Historias de una cuenca generosa: dos proyectos inviables en el río Santiago
Cindy McCulligh
Investigadora del Instituto
Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec), AC
Correo electrónico:
[email protected]
Estando
en León, Guanajuato, su estado nativo, el 2 de mayo pasado
el presidente Vicente Fox expresó en una ceremonia para el
Programa de abastecimiento de agua a Los Altos de Jalisco y a León,
Guanajuato que: "Existe una cuenca que está agonizante,
como es el caso de Lerma-Chapala
otras son bondadosas y generosas,
como es el caso de la cuenca del río Santiago y el río
Verde, en el estado de Jalisco". Generosa y bondadosa
para el señor Fox es la cuenca del río Santiago, tan
apacible y sin embargo plagada de conflictos, de controvertidos
megaproyectos y deterioro innegable; es feliz recipiente de abundantes
caudales de descargas municipales e industriales proporcionadas
por magnánimas industrias y ciudades.
¿Cómo y para
quiénes será bondadosa la cuenca del Santiago? ¿Será
por aceptar en su cauce -como la gran mayoría de los ríos
del mundo- nuestras inmundicias, por ser represada, desviada y trasvasada?
¿En qué radica precisamente la "amabilidad"
de una cuenca?
Sin poder visualizar
una respuesta digna, uno se pregunta: ¿Qué hemos aprendido?
Cuando las palabras crisis y agua rondan juntas cada vez
con mayor frecuencia, cuando en las esquinas se ven anuncios hablando
de las guerras del agua, cuando la ONU señala que
para 2025, dos terceras partes de la población global sufrirá
escasez seria de agua
quizás no sea momento de pedir
bondad a nuestros ríos y cuencas. Quizás sea momento
de buscar una verdadera gestión sustentable de nuestros ríos.
"La conservación, preservación, protección
y restauración del agua en cantidad y calidad es asunto de
seguridad nacional, por tanto, debe evitarse el aprovechamiento
no sustentable y los efectos ecológicos adversos", reza
el Artículo 14 bis 5, fracción IX de la Ley de Aguas
Nacionales (2004). No podemos darnos el lujo de permitir que esto
sea letra muerta.
La presa El Zapotillo:
bondadosa o insustentable
El agua que tan caritativamente
cedería la cuenca del Santiago a la ciudad de León,
Guanajuato, sería a través de la presa El Zapotillo,
ubicada en los municipios de Cañadas de Obregón, Yahualica
y Mexticacán, en la región de Los Altos de Jalisco.
Su costo, 7 mil 940 millones de pesos. Esta presa captaría
aguas del río Verde, afluente del río Santiago, con
una cortina de 80 metros de alto y una capacidad de embalse de 411
millones de metros cúbicos. El Zapotillo afectaría
directamente a más de 700 personas en tres poblaciones: Temacapulín,
El Palmarejo y Acasico. Pero antes de abundar en los impactos de
la presa en sí, analicemos si en verdad hay condiciones para
tanta bondad.
El problema se inserta
en la región hidrológica-administrativa VII de la
Comisión Nacional del Agua (CNA), Lerma-Santiago-Pacífico.
Esta región, una de las más conflictivas por el agua
en el país, tenía en el 2000 19 millones de habitantes
(19 por ciento de la población nacional). Abarca importantes
centros urbanos como Guadalajara, León, Aguascalientes, Morelia,
Querétaro, Toluca e Irapuato, y aporta el 16 por ciento del
producto interno bruto.
La región es dividida
en tres: Lerma-Chapala, Santiago y la región Pacífico,
que comprende cuencas de las costas de Nayarit, Jalisco, Colima
y Michoacán. Aunque el río Santiago es la continuación
del río Lerma a partir del lago de Chapala, se ha partido
de facto en dos cuencas ya que no hay excedentes de Chapala
que escurran hacia el Santiago.
Los análisis,
con base en datos de la CNA sobre esta región, arrojan conclusiones
relevantes para este proyecto ubicado en la subregión alto
Santiago. En su libro Precipitación y recursos hidráulicos
en México, el doctor Agustín Breña de la
Universidad Autónoma Metropolitana, puntualiza que "en
las subregiones alto, medio y bajo Lerma, así como en alto
Santiago, la oferta natural del recurso es menor que la demanda".
