Designado como contralor del entonces Instituto Federal Electoral el 3 de mayo de 2008, Gregorio Guerrero Pozas dejó el cargo, del ahora denominado Órgano Interno de Control del Instituto Nacional Electoral (INE) el pasado 31 de enero.

Con una gestión de casi 11 años, Guerrero se destacó en su desempeño por pugnar por una administración más austera y la disminución del personal en el instituto, cuya nómina se ha incrementado.

Relecto en 2014 con 410 votos a favor y tres en contra, Guerrero Pozas concluiría su cargo en mayo de 2020, pero presentó su dimisión la semana pasada ante la Cámara de Diputados –responsable de la designación– porque ahora trabajará en la Secretaría de Gobernación.

Guerrero se integró al IFE bajo la presidencia de Leonardo Valdés y permaneció en el cargo incluso bajo la crisis que vivió el instituto cuando solamente quedó con cuatro consejeros en la transición hacia el actual INE. En su momento se opuso a la pretensión de los consejeros que se autorizaron un aumento salarial mensual de 175 mil pesos a 333 mil en febrero de 2009, cuando querían homologar sus percepciones con las de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En sus 11 años de gestión mantuvo observaciones sobre el crecimiento de la nómina que en la percepción del Órgano Interno de Control lo había realizado de forma desordenada y en algunos casos sin justificación.

Otro tema en el que destacó fue por la sanción que impuso por 124.5 millones de pesos al ex director Ejecutivo de Administración, Fernando Santos, por la adquisición irregular de un edificio en 2009 bajo la gestión de Valdés y que se adquirió con un sobreprecio de ciento por ciento, pues pagó 250 millones de pesos.

La multa fue desechada por el Consejo General del IFE, el cual cerró filas para no sancionar al funcionario –protegido de Valdés– pese al evidente daño patrimonial al instituto.