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Eliseo Subiela (Buenos Aires, 1944) ha hecho escándalo en Argentina. Su película más reciente, No mires para abajo , estrenada en octubre en ese país, y que le valió el reconocimiento como Mejor director en la pasada Muestra Internacional de Cine de Guadalajara, contiene escenas de “alto voltaje sexual”, pero el también guionista advierte que su cinta es “didáctica”, “antipornográfica”, y que toma como base el milenario libro El Tao del amor y del sexo para tener otra relación con el cuerpo, el deseo y la sexualidad. Realizador de filmes cargados de una conmovedora poesía narrativa y visual ( Hombre mirando al sudeste , El lado oscuro del corazón y Pequeños milagros , entre otros). Este director argentino destapa los prejuicios morales en la película protagonizada por Antonella Costa y Leandro Stivelman. Además, quiere descansar un poco del cine e iniciarse en la dirección teatral con Biografía no autorizada de Adán y Eva , de su autoría.
– ¿Por qué filmar una película como No mires para abajo, con alto contenido sexual? – La respuesta está al comienzo del film, en palabras de André Bretón: “Como ocurre siempre en las épocas en que socialmente la vida no vale nada, es preciso saber ver por medio de los ojos de Eros. En el tiempo que está por llegar, a Eros incumbe restablecer el equilibrio roto en provecho de la muerte.” – Ha dicho que su cinta es “antipornográfica”, ¿qué debemos entender por esto? – La pornografía es lo contrario del erotismo. No mires para abajo es una película erótica. – ¿Qué le atrajo del libro El Tao del amor y del sexo, que es en donde se basa su película? – La enseñanza de una aproximación al sexo sabia y sublime. Algo que en Occidente no nos han enseñado. Como dice la protagonista: “Todas las debilidades del hombre se deben a formas defectuosas de amar.” – En el cine latinoamericano es poco común encontrar escenas tan prolongadas de sexo, con actores completamente desnudos ante la cámara, ¿cómo fue el trabajo con los protagonistas? –Difícil, delicado, muy cuidado. La pareja protagónica hizo trabajos previos a la filmación con un maestro de yoga, yo trabajé con una coach para “limpiar” mi mente de prejuicios y “condicionamientos culturales”, es decir, para aproximarme a los actores con la mirada lo más limpia posible. La idea era que los personajes fueran criaturas “inocentes” jugando en el paraíso. – Como cineasta, ¿cuáles son los riesgos que toma en No mires para abajo, a diferencia de sus otras películas? – Creo que el mayor riesgo es hacer un film con una “minitrama”, una historia muy pequeña, y con una clara intención “pedagógica”. – ¿Qué opina del actual cine argentino? – Hay cosas que me interesan. Otras que no resistirán el paso del tiempo. – Con respecto al cine mexicano, ¿cuál es su opinión de la producción de nuestro país? – No he visto lo suficiente como para opinar. Pero me atrae mucho la cultura mexicana en general. En lo cinematográfico, tengo muy presentes en mi formación a nombres como los de Emilio Fernández o Gabriel Figueroa. – Hay películas que le hayan gustado o guionistas o actores con los cuales les gustaría trabajar? – Sí. Muchos, en ambos casos. – ¿Cuándo se estrena su película comercialmente en México? – No tengo idea. Espero que pronto. La carrera internacional de No mires para abajo comenzó en México, en el Festival de Guadalajara. – ¿Se considera un director de culto? – Me considero un director “culto”. – ¿Qué películas hay en puerta?, ¿también se estrena como director de teatro? – Quiero filmar en 2009 Rehén de ilusiones que, para variar, es una historia de amor. Escribí además un texto que me gustaría poner en escena en un teatro. Apenas logre embaucar a algún productor, lo pondré en escena. Quiero librarme un poco del cine. |