En
cuanto a las aguas subterráneas, por ejemplo, la diferencia
entre recarga y extracción presenta un déficit en
la región medio Lerma de 690 millones de metros cúbicos
por año, mientras que en la región alto Santiago el
déficit llega a los 540 millones de m3/año.
En general, entonces, tanto el alto Santiago como el alto, medio
y bajo Lerma presentan "un desequilibrio hidrológico
generalizado".
Entonces, en el medio
Lerma, donde se ubica la ciudad de León, así como
en el alto Santiago, donde se plantea construir la presa El Zapotillo,
existe una sobreexplotación del agua. La bondad paradójica,
por lo visto, no consiste en dar lo que una cuenca tiene o lo que
le sobra, sino en dar aunque no tenga.
Podemos advertir, al
mismo tiempo, que el medio Lerma también puede considerarse
bondadoso, en este caso por su generosidad con el sector agrícola.
En la región Lerma-Santiago-Pacífico, mientras sólo
el 22 por ciento del escurrimiento total se genera en la subregión
Lerma, en esta subregión se ubica el 80 por ciento del área
bajo riego. De hecho, en la subregión medio Lerma se encuentra
el 40 por ciento del área bajo riego agrícola, incluyendo
el distrito de riego 011, con 113 mil hectáreas.
En cambio, la subregión
Santiago genera el 27 por ciento del escurrimiento y encierra el
17 por ciento del área de riego. En cuestión de aguas
subterráneas, el Lerma consume el 56 por ciento del agua
extraída y el Santiago el 21 por ciento, lo demás
es consumido en la subregión Pacífico.
"Felicidades Guanajuato",
decía el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez
Acuña, el mismo 2 de mayo en acto con el gobernador de Guanajuato
y el presidente Fox, "enhorabuena".
Manifestación
de impacto ambiental sesgado
La manifestación
de impacto ambiental (MIA) para esta obra, presentada por la Comisión
Nacional del Agua, indica que "la presa El Zapotillo... se
puede considerar... como una acción de desarrollo con un
bajo impacto negativo meramente local". Esto, aunque
la MIA reconoce que según la Ley de Aguas Nacionales (2004):
"la unidad básica para la administración del
agua es la cuenca hidrológica".
Así, a pesar del
reconocimiento de que este proyecto consiste en el trasvase de agua
de la cuenca del río Santiago a la del río Lerma,
el análisis de los impactos a nivel de toda la cuenca del
Santiago queda ausente y no existe un análisis serio de los
impactos aguas abajo de la presa propuesta, ni de los impactos acumulativos
de la serie de presas ya construidas o en fase de proyecto. Tampoco
se considera el impacto para la calidad y cantidad del agua, la
retención de sedimentos y sus consecuencias en conjunto para
las comunidades y los ecosistemas costeros.
En febrero de este año,
la UNESCO emitió su segundo reporte sobre el agua, titulado:
Agua: una responsabilidad compartida. Para los trasvases
de una cuenca a otra, aunque sean técnica y hidráulicamente
viables, el reporte indica que "antes de proceder con tales
cambios potenciales, se tienen que tomar en cuenta consideraciones
sociales y ambientales amplias".
Asimismo,
el Informe final de la comisión mundial de represas
(CMR) declara que "La transferencia de agua entre cuencas...
requiere un escrutinio cuidadoso, en particular por cuanto no habrá
flujos de retorno dentro de la cuenca".
Tomando en cuenta el
fuerte uso agrícola en la cuenca del Lerma, es importante
notar otra recomendación del mismo informe de la CMR en el
sentido de que antes de traer agua de otra cuenca se busque "transferir
agua desde el uso agrícola por medio de programas alternativos
y más pro activos... que financien de manera eficaz las ganancias
en eficiencia de agua en agricultura irrigada". La MIA no presenta
un análisis de los impactos de la obra para toda la cuenca
del Santiago, del cual es parte el río Verde.
Una gestión de
cuencas exige el análisis de los impactos del conjunto de
obras planeadas en la cuenca, de sus impactos ambientales y sociales
no sólo en el sitio de las obras sino aguas abajo y sus efectos
acumulativos, además de su viabilidad con base en un balance
hidrológico real. En otras palabras, ¿hay agua para
que sean viables las presas de extracción El Zapotillo y
Arcediano y las presas hidroeléctricas El Cajón y
La Yesca? Este análisis, para que aporte a una gestión
de cuencas sustentable, tendría que darse antes de iniciar
las obras, para contribuir a un debate real sobre la gestión
del agua.
