Deslindes
AMLO frente a Chávez
Ebrard y Mancera
Sobre cáncer inducido
Peña y la política exterior
Rescata (a medias) el gobierno a las vivienderas
Peña Nieto: reset con Venezuela
El cachorro del imperio
La economía sigue a la baja
Resultados inquietantes
Río humano acompaña a HC
Mancera se define
El DF, de izquierda
Factor de equilibrio
El difunto
yer, mientras millones de personas desbordaban las calles de Venezuela en señal de duelo por la muerte de Hugo Chávez, en el interior de la cúpula bolivariana se consolidaba la transferencia del poder presidencial a Nicolás Maduro, quien en su primer decreto como mandatario ordenó siete días de luto nacional.
En la victoria final
l 5 de marzo de 2013 quedará registrada en la historia contemporánea la pérdida física de un hombre venezolano y latinoamericano que confió firmemente en el sueño del gran libertador, Simón Bolívar.
ugo Chávez murió tras una terrible y valiente lucha por su vida. Se ha cerrado la larga fase de su liderazgo y se abre el poschavismo en Venezuela y en toda América Latina.
l tomar la determinación de detener a la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el gobierno actual asume el compromiso de cambiar el país, comenzando por establecer una política de combate a la corrupción y la impunidad. Este es un mensaje claro de una de las decisiones que más han sacudido recientemente a nuestro país, pero no sólo debe serlo indiscriminadamente hacia los sindicatos, a los cuales les han soltado en contra los más bajos instintos, sino también hacia innumerables políticos, empresarios, periodistas y medios de comunicación, jueces, magistrados y ministros, despachos de abogados, sacerdotes, cámaras empresariales y otros más.
o existe un claro candidato al pontificado. A diferencia de hace ocho años, ahora se barajan muchos nombres, sin que se perfile un claro aspirante. Pareciera que hay dramáticos vacíos de liderazgos internos: no se vislumbra ningún cardenal que brille con luz propia, ninguno tiene un fuerte ascendiente, ni está precedido de antecedentes legendarios, merecedor de votos y admiración. Pocos poseen un protagonismo eclesial digno de un epígrafe o de plausibilidad tal que lo coloque en la antesala del papado. Reflejan la oscura y gris generación de un prolongado invierno eclesial. Esto explica por qué los cardenales que constituyen el colegio cardenalicio aún no han fijado la fecha para la realización del próximo cónclave; quieren conocerse más e intercambiar sus diagnósticos sobre el desastre en que se ha convertido el más alto gobierno de una iglesia sacudida y debilitada por los escándalos. Los purpurados que han llegado a Roma no quieren apresurarse en la lógica del cónclave hasta no ahondar en la clarificación de ciertos problemas como el Vatileaks y las nuevas filtraciones, al parecer hechas desde el despacho de Ratzinger, sobre degradación sexual, financiera y política de la curia. Sobre todo los llamados cardenales foráneos han llegado a Roma preocupados más por frenar los escándalos y finiquitar las luchas intestinas de la curia romana como primer paso, establecer consensos y pactos, para después elegir un nuevo papa como subsiguiente curso. Muchos cardenales recién llegados a Roma piden no apresurarse para entrar en cónclave hasta no precisar y discernir esos problemas que la Iglesia presenta como apremio de corrupción interna, que no son otra cosa que la consecuencia de su falta de transparencia y escaso espíritu evangélico. El proceso del cónclave vive bajo la presión, no de los atentos medios, sino de las divisiones internas, las desconfianzas de bloques de la curia y recelos antagónicos de aquellos actores que durante ocho años rodearon al ahora ex papa Benedicto XVI. Queda claro que el proyecto conservador de la Iglesia católica ha fracasado estrepitosamente; la tendencia autoritaria que bloqueó el ímpetu progresista emanado del concilio ha mostrado su agotamiento e inviabilidad y ha colocado a la Iglesia al borde de un cisma. El conservadurismo intransigente del bloque Juan Pablo II y Benedicto XVI disciplinó y reprimió a los sectores progresistas, alegando que atentaban a la identidad eclesial y ponían en riesgo la continuidad y tradición de la Iglesia. Dicho bloque se ha derrotado a sí mismo y ha puesto a la Iglesia al borde del abismo e infortunio. La Iglesia, en términos generales, está en estado de shock, de crisis, y mientras no se reconozca será muy difícil buscar salidas. Una iglesia envejecida, sus templos cada vez más solitarios, dificultad para encontrar vocaciones, menos sacerdotes en relación con el crecimiento de la población y más parroquias desatendidas. Los jóvenes no se sienten cómodos y tienen dificultades para interactuar con la Iglesia. Las mujeres encuentran en la retórica clerical una amenaza a su cuerpo y su dignidad. La Iglesia requiere más que nunca, bajo el acoso de escándalos y pérdida de autoridad moral, un nuevo papa que, como Juan XXIII, proclame la necesidad de volver a abrir las ventanas para que entre aire nuevo. No se trata de una nostalgia sesentera sino de una apremiante necesidad de encontrar nuevos equilibrios e hipótesis de salida al naufragio actual. La Iglesia debe recuperar el espíritu optimista del Concilio Vaticano II o diseñar uno nuevo para que dialogue con franqueza y naturalidad con la cultura contemporánea.
