Acapulco, Gro., Jamás nos hubiéramos imaginado que el estadio Pegaso se tornaría en contra de Rafael Nadal, pero hoy pasó: gran parte de la tribuna comenzó a corear el nombre de Kyrgios, australiano de 23 años de edad, quien parece tener la magia para conectar con los nuevos aficionados al tenis. A pesar de un malestar estomacal y verse incómodo en el primer set, que perdió 6-3, se repuso y comenzó a pegar tiros de fantasía en el segundo para llevar a Nadal hasta la muerte súbita, que ganó contundente mandando el partido a un tercer set.

El Toro de Manacor peleó todos los puntos, fiel a su estilo, pero Kyrgios se esforzó para sacarlo de quicio, incluso con un servicio poco convencional, tratando de madrugar a Nadal y llevándose una fuerte rechifla del público.

Juego a juego la tensión y el drama fueron in crescendo. El tercer set llegó hasta la última instancia. El primer punto fue un reflejo de la batalla, con un Kyrgios en el piso, pero sin rendirse, como guión de Hitchcock, el suspenso llegaba al máximo. La tensión se podía cortar con chuchillo. Rafa hacía valer su experiencia y Kyrgios, su potencia e irreverencia. El punto que preparó la victoria para Nadal fue épico. Nick no podía irse sin debatir con el juez de línea. En la guerra todo se vale y necesitaba desconcentrar a su rival.

Nadal es puro corazón, pero hoy le tembló la mano. Tuvo dos puntos para partido y los dejó ir. Después cometió una doble falta que abrió la puerta a Kyrgios, quien enfrentará al suizo Stan Wawrinka en tercera ronda.

Al cierre, en conferencia de prensa, Rafael Nadal comentó: Acapulco es siempre un lugar que está marcado en mi calendario, si la organización está contenta conmigo, volveré.