la corrupción en las relaciones personales
A partir de un caso judicial por violación, explora las reacciones individuales y de la sociedad
Jueves 15 de febrero de 2024, p. 4
La obra de teatro Consentimiento aborda la corrupción en el sistema de justicia y en los personajes, que traicionan y se engañan; provoca la discusión acerca de nosotros y sobre nuestra sociedad
, sostuvo Enrique Singer, director del montaje, que se presentó en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
La puesta en escena escrita por la dramaturga británica Nina Raine (adaptada por Alfredo Michel Modenessi) se centra en un caso judicial por violación que cimbra los vínculos entre seis personajes, dos de ellos abogados.
La producción de la compañía Incidente Teatro cuenta con las actuaciones de Juan Manuel Bernal, Marina de Tavira, Daniela Schmidt, Arturo Barba, Alfonso Borbolla, Adriana Llabrés y Jana Raluy. Tuvo una temporada el año pasado en el Centro Cultural Helénico.
Singer explicó a La Jornada que Consentimiento discurre en dos planos: “el primero es el social, es decir, un sistema de justicia que no está funcionando porque existe la corrupción de los seres humanos, moral o ética. Hay un gran cuestionamiento hacia quienes imparten justicia, en este caso fiscales y defensores, para quienes la discusión no es sobre si la violaron, sino sobre quién tiene la razón y quién va a ganar el caso.
El otro plano es el individual, porque las relaciones entre los personajes están siendo observadas. Se traicionan a sí mismos, engañan; hay también una corrupción en nuestras relaciones personales. Estos dos mundos provocan discutir sobre nosotros como personas y sobre nuestra sociedad.
El director teatral destacó que los conceptos de traición
y empatía
son muy importantes. “Tú vas a ser empático con una persona pero no con la otra. La empatía siempre escoge bandos y provoca que la gente discuta.
La obra no da respuestas. Ni a la autora ni a nosotros nos interesa instruir a nadie, sino poner la pregunta y que cada quien reflexione. Para mí ese es el verdadero acto revolucionario: pensar y discutir.
Enrique Singer mencionó que para adaptar el texto, Alfredo Michel realizó una investigación sobre los puntos en contacto entre el sistema legal de México y el de Inglaterra, y luego, durante los ensayos se mexicanizó
la obra con personajes que tienen la fortaleza, la enjundia o la neurosis del mexicano. Lo importante es conservar la esencia de la obra
.
El drama de un sistema
En conferencia de prensa, la actriz Marina de Tavira, productora del montaje, explicó que esta obra, aunque habla de las vidas de un grupo de personas, está hablando del drama de un sistema. La mayoría de los personajes son abogados, sin duda esenciales para que se pueda impartir justicia, pero si ellos no pueden tener empatía, entonces también hay un fracaso en el sistema
.
Cuestionó que se pueda garantizar la justicia si quienes tienen que impartirla son incapaces de mirar al otro y decir: Te voy a ver como persona, te voy a creer cuando dices que fuiste violada, por ejemplo. Después esto se traduce en el drama de la vida íntima, de sus relaciones de pareja y de amigos
.
El actor Alfonso Borbolla hizo hincapié en la maravilla de trabajar un texto increíblemente inteligente que hace que el público esté cambiando de postura constantemente. Los personajes argumentan de manera contundente y el público va a venir a experimentar si puede tener una opinión con respecto al abuso, al acoso, a la procuración de justicia, porque en estos casos hay muchos grises. La autora nos coloca en la posición de no saber bien qué opinar, qué pensar y qué postura tomar
.
En su turno, Enrique Singer dijo que la puesta en escena lo dejó reflexionando sobre la palabra consentimiento
, pues “es el centro de las relaciones humanas. No nada más es un problema sexual o de géneros, sino de relaciones personales. Lo que está pasando ahora es una falta de consentimiento, es decir, ponernos de acuerdo. Cuando falla el consentimiento tiene que aparecer el derecho y, por lo tanto, la justicia.
Lo que planteamos es qué sucede cuando el derecho se corrompe y todo el sistema se cae y no hay entonces de dónde asirnos. Ese es el problema que tenemos en este país, en el mundo y en nuestras relaciones personales: una falta total de consentimiento.