte, Luis Fandiño, Óscar Flores y César Delgado, entre otros. Ese año el Festival, como recurso de salvación, se realiza en dos sedes: Aguascalientes y San Luis Potosí. Antes del deceso de Lila López en 2001, el Festival es registrado bajo su nombre por decreto gubernamental: Festival Internacional de Danza Contemporánea “Lila López” (FIDCLL). De todos es conocida la gran calidad humana y la visión a futuro de Lila. Quienes conforman las generaciones nacidas a partir del movimiento de danza contemporánea independiente que se inicia a finales de 1970, seguramente recuerdan las funciones en un mismo día en el Teatro Raúl Gamboa y en el magnífico Teatro de la Paz; los cursos multitudinarios, las noches en el desvencijado, pero bien ubicado, Hotel Concordia, las comidas en la Posada del Virrey. Tiempos pasados estos.
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El FIDCLL es pionero y el más importante de América Latina. En 2004, María González se hace cargo de la Dirección General de Festivales Internacionales de San Luis Potosí y dota de un perfil completamente nuevo al Festival. Su carácter de internacional se ratifica con la participación de verdaderas figuras de la danza mundial –no sólo por invitar a grupos extranjeros, que en general eran dudosamente artísticos–; se cambian las fechas en que se realiza para coincidir con eventos de este tipo, como el Festival Internacional Cervantino; el programa académico se dirige a jóvenes bailarines seleccionados por su alto nivel técnico e interpretativo; las condiciones económicas para los participantes se mejoran sustancialmente, etcétera. El Festival como lo concibió Lila López se ha transformado para bien.
La XXVIII edición del Festival llevada a cabo el pasado mes de octubre es la última en la que María González está a cargo; en un balance general, González hace mención de los espectáculos más sobresalientes durante su gestión: “Son muchos, me voy muy contenta con todo lo logrado. Entre lo más sobresaliente recuerdo muy especialmente la Gala de solos que organicé en 2004 –mi primer FIDC– y que involucró a varios coreógrafos mexicanos: Jaime Camarena, Evoé Sotelo, Benito González, Alicia Sánchez, Tatiana Zugazagoitia, Jorge Domínguez, Laura Morelos y Óscar Ruvalcaba. Destacan también las presentaciones de Sankai Juku, Marie Chouinard, Louise Lecavalier, Emio Greco y Edgardo Mercado. Me fascinó la reacción del público con Rasta Thomas, Les Ballets Trockadero de Montecarlo, Introdans y Gelabert-Azzopardi. Escuchar a un público que reacciona de forma estridente, que aúlla de alegría y vitorea a una compañía de danza, es algo que yo no había vivido antes y me complace decir que lo experimenté en el fidc en más de una ocasión en estos cinco años. De los grupos mexicanos me encantó la participación de La Manga con El Hershey Man, Antares con Tu hombro, Antonio Salinas con Tonelada de luz y la participación de Pájaro de Nube y Contempodanza de este año; estas son algunas de las que me vienen a la memoria de forma inmediata. Y por supuesto, Fue en un Cabaret i en 2006 y todas las ediciones de Improvisando en San Luis (2006, 2007 y 2008).”
Carteles de Raúl Gamboa |
El FIDCLL es un espacio fundamental para la danza nacional, en el que los cambios son evidentes y responden a las demandas de un público conocedor como el de San Luis, que se debe a la labor de Lila López, Carmen Alvarado y, recientemente, a María González. Es de esperarse que la danza siga siendo una prioridad para el próximo gobernador de San Luis Potosí y quienes se hagan cargo de la cultura en el Estado.
Hay espléndidos festivales de danza en varios estados de la República, ojalá que pronto el Distrito Federal, sin pecar de centralismo, tenga también el suyo.
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