Las condiciones de pobreza y desigualdad aún lastran la escolarización, advierte la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

En su análisis de los indicadores educativos más recientes señala que la población que viven en pobreza extrema alcanzó 6.1 grados en promedio de escolaridad en el grupo de 15 años o más, mientras la no pobre y no vulnerable logró 12.5 grados.

Lo anterior, agrega, equivale a haber concluido la enseñanza media superior y haber cursado el primer año de una licenciatura sin concluirlo. Destaca que las personas sin carencias sociales alcanzaron un promedio similar a la población no pobre y no vulnerable.

El documento Indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México 2023: Principales hallazgos, señala que el sistema formativo ha avanzado gradualmente en garantizar el derecho a instruirse, pero todavía hay una parte de la población que no concluye la enseñanza básica, requisito indispensable para cursar la media superior.

Si bien hay una mejora entre cohortes de edad, pues la población joven concluyó la educación obligatoria en mayor proporción, en comparación con la de edades más avanzadas, en el grupo de 20 a 24 años se identificó que 90.7 por ciento había concluido al menos la secundaria y 63.8 por ciento al menos el bachillerato.

No obstante, en el grupo de jóvenes de 20 a 24 años en condición de pobreza extrema se dio el porcentaje más bajo entre quienes concluyeron al menos la educación media superior, con 26 puntos.

Además, hay una diferencia de 74.8 puntos porcentuales con respecto a la población no pobre y no vulnerable, dado que 98.8 por ciento terminó al menos la formación media superior.

Otro de los retos, destaca el informe, es atender a la población que reporta no saber leer ni escribir.