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Felipe Garrido
La boda
Según era entonces costumbre, mi papá se robó a mi mamá. Pasó por ella en su carro. Era el tiempo en que florecen las jacarandas, antes de que lleguen las mariposas blancas; antes de que empiece a llover. La escondió unos días en casa de su padrino, un viejo respetable que tenía dos hijas. Después las familias decidieron que debían casarse. Mientras todo se preparaba, mamá regresó a casa de sus padres. Luego el asunto se complicó; dicen que el novio ya se le andaba rajando porque tenía otra novia. Dicen que él decía que la quería mucho y que no era tan remilgosa como mi madre, pero su familia le dijo que cómo no iba a cumplirle a mi mamá, que era una muchacha buena y decente; que si no la quería para qué se la había robado. El día de la boda, uno de los hermanos de mí papá lo llevó, dicen que por la fuerza, al templo de Santa Ana. Hubo mole y baile. Todo pagado por el papá de la novia; pero las cosas empezaron mal. El vestido de mamá era azul. |