Organizaciones defensoras de derechos humanos lamentaron el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, perpetrado el lunes pasado en la iglesia de San Francisco Javier, Cerocahui, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua. Exigieron justicia para los prelados y la recuperación de sus cuerpos, sustraídos del templo.

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, condenó el homicidio y dijo que acompañarán a la provincial jesuita y a las autoridades estatales para el esclarecimiento de los hechos y el castigo a los culpables.

El representante de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Guillermo Fernández-Maldonado, aseveró que este crimen recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara. Exhortó a las autoridades a desarrollar una indagatoria efectiva y exhaustiva y que consideren todas las líneas de investigación.

La ONU-DH también puso de relieve la necesidad de brindar a la comunidad de Cerocahui y otras de la Sierra Tarahumara en riesgo medidas de protección inmediatas. Igualmente, alentó a los tres niveles de gobierno a implementar el plan de contingencia acordado en 2016 para prevenir y responder a los ataques contra personas defensoras de derechos y periodistas en el estado.

A su vez, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, obra social de la Compañía de Jesús, demandó que los hechos sean investigados y garantizar la seguridad de los sobrevivientes. La violencia avanza ante la incapacidad e indiferencia de lo gobiernos, afirmó en redes sociales.

La Universidad Iberoamericana, la Agencia en México de las Naciones Unidas para los Refugiados, Amnistía Internacional, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, Fundación para la Justicia e Idheas, entre otras organizaciones, se sumaron a la exigencia de justicia.