Los pólipos de coral constructores de arrecifes tienen básicamente dos tipos de reproducción: sexual y asexual. En la primera, los gametos masculinos y femeninos se liberan al agua y se lleva a cabo la fecundación siguiendo los ciclos de la luna, de tal manera que únicamente en ciertos periodos del año con luna llena, los corales se reproducen en masa. La fecundación origina una pequeña larva que nada libremente por varios días hasta que se fija en el fondo sobre sustratos duros y da origen a un nuevo pólipo.

Este pólipo se divide asexualmente y origina un nuevo pólipo, comenzando una replicación que produce una colonia de coral. El conjunto de colonias coralinas de diversas especies es lo que conforma un arrecife de coral. Pero la complejidad biológica de estos ecosistemas no está sustentada únicamente en los corales; miles de especies de distintos grupos biológicos se asocian a ellos ocupando hasta el último espacio disponible y alternando su uso en el tiempo. Así, asociados a los corales, encontramos algas, peces, moluscos como los caracoles y los pulpos, crustáceos como las langostas, camarones y cangrejos, equinodermos como las estrellas, erizos y pepinos de mar, esponjas y muchos otros organismos con formas, tamaños y colores que rebasan nuestra imaginación.

Los arrecifes coralinos se distribuyen horizontalmente en las áreas tropicales marinas gracias a la existencia de sustratos duros, mientras que su distribución vertical en el océano está limitada por la penetración de luz que propicia la fotosíntesis de las zooxantelas. En el parque nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, hemos registrado más de mil 500 especies de organismos arrecifales que interactúan complejamente y la lista se incrementa de manera constante.

Los arrecifes coralinos son importantes por sus recursos. La riqueza de especies cada vez proporciona más fuentes de medicamentos de aplicación en la salud humana; estructuralmente son barreras naturales que protegen a las costas del embate directo de las corrientes y del oleaje marino; son espacios de gran belleza escénica para actividades de buceo deportivo y científico; son fuente de alimento y sus islas representan oportunidades únicas para el desarrollo de programas ecoturísticos donde la investigación y la difusión del conocimiento pueden ser un escaparate público excelente.

La información de los Sistemas Arrecifales Veracruzanos junto con su historia evolutiva, la geomorfología, la ecología, las fuentes de impacto, el conocimiento actual de sus condiciones o vitalidad y la socioeconomía asociada, ha derivado en programas de conservación de tales áreas. La Universidad Veracruzana, a través del Centro de Ecología y Pesquerías, trabajando conjuntamente con el Acuario de Veracruz, la Secretaría de Marina por medio de la Tercera Zona Naval Militar y la administración del parque nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, ha elaborado un programa de manejo que servirá como documento rector para las actividades de uso y conservación de esta área natural protegida.

También recientemente se han sentado las bases de investigación y elaborado la propuesta ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para proteger las áreas arrecifales de Lobos, en Tuxpan, que consta de 12 arrecifes.

La conservación de las áreas naturales no debe implicar la prohibición de su uso, por supuesto que deben respetarse áreas núcleo, de mejor condición biológica, pero los documentos rectores deben considerar un aprovechamiento ordenado y regulado. Los arrecifes de coral son fuente de ingreso para el sector turístico y pesquero y deben promoverse acciones que conlleven aplicar alternativas de aprovechamiento, siempre bajo bases sólidas de investigación que balanceen el binomio ‘uso-conservación’. Además, no debe pasarse por alto que la educación ambiental es fundamental para fomentar la conservación en los diferentes niveles educativos y sociales.