Varios aspectos de este
proyecto, además, no son bien sustentados en la MIA. El proyecto
presume que abastecerá a 11 localidades de Los Altos de Jalisco
con un total de 1.8 metros cúbicos por segundo, encima de
los 3.8 m3/segundo para 1.4 millones de personas en León.
Surge la duda, entonces: ¿dónde están en la MIA
los detalles de las obras para conducir el agua de la presa hasta
esas localidades? La MIA sí presenta los datos del acueducto
de 135 km para llevar agua a la planta de potabilización
en León, pero no detalla las obras necesarias para abastecer
a las localidades de Los Altos.
No es claro tampoco si
la capacidad útil indicada para la presa corresponde a los
caudales que serán abastecidos a León y las demás
poblaciones. Un caudal de 3.8 metros cúbicos por segundo
para León y de 1.8 metros cúbicos por segundo para
las otras poblaciones representa un volumen anual de 176.7 millones
de metros cúbicos. ¿Por qué es necesario, entonces,
una presa con una capacidad útil de 350 millones de metros
cúbicos de agua? Para hacer la comparación, la presa
de Arcediano -se indica- tendría una capacidad de almacenamiento
de 404 millones de metros cúbicos y se piensa extraer de
ella 10.4 m3/segundo, mientras que con una capacidad
total de 411 millones de m3, se plantea extraer de El Zapotillo
poco más de la mitad del caudal, o sea 5.6 m3/segundo.
Otra interrogante que
surge de la MIA va en torno al gasto medio anual del río
Verde que, se afirma, es de 14 m3/s. Ahora, el aprovechamiento
de las aguas del río Verde para la ciudad de Guadalajara
y la ciudad de León se rige por Decreto Presidencial de 1995,
que asigna 372.1 millones de metros cúbicos anuales a Jalisco
-equivalente a 11.8 m3/s- y 119.8 millones de metros
cúbicos por año a Guanajuato -equivalente a 3.8 m3/s.
Haciendo cuentas simples,
esto supone un gasto para el río Verde de 15.6 metros cúbicos
por segundo -mayor al señalado en la MIA. En este mismo sentido,
y desde la preocupación por el abasto de agua a Guadalajara,
los investigadores del Comité Técnico de Análisis
del Proyecto Arcediano de la Universidad de Guadalajara exhortaron
"al gobierno del estado [de Jalisco] para que se gestione la
modificación del Decreto de concesión de caudal de
agua del río Verde a los estados de Guanajuato y de Jalisco,
a cuyo arreglo se debe que el río Verde no cumpla con el
objetivo de gasto de agua del que parte la CEAS para el abastecimiento
de la zona conurbada de Guadalajara".
"Dau, entiende,
los niños de Temacapulín no saldrán de su pueblo",
dicen carteles pegados en casas y tiendas, en un mensaje dirigido
a Enrique Dau Flores, titular de la Comisión Estatal de Agua
y Saneamiento (CEAS) de Jalisco. Al mismo tiempo, la MIA señala
que "a la fecha, todos los afectados están de acuerdo
en la construcción de las obras propuestas (presa y acueducto)"
(p. 222). ¿Será esto otra manifestación de la
citada bondad paradójica?: estar de acuerdo aunque no estés
de acuerdo.
La presa La Yesca: ¿una
hidroeléctrica sin agua?
Aguas abajo, ya en la
subregión bajo Santiago, se prepara la construcción
de la megarrepresa hidroeléctrica La Yesca, entre los municipios
de La Yesca, Nayarit, y Hostotipaquillo, Jalisco. Con una inversión
mayor a 8 mil millones de pesos, esta presa tendría la cortina
más alta del mundo en su tipo (210 metros), mayor a la de
Aguamilpa y de El Cajón, otras hidroeléctricas sobre
el mismo río.
Sobre esta obra existen
dudas de si el caudal del río Santiago en este punto será
suficiente para hacer rentable una obra de esta magnitud e inversión.
De acuerdo a la misma Comisión Federal de Electricidad (CFE)
-promovente de la presa- La Yesca funcionará a sólo
19 por ciento de su capacidad, lo cual se justifica al argumentar
que proveerá energía sólo en las horas pico,
-4 horas al día.
