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El estilo de arte gráfico de Mucha, en París

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igura clave del art nouveau e inventor de un estilo de arte gráfico, Alphonse Mucha (1860-1939) se convirtió al inicio del siglo XX en uno de los artistas más famosos e innovadores de Europa.

El motivo: combinar la belleza femenina y la naturaleza con una composición y una tipografía innovadoras. El “estilo Mucha” se aplicó a obras que adornaban los hogares de los amantes del arte de todo el mundo.

Hace dos años, el Grand Palais Inmersif de París montó una de las exposiciones más completas para narrar la historia de Mucha como maestro del cartel en París, y para destacar sus obras monumentales y su influencia posterior, como el movimiento pacifista Flower Power, de hace medio siglo, el manga japonés o el tatuaje.

Esa exposición fue el preludio de lo que ahora es el museo en la ciudad de Praga dedicado al artista. Ocupa el palacio barroco Savarin, restaurado por el diseñador británico Thomas Heatherwick.

También sede de la fundación Mucha, creada en 1992 con el fin de promover su obra. Y mostrar cómo un niño pobre de un pequeño pueblo de Moravia se convirtió en el mayor artista decorativo del mundo, que además fue pacifista y masón, y se opuso al régimen nazi, que ocupó su patria.

El museo posee la mayor colección mundial de su arte. Son 4 mil obras que abarcan pinturas, dibujos, joyas y carteles litográficos, muchos de ellos originales recién impresos por el artista y nunca antes vistos en público.

Allí se puede admirar el ciclo de pinturas consideradas su obra maestra: La epopeya eslava, que consta de 20 lienzos monumentales. Mitad mito, mitad historia, representan episodios emotivos elegidos por Mucha para trazar el desarrollo, las luchas y el heroísmo de la civilización eslava desde la antigüedad hasta el siglo XX.

En el museo se cuentan las carencias iniciales de Mucha en París, donde compartió estudio de trabajo con Paul Gauguin. Su salto a la fama llegó en 1895, cuando Sara Bernhardt (“la divina”, la llamaba Oscar Wilde ) le pidió confeccionar un cartel para promocionar la obra Gismonda. Su diseño (una litografía a color) marcó un cambio radical respecto de los carteles tradicionales.

En abril de 1972 la galería Arvil expuso exitosamente su obra en México.