Afectados piden intervención federal

Jueves 22 de mayo de 2025, p. 25
Chalco, Méx., Rubén Martínez Martínez, veterinario y campesino de toda la vida, y su familia, son objeto de constantes intentos de despojo, deforestación y lotificación en la sierra de Chichinautzin, área protegida del municipio de Chalco.
Como parte de esta urbanización ilegal
, desde 2015 sus cuatro hectáreas y media han sido vendidas una y otra vez. Son varios fraccionadores; entre ellos identifica a Avelino Salomón Rivera e Hipólito Albiter.
“Marcan sobre la siembra, tienen planos, maquinaria y cuentan con el apoyo de la policía municipal. Levantamos la denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, pero en lugar de que nos apoyen, nos apachurran.
¿Estás seguro de que te están invadiendo o tú estás invadiendo?
, es la respuesta de la autoridad ministerial y él responde: Tenemos 32 años sembrando y no nos equivocamos.
En febrero de 2024, más de 30 sujetos armados a bordo de motocicletas subieron a la sierra, levantaron un cuarto con cimientos y lo fuimos a tirar. A los ocho días balearon a mi hermano, quien logró salvarse
. Pero 14 meses después, lo volvieron a agredir. Hace una semana los fraccionadores levantaron otra habitación a ras de tierra.
Estamos a expensas de lo que resulte; ya no puedes vivir en paz. Ya nada más estás esperando a que te cacen
. Aseguró que bicitaxistas y yunteros (quienes llevan los animales para hacer surcos y barbechar) son halcones. Acusó que los delincuentes suben acompañados y protegidos por policías de Chalco.
Para evitar la lotificación sembraron, magueyes y árboles; no obstante, la delincuencia llevó maquinaria para devastar y luego le prendieron fuego a las plantaciones, cuando es una zona protegida y no está permitido fraccionar
, concluyó.
En este contexto, Julio García de Jesús, antropólogo de profesión y campesino por convicción
, advirtió que está en riesgo la producción alimentaria de esa zona del estado de México, pues más de 80 por ciento de las tierras cultivables han sido devoradas por la mancha urbana.
No obstante, destacó que la gente que aún siembra en San Pablo Atlazalpan insiste en defender la soberanía alimentaria.
Nosotros producimos el maíz chalqueño, una raza de maíz generada hace por lo menos 10 mil años en el sur de la cuenca de Chalco. Pese a todo lo que implica antropológica y arqueológicamente la identidad en torno a este maíz, no se le ha dado la atención debida.
Explicó que el grano tiene un cúmulo de genes. Esa es la importancia de esta agricultura, que merece ser atendida, empezando por la certeza de tener nuestras tierras. Las autoridades responsables deben frenar las invasiones y resolver las denuncias por despojo
.
García de Jesús detalló que el campo y la reserva permiten la recarga del acuífero, porque San Pablo se ubica en una área estratégica. Si dejamos de producir va a llegar la mancha de asfalto, la cual propiciará que los mantos acuíferos no se recarguen
, apuntó.
Nosotros contribuimos de manera indirecta a que la Ciudad de México no se hunda. Si dejamos de producir alimentos, no existirá la filtración de agua que nosotros permitimos mediante las cosechas y obviamente ese hundimiento se va acelerar
, alertó.
Además, la cuenca es rica en fauna y flora nativa. Hay animales y vegetación endémicos, y especies en peligro de extinción como el camaleón y una especie de lagartija casi extinta.
Insistió: Esta situación ya no requiere una intervención local, sino federal
para frenar el despojo de las tierras y evitar que se acabe con un ecosistema que da vida y alimento a esta región.