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Carta desde (La) Resistencia
Esther Andradi
ES DE LO QUE NO HAY Y ESTUVE ALLÍ
Parece el comienzo de una novela de aventuras, pero es la aventura. Durante cuatro días, de miércoles a sábado, y en agosto, en un lugar del mundo bastante apartado del glamour de las metrópolis, millares de personas se reúnen en torno a la pasión por la lectura. Resistencia se llama ese lugar. Un nombre que es programa.
LA ENCUESTA ENTRE LOS ASISTENTES AL 13. FORO REVELÓ QUE:
Los asistentes al Foro que superan los treinta y cinco años siguen siendo mayoría, pero el cuarenta por ciento de los participantes tiene esta vez entre dieciocho y treinta y cinco años: una generación que hasta ahora en gran medida no había asistido al Foro.
El ochenta y nueve por ciento de los consultados calificó las jornadas entre “excelentes” y “muy buenas”, y la experiencia de los talleres resultó igualmente positiva para el noventa y uno por ciento. Tanto, que el noventa y nueve por ciento de los participantes respondió que volvería a asistir el próximo año, lo que probablemente se debe a que el noventa y siete por ciento de los docentes y bibliotecarios dijo que encontró en el Foro “conocimientos aplicables en su trabajo cotidiano”.
Entre los diez títulos de libros más mencionados, además de la Biblia y El Principito, figuran Pedro Páramo y Cien años de soledad. www.fundamgiardinelli.org.ar
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Resistencia, con poco más de doscientos mil habitantes, es la capital de la provincia del Chaco, Argentina, una de las más pobres del país, con el más alto nivel de desempleo y a mil kilómetros al norte de Buenos Aires. Cuando en las zonas templadas de Argentina hace frío, en Resistencia ya usan el ventilador. Y ni hablar del polvo y la sequía que suele asolar la región. O la inundación, porque todo es extremo en Resistencia. Y ese nombre, que deriva de San Fernando de la Resistencia, como los inmigrantes italianos del Friuli la llamaron hace más de un siglo para conjurar el acoso del indígena, parece ahora logotipo del Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, un espacio surgido gracias a la inspiración y terquedad de un hijo de esa ciudad: el escritor Mempo Giardinelli.
Fue a principios de los noventa, cuando cundía la desesperanza para cualquier proyecto común y reinaba la frivolidad oficial en el medio de un mundo virtual que ignoraba las estadísticas, que Mempo Giardinelli puso en marcha la fundación que lleva su nombre. Desde 1995 la Fundación Mempo Giardinelli organiza jornadas de lo más diversas a lo largo del año, para la promoción de la lectura en hospitales y escuelas públicas, en barrios populares y universidades. Instalada en el poder de la imaginación, con una entrega solidaria de un centenar de voluntarios y comprometida por la lectura como derecho humano, la Fundación ha conquistado prestigiosas distinciones internacionales, de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la unesco , entre otras. Un modelo para exportación. De allí surgieron las Abuelas Cuentacuentos, un proyecto de lectura que se reproduce como hongos en ciudades argentinas y en Chile, México, Colombia... Desde 2001 la Fundación también colabora con la nutrición de chicos desnutridos a través del programa de apoyo a Comedores Infantiles. Giardinelli, que vivió su exilio en México, ya lleva publicados más de quince títulos traducidos a una docena de idiomas, ha escrito novelas, cuentos y ensayos, y tiene en su haber premios de gran calibre, entre ellos el prestigioso Rómulo Gallegos en 1993, cuyos fondos, dicho sea de paso, fueron invertidos en la Fundación.
“Cuando un sujeto no tiene otro recurso que firmar con una equis es porque se le ha sustraído el derecho a tener un nombre que lo legitime como persona. En ese sustituto de firma se revela una carencia elemental: nadie guió su mano para inscribir su ser en un trazo, no hubo un sistema que previera la falta, no se cruzó el puente hacia la letra, y el significante, que debió ser un nombre, se naturalizó en un signo de identidad”, dijo la escritora Tununa Mercado en la mesa redonda acerca de la lectura como derecho.
El Foro Internacional se realiza en el estadio Municipal de la ciudad con capacidad para más de dos mil personas y se colma durante las mesas redondas y discusiones y lecturas. A lo largo de los años, más de cuatrocientos escritores provenientes de veinticinco países lo visitaron. El 13. Foro contó con la presencia de cuarenta invitados, entre pedagogos, gestores culturales, editores, comunicadores y escritores de México (Seatiel Alatriste), Colombia (Oscar Collazos) Venezuela (Laura Antillano) Portugal (Raúl Zink), Chile, España y Argentina. Seis mesas redondas, veintidós talleres, quince lecturas en establecimientos educativos, la enumeración es insuficiente para el superlativo de la emoción y la convocatoria. ¿Quién es el público del Foro? Bibliotecarias, estudiantes, docentes provenientes de todo el país y del vecino Paraguay, gente con ganas de hacer una experiencia diferente... un público en participación permanente que aplaude, consulta, pregunta, discute, se conmueve.
“Cuando Arlt reclama una literatura que tenga la potencia de un cross a la mandíbula es porque hay un edificio social que se derrumba. Ojalá que quienes hoy nos hemos reunido para reflexionar sobre el asunto, mediante la difusión de la literatura como derecho humano, con la modestia que enseña este oficio de paciencia, contribuyamos al derrumbe de este sistema y también a la construcción, en su lugar, de un mundo más justo. Es mucho pedirle quizá a la literatura. Pero, ¿por qué no? Nadie nos mandó meternos en esto. Y debemos hacernos cargo de que aquello que escribimos puede ser cómplice o subversivo. Les propongo que reivindiquemos, para nuestro oficio, el goce de la subversión,” propuso el escritor argentino Guillermo Saccomano.
Debe ser porque Resistencia está a un paso del río Paraná que se siente circular la vida y las ideas; río abajo va la lectura como tributo, atravesando el país y buscando salidas. A ver si es cierto y se logran no uno, sino dos, tres, cuatros, muchos Foros de Lectura en toda América. Entonces, acaso nos transformemos como se transforma cada uno que es testigo de ese milagro en Resistencia.
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