MENTIRAS TRANSPARENTES
Felipe Garrido
EL HIJO DE FIDA
Fida, hija de Runa, era tan desprendida que sus parientes temían que acabara con la fortuna de su padre, el rey. Una noche, mientras dormía, una voz le preguntó qué prefería: un hijo tan dadivoso como ella, o tres tan fuertes y valientes como el jaguar. La muchacha quiso un solo hijo y lo llamó Jamur.
El niño creció entregado a repartir lo que tenía. Su padre, preocupado, le regaló cuatrocientos guajolotes. Jamur salió con ellos al camino. Tres viajeros le pidieron de comer. El joven sacrificó tres aves.
–Una habría bastado –le dijeron los forasteros.
–Lo sé –dijo el muchacho–, pero ustedes van a seguir su viaje y precisan bastimentos.
Los caminantes eran poetas y cada uno compuso una oda para alabar la generosidad de Jamur. El muchacho, conmovido, les regaló los demás guajolotes y regresó al palacio con las manos vacías.
–¿Qué son unos cuantos animales? –le dijo al rey– Ahora yo soy inmortal; en esos poemas mi nombre vivirá por siempre.
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