¿Está cambiando el viento?
Netanyahu engaña al mundo
, según su ex jefe de espionaje Yuval Diskin
Sobre debates y dislates
Más elogios a la expropiación
Pueblo a la derecha que vota a la izquierda
Yo amo a mamá
En Tlaxcala, triunfo de un colectivo taurino que exige responsabilidades
ras más de tres años de suspensión, se reiniciaron ayer los procesos judiciales –que se desarrollan en un tribunal militar en Guantánamo– en contra de cinco presuntos responsables de haber organizado los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Washington, Nueva York y Pensilvania. Significativamente, el hecho se produce el mismo día del arranque formal de la campaña de relección del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien hace cuatro años adoptó como una de sus principales promesas el cierre de esa base militar convertida en prisión ilegal en territorio cubano.
Carta para entendernos en tiempos difíciles, va escrita en buen castellano
n estos tiempos donde la mayor ocurrencia
de tres de los candidatos a la Presidencia pasa por el verbo privatizar, me acuerdo, y se me antoja hacer mía, la sentencia que el gran Saramago planteó al enterarse que uno de esos políticos del pensamiento único neoliberal planteaba privatizar las ruinas de Machu Picchu y de paso la ciudadela preincaica de Chan Chan: “A mí me parece bien. Que se privatice Machu Picchu, que se privatice Chan Chan, que se privatice la Capilla Sixtina, que se privatice el Partenón, que se privatice Nuno Gonçalves, que se privatice el Descendimiento de la cruz de Antonio de Crestalcore, que se privatice el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, que se privatice la cordillera de los Andes, que se privatice todo, que se privatice el mar y el cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley, que se privatice la nube que pasa, que se privatice el sueño sobre todo si es diurno y con los ojos abiertos. “Y, finalmente –sentenciaba José Saramago, premio Nobel de Literatura–, para florón y remate de tanto privatizar, privatícense los estados, entréguese de una vez por todas la explotación a empresas privadas mediante concurso internacional. Ahí se encuentra la salvación del mundo... Y, metidos en esto, que se privatice también la puta que los parió a todos...” (Cuadernos de Lanzarote, 1 de septiembre, 1995).
omo siempre sucede, las recordaciones del primero de mayo volvieron a poner en el debate el tema de la pobreza y la miseria y, por fuerza, también el de la riqueza y su creciente concentración en cada vez menos manos. Fue, desde luego, ocasión para volver a las cifras que se vienen acumulando desde hace decenios. La constatación regular es que la pobreza, la miseria y la concentración de la riqueza avanzan incontenibles sin que nadie (los pobres y los miserables, los ricos y los gobiernos) pueda hacer nada al respecto. Es como decir que las cosas seguirán del mismo modo hasta el fin de los siglos.
n la revolución tunecina, la consigna fue “¡Ben Ali, dégage…!” (¡Ben Ali, fuera, no estorbes más!). En Francia la gritaban también en las manifestaciones contra Nicolas Sarkozy, que este domingo, según todo indica, será echado del Elíseo y pasará a ser un aliado secundón de los neofascistas del Frente Nacional dirigido por Marine Le Pen. Es decir, de una horda racista, xenófoba, nacionalista de extrema derecha, que cuenta con el apoyo de los sectores más pobres e incultos de la sociedad francesa, convencidos de que sus enemigos son otros pobres que tienen otras lenguas, costumbres y color, porque supuestamente les quitarían el trabajo
y no el capital financiero.
os problemas de la red eléctrica en el área central, que incluye la zona metropolitana y sus alrededores, son especiales y, algunos, distintos de los del resto del país. Esta área era atendida por Luz y Fuerza del Centro (LFC) y ahora, obviamente, por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y no se han construido ni instalado plantas de generación eléctrica durante décadas. En otras regiones la capacidad de generación está incluso sobrada.
esde hace tiempo hemos reportado en La Jornada la tendencia a la baja de la emigración mexicana. En el año 2007 se llegó al nivel máximo de indocumentados con cerca de 7 millones, y en la actualidad (2011) este colectivo se ha reducido a 6.1. La famosa válvula de escape está cerrada, aunque sería más propio decir que la puerta trasera del imperio se ha clausurado.
