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Visita Obama la frontera de México... sin Calderón
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La era post Bin Laden
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Felipe Calderón al diván
Sobre Pemex, una vez más
Ahora, venta de acciones
n un discurso pronunciado ayer en El Paso, Texas, en la frontera con México, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció su decisión de impulsar una reforma migratoria en el Congreso de su país y pidió a la comunidad latinoamericana local que añada sus voces a este debate
, a efecto de que Washington sepa que hay un movimiento en favor de la reforma que gana fuerza de costa a costa. Así lo lograremos
.
Justo, que Sicilia sea procurador
eñora directora: Me dirijo a usted y a los ciudadanos en general para proponer esta idea que me parece simplemente lógica, justa y de especial reconocimiento elemental –que no es poco– al señor Javier Sicilia.
na parte sustantiva de la sociedad mexicana ha dado muestra activa de un ácido malestar que la atosiga. Y ha sido mostrado por parte del segmento más consciente de ella. Numeroso conjunto que, además, ha logrado conquistar aceptables grados de desenvolvimiento personal y familiar. El descontento llevado a las calles es digno de consideración por todos y cada uno de los actores que ocupan posiciones de mando, riqueza, difusión o influencia. Trátese de partidos políticos, gobiernos en sus varias ramas y niveles, medios de comunicación, sindicatos, iglesias, organizaciones empresariales o la multitud de esas células integradas que ha procreado la misma sociedad. Todos tienen el deber de meditar en lo que está sucediendo en el país y actuar en consecuencia.
stuve en el Zócalo este domingo 8 de mayo, horas antes de que llegara la caravana encabezada por Javier Sicilia. Desde las dos treinta, con el sol a plomo, escuché los estrujantes testimonios de decenas de personas que, además de haber padecido violencia o pérdidas familiares, sufrieron la corrupción e impunidad de las autoridades; varias veces los ojos se me enrojecieron y la garganta se me apretaba por el llanto contenido. Son testimonios de un país fracturado: ¿cómo es posible haber llegado a esto?
, se preguntaba un atormentado padre del estado de Guerrero, que aún busca a su hija desaparecida y que airadamente reprocha el autismo de una clase política aclimatada en el confort de sus privilegios. La gente estaba muy enojada, miles de gargantas coreaban mezclando con despecho entre: fuera
y muera
Calderón. La dolorosa pérdida de Javier Sicilia es, al mismo tiempo, la experiencia de miles de familias desgarradas que han llorado pérdidas y han cargado con un país torcido. Las víctimas no son sólo aquellos que de manera directa han padecido la violencia y la zozobra, de alguna manera todos hemos sido heridos por una absurda guerra en un México que ha venido perdiendo el rumbo. Vivimos en una crisis ética sin precedentes en este país; el drama de Javier ha detonado una enorme ola social de indignación y hartazgo que va más allá de la inseguridad y de la violencia que ha invadido nuestro entorno cotidiano. Esta ola puede convertirse en un incontrolable tsunami, siguiendo al antropólogo Roger Bartra, de la implosión a la explosión social. Además de reconstruir tejido social, se necesita un proyecto común, como dice Sicilia, que enderece el rumbo de una nación herida.
n país democrático hace explícitos los costos de una guerra. No como un boletín más o menos amañado, sino como un examen cauteloso de las comisiones conjuntas de Defensa de su Congreso que producen el dictamen correspondiente al pleno.
ste verano se cumplirán cuatro años desde que los indicadores financieros activaron las alarmas y encendieron los focos rojos. El colapso del mercado hipotecario en Estados Unidos, así como la crisis financiera que le seguiría, fueron correctamente diagnosticados por unos cuantos analistas. La mayoría de los funcionarios en las agencias regulatorias estaban dormidos en sus puestos cuando en 2007 las cifras ya no permitieron el dulce sueño de la negación. La crisis reventó con toda su ferocidad en la segunda mitad de aquel año.
l tiempo, el Gran Hechicero, le ha dado la razón a Ernesto Sabato cuando tomó distancia del comunismo real, cuando levantó su crítica contra la supuesta neutralidad de la ciencia o cuando alzó la voz para advertirnos del peligro que representa la banalidad del circo literario.