Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Murakami: literatura en espiral
PAOLA DADA
La doble espiral:
Kafka en la orilla
La tierra libre de Palés Matos
MERCEDES LÓPEZ-BARALT
Tres poemas
LUIS PALÉS MATOS
El cosmos de José Martí
ALBERTO ORTIZ SANDI
La antilógica del sistema
XIMENA BUSTAMANTE entrevista con las GUERILLA GIRLS
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Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
Corporal
MANUEL STEPHENS
Cabezalcubo
JORGE MOCH
El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ
Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO
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Felipe Garrido
Peligros del monte
Hermosos son estos cerros de chaparral y piedras desnudas. De plata parecen cuando les da la luna. Y en el día reverberan; hacen temblar la luz del horizonte. Pero no es bueno tomarles confianza. Más vale cuidarse, porque en ellos, se dice, vive Capora: un hombre cubierto de vello, enorme, de brazos largos y gran cabeza. Vive a descubierto, en el monte, en cualquiera de las muchas cuevas que se ven. Se alimenta de los animales que el hombre hiere y luego van a morir por ahí, donde no los encuentra. Pero igual ataca a los pastores, a los que andan de caza, a los que buscan placeres de oro, a los que cruzan solos el cerro. Y luego está el aoao. Parece una borrega, sólo que más grande. Y con la codicia de atraparla, allí van tras el animal, de un lado a otro, hasta que creen que lo acorralaron. Entonces prueban su fuerza, sus terribles garras, sus colmillos implacables, porque el aoao devora a las personas que lo encuentran en el monte.
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