Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 20 de enero de 2008 Num: 672

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Bazar de asombros
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Los textos de los infelices
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Cabañuelas

A Milena, augurio del verano en el invierno

El pasado es de hierro (la imagen es borgeana) y el presente, cambiante, en constante proceso de dejar de ser para convertirse en pasado. Sólo el futuro se abre hacia delante (una vez alcanzada alguna de sus bifurcaciones, el presente lo engulle para volverlo parte del pasado). Será por eso que el ser humano ha pretendido explorar lo incógnito, pidiendo de las runas, el tarot, la posición de las estrellas o las líneas de la mano que predigan asuntos del corazón (¿Filomena corresponderá mis sentimientos?), del dinero (¿cuál es El Número en la Lotería?), de la salud (¿se me quitará un dolorcito que tengo por acá?).

En la Antigüedad, Zeus y los dioses se encontraban sujetos al Destino, fuerza colocada en las sombras del futuro. La consulta oracular era una atenuación para aliviar la incertidumbre: el oráculo de Delfos, patrocinado por Apolo, ofrecía respuestas, aunque siempre con un lenguaje hermético que lo mismo significaba una cosa que otra (ocurría igual con los sueños proféticos registrados en la Biblia: el mensaje era tan oscuro que se necesitaba de la ayuda de un intérprete para comprenderlo).

Baste recordar someramente la historia de Edipo para apreciar que la voluntad humana no puede torcer los designios oraculares, no obstante que se cuente con un aviso bien interpretado: al nacer Edipo, Layo y Yocasta –sus padres– son informados por el oráculo que ese niño matará al padre y se casará con la madre; para impedirlo, deciden mandar matarlo. El encargado de hacerlo, apiadado, lo abandona en el campo, de donde lo rescata un campesino; luego lo adoptan dos ancianos. Edipo se entera de la profecía oracular. Para impedir su cumplimiento, decide abandonar a quienes considera sus padres. Más adelante, en el camino –ignorante de la identidad de quienes aparecerán en su vida– mata a Layo en un cruce de caminos y, después de descifrar un enigma, Yocasta le es entregada como esposa –parte de la recompensa ofrecida para quien librara a Tebas de la Esfinge. ¿El futuro es predestinación o depende de los actos humanos?

En un nivel menos complejo, pero con intenciones no menos esclarecedoras, se encuentran las cabañuelas, sistema rural de adivinación cuyo objeto es completamente agrícola, razón por la que han quedado prácticamente olvidadas en los medios urbanos (hasta hace treinta años, la gente todavía se encontraba familiarizada con las cabañuelas, en México): ¿cómo vendrá el clima el próximo año? De etimología incierta, la palabra “cabañuela” se refiere a “cabaña pequeña”, aunque el Diccionario de Autoridades esclarece el origen de cabañuelas (en plural): “La fiesta que hacían los judíos en un lugar o arrabal de Toledo, llamado Cabañuelas, dicha de los Tabernáculos, que afirma Covarrubias era la de Scenopegia, para cuya celebridad hacían ciertas cabañas o enramadas en el campo por espacio de cuarenta días, en memoria de los cuarenta años que anduvieron peregrinando por el desierto antes de entrar en la tierra de Promisión. Es voz Toledana.” El mismo Diccionario dice, en tercera acepción, que la palabra se refiere a la “vana observación” de los días de enero “infiriendo de cada uno de ellos por su orden el tiempo que hará en los doce meses del año”.


Foto: www.irenejansen.net

El sistema de adivinación es muy simple: depende de las condiciones climáticas que se presentan en el mes de enero y, con base en ellas, se construye una correspondencia entre cada día de enero con un mes del año, lo cual permite la predicción climatológica de los siguientes doce meses, con el defecto de que el mismo mes de enero queda incluido en la predicción. Así, del 1 al 12 de enero se puede anticipar cómo vendrán enero, febrero, marzo… Del 13 al 24 de enero se repite la cuenta, pero del 25 al 30 se avanza por medios días y el día 31, cada dos horas, desde las doce de la noche hasta las 23:59. Así, vigilando con mucha atención, puede colegirse que el mes de junio será soleado y con algo de llovizna, si los días 6 y 19 de enero presentaron tales condiciones, lo mismo que el 27 (de doce del día a 23:59) y el 31 (de las 6 a las 7:59 de la mañana). ¿En qué consiste el defecto de predecir el mes de enero desde las cabañuelas? En que siendo este mes un conjunto de días dispuestos para la adivinación del clima del resto del año, enero no contaría con un clima propio, pues su “vocación” es anticipar el del resto de los meses.

Sin embargo, hay algunas cosas que las cabañuelas no pueden anticipar: el “clima de ala de mosca”, o el clima del corazón cuando entras en él y te pones a jugar ahí.