omo fruto del cambio económico de las pasadas décadas ha renacido en México la utopía de que ahora sí, desde una economía abierta de mercado como la imperante, podemos pasar sin mayor trámite a una sociedad de mercado, donde todo se compre y se venda y se evalúe conforme a su precio. El tuétano de tamaña pretensión es la idea de la libertad económica y de empresa como libertad absoluta, madre de todas las demás, cuya vigencia y predominio miden nuestra modernidad, el nivel de desarrollo y hasta la democracia.
rancia representa, en medio de la crisis, un estado de ánimo. Las elecciones presidenciales que se celebran este domingo pueden marcar los acontecimientos para toda la región. Si, como se predice y las encuestas lo aseguran, gana el candidato socialista François Hollande. Su elección sería un varapalo a la alianza Merkel-Sarkozy. Si nos creemos los discursos de Hollande, asistiríamos a un cambio en la estrategia para salir de la crisis. Las privatizaciones, la desregulación y las políticas de austeridad fundadas en recortes y el credo del déficit presupuestario dejarían paso a una idea de crecimiento económico sustentado en políticas públicas generadoras de empleo y riqueza. Sería rescatar a Keynes y enviar a las catacumbas a los defensores de Hayek.
uando David Cameron se convirtió en primer ministro de Gran Bretaña y anunció sus planes de austeridad –aceptando completamente el asunto del hada de la confianza y los vigilantes invisibles de los bonos–, muchas fueron las alabanzas de ambos lados del Atlántico.
s difícil definir lo mexicano. ¿Es lo indígena? ¿Lo mestizo? ¿La Virgen de Guadalupe? ¿Un sentido de pertenencia, de identidad? ¿El mole? ¿Un huipil? Si pudiera definirlo en una palabra sería Gina.
unca pensé que se iría antes que yo. Georgina y Susana Luna Parra, Mimí Riba y Leonor Rincón Gallardo fueron grandes amigas de mi primera juventud. Íbamos juntas al IFAL (Instituto Francés de América Latina) en la calle de Nazas, y nos enamoramos como adolescentes de Jomi García Ascot, quien años más tarde filmaría En el balcón vacío. Nos parecía el hombre más guapo del planeta y lo buscábamos por los pasillos para hacerle cualquier pregunta e interrumpirlo en su trayecto de una clase a otra. Vivíamos la vida en rosa, como la canción de Edith Piaf, y reíamos abrazadas y cómplices, porque volaba una mosca. ¡Ah, y nos acompañábamos al baño!
ace ya varios años, mis buenos amigos (y buenos músicos) Eloy Cruz y Leopoldo Novoa me comentaron, cada uno por su lado y en su momento, que estaban explorando los peculiares vasos comunicantes que hay entre los sones mexicanos (particularmente el son huasteco y el son jarocho) y algunas músicas populares y cortesanas de la Península Ibérica, de los siglos XVI y XVIII. Y me dijeron que más allá de la investigación, querían convertir su idea en música audible, viva. Por ello, la tarde del pasado domingo tuve un doble gozo al ver a Eloy y a Leopoldo plantados en el escenario de Bellas Artes con sus colegas del grupo Tembembe Ensamble Continuo, cobijados por La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI, para dar rienda suelta a un lúdico fandango renacentista. Y presidiendo la sesión, el gran gambista catalán Jordi Savall, quien, aún enlutado, es una de las presencias musicales más luminosas de nuestro tiempo, un auténtico Rey Midas del sonido.
n fantasma recorre los escenarios de la danza contemporánea. Pina, el documental en 3D que el realizador alemán Wim Wenders (Las alas del deseo) dedica a la memoria de su compatriota, la coreógrafa y bailarina Pina Bausch (1940-2009), posee el tono elegiaco de un ritual de duelo. No sólo duelo del cineasta cómplice, amigo cercano de la artista, sino también de varios bailarines, compañeros de ruta de Pina, quienes brindan testimonios breves, muy emotivos, de lo que significó trabajar a lado suyo.