Los últimos días de Octavio Paz
Wang Jiaxin
Anochece en la ciudad de México
mientras él mira avanzar, atónito,
el incendio que devora su casa
los objetos de toda una vida
los años de manuscritos y poemas sin terminar
la máscara prehispánica
el dibujo de Picasso, los muebles,
cartas y fotografías de infancia;
esa alegría de la bóveda
con sus caminos de vigas y nervaduras,
todo reduciéndose a cenizas
en la ascendente columna de fuego.
Avanzan las llamas.
Queman la noche,
carbonizan las alas de los pájaros
que salen de sus poemas.
Consumen el plomo de las horas,
el vacío y las cenizas,
el deseo y sus ambiciones.
Todo crepita en esta hoguera
que llega tarde en la vida
mientras las sombras de los bomberos
todavía se escuchan gritar, huidizas,
en la oscuridad asfixiante.
Ahora está libre.
Libre de un largo tormento,
Octavio Paz se sienta de nuevo
en una calle de París
donde las hojas secas giran en silencio a sus pies.
Una luz más distante resplandece en su cara.
Versión al español (del inglés) de Claudia Hernández de Valle-Arizpe,
en colaboración con John Crespi y Diana Shi.
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Acerca del autor
Wang Jiaxin nació en Hubei, China, en 1957. Comenzó a escribir poesía desde adolescente pero, por las restricciones de la Revolución Cultural, tardó en estudiar lo que quería y en ser tomado en serio como poeta. Al terminar la preparatoria fue enviado por casi cuatro años a trabajar al campo antes de ingresar en la Universidad Wuhan, al departamento de chino.
Profesor universitario desde hace años, Wang Jiaxin ha sido publicado por las editoriales más prestigiosas de su país, traducido a muchas lenguas e invitado a leer en países de Asia, América y Europa. Su más reciente antología personal se titula Moving Cliff, y no ha dejado de publicar ensayos literarios. Junto con Xi Chuan, está considerado uno de los poetas más interesantes de China.
Hace poco dijo, al preguntársele sobre sus lectores: "Prefiero a un solo lector que lea cien veces uno de mis poemas, a cien lectores que sólo lo lean una vez. No me gusta hablarle a un público, le hablo a una mente."
Este poema a Octavio Paz, inédito en español y en inglés, es revelador de su admiración por el poeta mexicano. Paz es, junto con Pablo Neruda, el poeta latinoamericano que mejor conocen los estudiantes de literatura y los poetas chinos en la actualidad.
Claudia Hernández de Valle-Arizpe
Los ángeles no saben que lo son
Manuel Núñez Nava
Los ángeles no saben que lo son.
Inocentemente cumplen su misión:
Desterrar sombras y confusiones,
Abrir puertas y ventanas,
Curar heridas,
Eliminar resentimientos y carencias.
Su presencia trae consigo la paz
y la bienaventuranza.
Su tacto es como un bálsamo.
Su mirada bendice.
Su voz aleja todo mal.
En la amarga copa del dolor y el desencanto
Vierten el vino siempre nuevo de la esperanza.
Los ángeles tienen nombres y rostros como el tuyo.
La gracia es su estado natural. |
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