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Tzompantli, de Gustavo Monroy, abraza a los muertos por la violencia en el país

La obra dialogará a partir de mañana con La ley y la justicia, de Orozco, en el Colegio de San Ildefonso

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▲ Fragmentos del mural Tzompantli, inspirado en la estructura en la que los mexicas montaban un conjunto de cráneos para honrar a los dioses.Foto cortesía del CSI
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de octubre de 2025, p. 4

El pintor Gustavo Monroy (Ciudad de México, 1959) será el segundo artista en participar en el proyecto del Colegio de San Ildefonso (CSI)que consiste en exponer de manera temporal murales contemporáneos que dialoguen con el legado artístico del recinto. El primero fue el pintor y escultor Alberto Castro Leñero, cuyo mural Desplazamiento se exhibió del 29 de marzo al 28 de septiembre pasado. Ahora, itinerará al Museo Vivo del Mural.

Tzompantli se llama el mural que Monroy exhibirá a partir del mañana y hasta el 19 de abril de 2026, en el corredor del primer piso del CSI, al lado del fresco La ley y la justicia (1923-1924), de José Clemente Orozco. Inspirado en la estructura en la que los mexicas montaban un conjunto de cráneos con el fin de honrar a los dioses, construye un discurso en torno a las víctimas anónimas de los conflictos sociales actuales.

La obra nació al principio de la pandemia, en el encierro, “al hacer una serie de dibujos que denominé Dibujos pandémicos”, cuenta Monroy. El descubrimiento durante la crisis sanitaria de otra sección del Huey Tzompantli o Gran Tzompantli de México-Tenochtitlan, encontrado en 2015, en el Templo Mayor, hizo que el artista empezara el Tzompantli Covid, “porque en la pandemia estábamos en un estado de luto permanente, no sólo en México, sino en todo el mundo”.

Ese primer tzompantli de Monroy midió 7 metros de largo y se exhibió en el Centro Cultural Clavijero, en Morelia. Sin embargo, cuando Eduardo Vázquez Martín, responsable del CSI, “me invitó a participar en el presente proyecto decidí actualizarlo. Ya no es el Tzompantli Covid, sino que se convirtió en una pieza que abraza a los desaparecidos, (las víctimas de) los feminicidios, los muertos y la violencia general. Además, lo integro un poco al concepto (manejado en el Templo Mayor) y a figuras prehispánicas, como la serpiente, que es símbolo de fertilidad; lo trabajo como capas arqueológicas que van desde el Tzompantli original hasta nuestra época”.

Agrega: “Manejo cierta simbología que da indicadores a través de cortes transversales hasta la época actual. Por eso integro la cruz rosa y las cabezas de serpiente que están expuestas en el Templo Mayor, que el público puede pasar a ver antes de entrar al CSI, para luego observarlas en el mural. También las empleo como símbolo de fertilidad, ya que hay cuerpos que viajan a través de las serpientes en este ciclo de muerte y vida en la cosmogonía prehispánica”. Para el CSI, la obra creció a 3.10 por 11 metros.

Éste es el primer mural de Monroy que, además, está concebido como tal, aunque no está pintado a pared. Hace tres lustros participó en el proyecto Akaso, del coleccionista Sergio Autrey, inspirado en el proyecto Osaka, promovido en 1970 por Fernando Gamboa. Sólo eran cuadros de grandes dimensiones, aclara. En San Ildefonso, “sí establezco un diálogo directo con José Clemente Orozco. La paleta, el concepto y ciertos elementos arquitectónicos que trabajo se relacionan directamente con sus murales”.

Nunca se imaginó exhibir en San Ildefonso; sin embargo, Orozco siempre ha sido parte de las referencias de Monroy: “En los años recientes he trabajado con referencias a artistas de la historia de la pintura universal y mexicana. Tengo mucho tiempo de trabajar con Manuel Rodríguez Lozano y Francisco Goitia, y al mismo tiempo con Masaccio y el Quattrocento italiano, a manera de paráfrasis. Mi obra es una constante referencia a la historia del arte. Son reinterpretaciones para descontextualizar y recontextualizarlos en nuestro presente. Precisamente, porque siento que esa pintura sigue viva, diciéndome cosas al igual que Orozco sigue vivo en sus murales. Y, no sólo eso, moderno”.

El mural Tzompantli se inaugura mañana a las 13 horas en el Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro Histórico).