n la pantalla de la tv, Maduro informa sin sorpresa, con voz entrecortada, la noticia previsible: Hugo Chávez, el bolivariano, el presidente y comandante de una revolución única, odiado por sus enemigos e idolatrado por los suyos, ha muerto en Caracas. Un recuerdo me viene a la memoria: hace 57 años, el 5 de marzo de 1956, distraído en alguna vagancia adolescente me estalló en la cara el titular de las Últimas Noticias formado con la más enorme tipografía que el griterío del voceador remarcaba: ¡Ya!, ¡Al fin! Elocuencia suficiente para notificar que Stalin había descendido a los infiernos. Ahora escucho, veo y leo la catarata de discursos, comentarios, mensajes, condolencias afligidas por el fallecimiento de Chávez, sinceras unas, pronunciadas con dolor, espontáneamente; otras son textos preescritos para la ocasión inminente. ¡Ya!, o ¡Al fin!, podrían repetir muchos noticiarios y periódicos globales, sin ocultar el gesto de satisfacción perfilado en los labios de sus corresponsales. Guerra mediática para influir en la espera. Tensión vigilada. Duelo. La muerte de Chávez es un acontecimiento político cuyas consecuencias apenas se alcanzan a vislumbrar, pero no pasará mucho tiempo antes de que los enigmas comiencen a despejarse para Venezuela, en primer término; para Cuba y, a querer o no, para Latinoamérica, que será otra sin la presencia del revolucionario venezolano. Chávez ya es parte de la historia, la disputa por su legado ha comenzado. Para registrar el momento, quisiera traer a colación algunas palabras dichas por Chávez a José Vicente Rangel en ya famosa entrevista, de la cual tomé varios fragmentos en los que el presidente se refiere (con el ritmo de la improvisación) a su infancia en Sabaneta, su pueblo natal, seguida de dos opiniones en torno a debates que lo acompañaron en vida. Son ejemplos, pero estimo que esas citas ayudarán al lector a comprender mejor la personalidad de Chávez, sus raíces y complejidades.
stamos engordillados, pues tantas noticias y comentarios sobre la detención de Elba Esther Gordillo (EEG) nos han inundado como pocos temas, y todavía saldrán más información y posibles cómplices.
a boleta de calificaciones
escolares se coló al centro mismo de la política nacional. Ignorante
, le dijo Elba Esther Gordillo al secretario Chuayffet, quien afirmó terminante: No hay marcha atrás, la decisión de la reforma educativa se tomó desde el poder constitucional
. Uno de los asuntos, materia aparente de ese rudo intercambio entre ambos personajes, son los exámenes, evaluaciones, calificaciones
y certificados de los estudiantes, regulados desde agosto pasado por el acuerdo 648 de la SEP calderoniana. Dicho acuerdo, anunció el flamante secretario priísta, se derogará, y este anuncio fue parte del pretexto de la violenta explosión de la lideresa.
n la tarde del 5 de marzo, visiblemente conmovido, el vicepresidente Nicolás Maduro dio la trágica y dolorosa noticia que nunca hubiéramos querido escuchar. Había fallecido el presidente comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Difícil asociar la muerte con ese hombre tan vital que tanto amó la vida y movió cielo y tierra por hacerla más libre y digna a los pobres de la Tierra.
H
oy todos estamos perdiendo hasta la camisa. No ganamos dinero. Las cuentas, en rojo
, dijo Rex Tillerson, gerente de Exxon-Mobil (XOM), al Council on Foreign Relations al reconocer los pésimos resultados de las cuantiosas inversiones hechas en la explotación de gas de esquisto (shale) (Wall Street Journal (27/VI/12). Aquello fue un balde de agua fría para la exuberante retórica por fósiles no-convencionales
de las grandes firmas encabezadas por XOM, principal productora de gas natural de Estados Unidos, tras comprar la gasera XTO en 2010 (ibid). Tillerson mencionó la seguridad energética
de Estados Unidos y mostró esperanza
por una reforma
(léase desnacionalización energética) en México. Poco después y en línea con XOM, los diputados del PRI avisaron que se les instruyó “dar prioridad a la privatización del gas shale”, hoy parte de la Estrategia Nacional de Energía (La Jornada, 1/III/13, p.18).
n cortísima temporada de tres días en el teatro El Milagro, el creador escénico argentino Rubén Szchumacher inicia una breve temporada en México con el unipersonal Escandinavia escrita por el también argentino Lautaro Vilo que lo codirige junto a Rubén, quien muestra algunas de las razones por las que es tenido como uno de los teatristas más sólidos de su país y de muchos otros, aunque entre nosotros no sea muy conocido. Con un amplísimo currículum que incluye la dirección y adaptación de muchos montajes teatrales, estudios, entre otros, de música y de psicología social, además de los premios el Ace y el Ace de oro de la Asociación de Críticos del Espectáculo, el Florencio Sánchez y el María Guerrero, además de ser cooperativista del espacio teatral Elkafka en donde suele estrenar sus escenificaciones. Como director pudimos conocer en visita previa su trabajo en un texto brechtiano con un excelente grupo que así egresó del Centro Universitario de Teatro (CUT), y ahora el público en general podrá apreciar su dirección escénica con el estreno de Viejos tiempos de Harold Pinter (y por cierto, es una excelente idea de Juan Meliá enviar un sobre con las invitaciones para los estrenos de todo marzo en los teatros del Centro Cultural del Bosque).