Golferías
Cumbre sin altura
Gastón, ¿justicia?
Fox, Justin, Adán y Eva
Desvíos en sexenio de Calderón
Obama comió pichón
Llegó con las manos vacías, se fue con petróleo
El chacoteo
Reforma energética peñista: paso definitivo a la subordinación global / IX
El Estado venderá electricidad al menudeo y administrará contratos
Azcárraga: vuelo en picada
La PGR tras el empresario
¿Y los 8 mil trabajadores?
ASE: legado de impunidad
Silencio cómplice de los chuchos
En la Corte, el futuro energético
Lista, la reforma del DF
Galileo: de hereje a héroe
ientras el gobierno que encabeza Nicolás Maduro realiza esfuerzos por estabilizar la situación interna venezolana, arrecia la andanada mediática externa con el respaldo explícito nada menos que del presidente estadunidense Barack Obama, quien el miércoles pasado, sin ninguna mesura ni sentido de las proporciones, equiparó la situación del país sudamericano con la que vive Ucrania, donde las confrontaciones entre las autoridades y los opositores dejaron ayer, a decir de los segundos, más de 100 muertos.
A Daniel Cantú Iris donde quiera que esté, donde quiera que lo tengan
any, mi güero hermoso.
E
s una victoria del agronegocio de Brasil
, dijo la presidenta Dilma Rousseff con una sonrisa, rodeada de políticos y ejecutivos de empresas agroindustriales en Lucas do Rio Verde (Mato Grosso), al inaugurar la cosecha de granos. La felicidad de la presidenta se debe a que Brasil alcanzó una cosecha de 193 millones de toneladas y además se convirtió en el primer exportador mundial de soya, superando a Estados Unidos, que ocupaba ese sitial. Dilma inauguró la recolección conduciendo una cosechadora y aventando granos de soya transgénica.
escanova, en España, una de las mayores multinacionales de la pesca industrial (en México cuenta con la filial Novaocéano), ha sido el primer caso que me llevó a plantear, con pocos fundamentos y sólo vagas intuiciones, la tesis –hay quien dice que estrambótica– que advierte que muchas de las grandes corporaciones de la agricultura y la alimentación global e industrializada irán cayendo una tras otra. Los forenses, buscando los porqués, dictaminan como causa de la muerte un colapso financiero, aunque las cifras de venta de la empresa apenas hayan sufrido rasguños.
n Luvina, Juan Rulfo narra el diálogo entre los habitantes de esa población empobrecida y olvidada con el maestro del lugar. Les dice que hay que acudir a la ayuda del gobierno para encontrar otro lugar donde la tierra sea mejor y cuenta que lo oyeron sin parpadear, mirándolo desde el fondo de sus ojos, de los que sólo se asomaba una lucecita: ¿Dices que el gobierno nos ayudará, profesor? ¿Tú no conoces al gobierno? Les dije que sí. También nosotros lo conocemos. Da esa casualidad. De lo que no sabemos nada es de la madre del gobierno. Yo les dije que era la patria. Ellos movieron la cabeza diciendo que no. Y se rieron. Pelaron los dientes molenques y me dijeron que no, que el gobierno no tenía madre...
Seguramente el actual gobierno también sigue careciendo de la autora de sus días. Así lo demuestra su tardía y cínica pretensión de construir ahora el más amplio consenso social
en torno a su reforma educativa.
os víctimas de la injusticia muestran cómo, en este país, el derecho al debido proceso y a juzgar con perspectiva de género no son más que una retórica: son los casos de Nestora Saldado García, de Guerrero, y de Leticia Valdez Martell, de Oaxaca.
l 6 de febrero pasado fue el Día Internacional Contra la Mutilación Genital Femenina (Ablación); fecha escogida por la ONU en 2012 para concienciar, sensibilizar, luchar y encontrar maneras para frenar esta aberrante costumbre en diferentes culturas africanas, además de ser una clara discriminación hacia el género femenino, así como una flagrante violación de los derechos humanos de niñas y mujeres.
igmund Freud, incansable explorador de los escritos literarios, después de su análisis de la Gradiva de Jensen nos dice: Los escritores son aliados preciosos y hay que colocar bien alto su testimonio puesto que conocen, generalmente, una cantidad de cosas entre el cielo y la tierra de las cuales nuestra sabiduría no ha tenido ni la menor idea
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