Una
crítica fuerte proviene del Ing. Manuel Frías Alcaraz,
experto que laboró de 1975 a 1990 en la CFE, y quien es actualmente
ingeniero consultor para obras de infraestructura, incluyendo presas
hidroeléctricas. Frías Alcaraz inicia su cuestionamiento
al analizar la presa El Cajón, aguas debajo de La Yesca.
Sobre la presa El Cajón, dice: "al contar con el 50
por ciento de las aportaciones (no captará al río
Huaynamota que es el afluente más importante de la cuenca
del río Santiago) y el 34 por ciento del almacenamiento,
con relación a la presa hidroeléctrica Aguamilpa,
aunado a que disminuirán los volúmenes por los usos
crecientes del agua en las subcuencas de los ríos Juchipila
y Verde
su contribución dentro del contexto de los
principales proyectos hidroeléctricos en operación
resultará poco relevante e intrascendente".
El funcionamiento de
El Cajón será deficiente, afirma, especialmente en
la época de estiaje -de noviembre a mayo- lo que podrá
traducirse en prolongadas detenciones. En cuanto a la presa hidroeléctrica
La Yesca, Frías declara que "presenta condiciones energéticas
y técnico-económicas semejantes a la de El Cajón;
pero al localizarse a 67 kilómetros río arriba, su
rentabilidad, participación y operación serán
notoriamente más deficientes e irregulares".
De esta manera, abunda
Frías Alcaraz, "en lugar de tener una contribución
positiva y funcionamiento continuo, los proyectos El Cajón
y La Yesca para cubrir con oportunidad y seguridad la demanda de
electricidad se convertirán en una agobiante y permanente
carga financiera para la nación, situación que complicará
la viabilidad de la industria eléctrica, al acrecentarse
la impagable deuda de los Pidiregas".
"Si El Cajón
en términos energéticos-económicos es injustificable",
cuestiona el experto: "¿cuál es el interés
por construir La Yesca, que se ubicará 67 km río arriba
y presenta condiciones de concepto, técnicas y económicas
mucho más desfavorables?"
Represando el Santiago:
impactos aguas abajo y acumulativos
Como en el caso de El
Zapotillo, para la presa La Yesca, la MIA tampoco contempla los
impactos a nivel de la cuenca, ni considera los efectos acumulativos
de la construcción de una serie de embalses sobre el río.
Para el caso de La Yesca, hay que tomar en cuenta que la cortina
de El Cajón se ubica donde termina la cola del embalse de
Aguamilpa, mientras que la cortina de La Yesca se ubicaría
al final de la cola del embalse de El Cajón, de tal manera
que esta sección del río, se convierte en una serie
de largos embalses.
En este sentido, el informe
final de la CMR señala que: "Dentro de una cuenca, cuanto
mayor es la cantidad de represas, tanto mayor es la fragmentación
de los ecosistemas fluviales". Indica además que: "Aunque
rara vez se analizan, se producen impactos acumulativos cuando se
construyen varias represas en un solo río. Afectan tanto...
el régimen de caudal y la calidad del agua, como la productividad
y composición de especies... Los problemas pueden aumentar
a medida que se agregan más represas a un mismo sistema fluvial,
lo cual conduce a una pérdida mayor y cumulativa de recursos
naturales, calidad de hábitat, sustentabilidad ambiental
e integridad ecosistémica".
Por otra parte, hay que
señalar que la MIA no toma en cuenta los impactos de la represa
aguas abajo. El informe de la CMR habla de los efectos de retener
sedimentos y nutrientes en un embalse, y señala que "la
disminución en el desplazamiento de sedimento desde la represa
hacia aguas abajo conduce al deterioro del canal fluvial. Esto puede
conducir a la eliminación de playas y aguas estancadas que
brindan hábitat a peces nativos, y la disminución
o eliminación de vegetación ribereña que proporciona
nutrientes y hábitat a especies acuáticas y de aves
acuáticas entre otras". Para la zona costera señala
que: "bloquear ríos invariablemente resulta en un mayor
deterioro de deltas costeros debido a la disminución de entradas
de sedimentos".
Con Aguamilpa ya se están
viviendo impactos en la costa de Nayarit. Juan García, del
grupo El Manglar, AC, de San Blas, Nayarit, indica que al disminuir
los escurrimientos en época de lluvias para llenar el embalse,
se produce "una afectación a todas las tierras de cultivo
que año con año se veían inundadas y con esto
nutridas", en consecuencia: "pierden un gran poder de
producción y muchas de ellas se vuelven ya improductivas".
Esto, por supuesto, tiene
consecuencias para las comunidades de la región; García
afirma que: "esto ocasiona que muchísima gente, sobre
todo entre la población joven, emigren al no tener ya manera
de subsistir aquí".
La retención de
sedimentos es un fenómeno cuyos impactos ya se dejan ver
en esta región también. La zona de manglar de San
Blas, conocida como Marismas Nacionales, tiene un área de
2 mil kilómetros cuadrados -la zona más extensa de
mangle en el Pacífico mexicano- es un sitio Ramsar, de la
Convención de Ramsar sobre los Humedales, y es aquí
donde desemboca el río Santiago.
Cuenta García
que: "El hecho de que se retenga el agua en el embalse ya no
permite que haya todo esa derrama de agua de forma natural... y
como traía gran cantidad de sedimentos que iba depositando
y que se iba conformando una plataforma mucho más amplia,
pues ya no se da, entonces el mar es el que viene ahora avanzando".
Esto afecta toda la línea de costa en el mangle, donde afirma
que: "los niveles de agua salada son mucho más altos".
Como consecuencia: "aunque
el mangle tiene como característica precisamente soportar
altos niveles de sal... no todo el mangle lo resiste en esa proporción,
entonces, ya algunas de las especies de mangle se ven muy afectadas
y se ve una mortandad de mangle en la línea de costa".
El
Expediente de hechos elaborado por el Secretariado de la
Comisión para la Cooperación Ambiental, organismo
creado en el marco del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte, señala a la presa de Aguamilpa entre "las
mayores amenazas para los humedales de San Blas".
A tanta bondad, más
golpes
En el proceso de aprobación
de la MIA para La Yesca, hubo de la Dirección General de
Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat una petición de
información adicional dirigida a los promoventes de la obra.
Los académicos de la Universidad de Guadalajara, contratados
por la CFE, dieron respuesta a tal solicitud.
La cuenca del río
Santiago está "altamente modificada" aseveran los
investigadores. El cañón del río donde se encuentra
el sitio propuesto para La Yesca, "ha sido afectado por fuentes
de cambio externos -particularmente antropogénicos... que
han incidido de manera irreversible en su deterioro y fragmentación".
En cuanto a los impactos
de Aguamilpa, afirman que "la retención de sedimentos
podría terminar provocando variación en los cauces,
retroceso del delta, pérdida directa de reabastecimiento
anual de sedimentos y nutrientes en las partes más bajas,
particularmente en llanuras de inundación y lagunas costeras".
Como "posibles efectos
acumulativos", mencionan tres impactos: "aumentos de pérdida
de agua por evaporación desde los embalses; deterioro acumulativo
de la calidad del agua del Santiago, [y] retención de sedimentos
en las sucesivas presas construidas en la cuenca".
Sin embargo, tomando
en cuenta la contaminación y deterioro existente en la cuenca,
concluyen que con la presa La Yesca: "no se afecta la integridad
funcional de los ecosistemas".
Una represa más
sobre un cauce ya fragmentado y contaminado no es tan grave, parece
ser la conclusión. Esto ha de ser la bondad de la cuenca
del río Santiago, estar tan dañada que un golpe más
casi ni se notará.
En contraste con esta
apreciación, está una denuncia que manda la comunidad
indígena de Santa Catarina Cuexcomatitlán "Tuapurie",
territorio wixarika, al norte de Jalisco. En una carta firmada en
asamblea de la comunidad el 30 de abril del 2006 por las autoridades
tradicionales, la comunidad denuncia que La Yesca: "perjudica
directamente a nuestros compañeros wixaritari despojándolos
de sus tierras y a los ríos sagrados de Santiago y Bolaños
que pasan por nuestros territorios por lo que los consideramos sagrados,
no sólo porque de ellos vivimos, sino porque el agua es la
sangre que corre por nuestra madre Tierra".
Para la comunidad wixarika,
los ríos son la sangre de la tierra. Para el estado mexicano
parecen ser bondadosas cloacas, aparador para sus magnas obras inviables.
La sangre se envenena y se obstruye, ¿qué pasará
con el paciente?
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