Nueva York., Las audiencias en el juicio de Joaquín El Chapo Guzmán Loera concluirán esta semana sin que testifique el acusado y los fiscales y los abogados de defensa entregarán el caso a las manos del jurado que iniciará sus deliberaciones el viernes para llegar a un veredicto.

Este lunes la fiscalía, después de presentar a sus dos últimos testigos –un analista de inteligencia del Pentágono y un agente especial de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA)– puso fin al desfile de más de 50 testigos y presentación de evidencia después de 35 días de audiencias y declararon que el gobierno descansa.

Con ello, el juez Brian Cogan preguntó a los tres abogados del equipo de defensa de El Chapo su plan para proceder (en el sistema criminal estadunidense, el gobierno presenta la evidencia y los testigos primero, los cuales son contrainterrogados por los defensores, y después toca el turno a los abogados del acusado presentar sus testigos y evidencia).

Por primera vez en su juicio, El Chapo habló. Preguntado por el juez si deseaba testificar como es su derecho, Guzmán Loera se puso de pie y puso fin al suspenso y especulación a lo largo de este proceso sobre si el acusado testificaría en su propia defensa. Señor juez, mis abogados me aconsejaron y me voy a reservar.

El juez no entendió eso de reservar, le preguntó si sus abogados le habían explicado bien su derecho a testificar y solicitó que aclarara. No voy a testificar, respondió y agregó que ya me asesoraron mis abogados, y yo estoy de acuerdo.

Los abogados de El Chapo informaron al juez que sólo llamarán a dos funcionarios estadunidenses al banquillo de testigos esta semana. Ante ello, el juez determinó que después de los testigos, la fiscalía presentará sus argumentos de conclusión de su caso, la defensa seguirá haciendo lo mismo por su parte, y el juez girará instrucciones al jurado el viernes.

De ahí, el jurado iniciará sus deliberaciones en privado y no tiene fecha límite para llegar a un veredicto, el cual sellará el destino del acusado.

El día arrancó con la conclusión del último testigo de la órbita de El Chapo, su ex guardia, secretario y piloto Isaías Valdez Ríos, quien había ofrecido la semana pasada detalles espeluznantes sobre secuestros, torturas y asesinatos en los que El Chapo participó directamente, provocando una reacción visible entre el jurado. Este lunes, el abogado de defensa Eduardo Balarezo intentó minar la credibilidad del testigo cooperante de la fiscalía, buscando inconsistencias y contradicciones en sus relatos, y retando su honestidad, pero el daño contra su cliente de este testigo era difícil de reparar.

La fiscalía presentó a un analista del Departamento de Defensa, James Bradley, dedicado a estudiar la amenaza directa desde México por el narcotráfico y preparar inteligencia en apoyo de agencias de seguridad antinarcóticos estadunidenses y mexicanas. Claro que fue enviado al reclusorio del Altiplano para examinar el túnel que usó El Chapo para escapar de esa prisión y ayudar a autoridades de ambos ­países a establecer qué ocurrió. Con un vocabulario especializado, con diagramas y más, estableció que, pues, El Chapo se fugó por un ­túnel bien hecho para ese ­propósito.

Guzmán saluda a El Chapo

Para agregar otra dimensión más surrealista a todo esto, este lunes el actor mexicano Alejandro Edda, quien hace el papel de El Chapo en la serie Narcos: México en Netflix, decidió visitar este espectáculo. En una fusión de realidad y ficción, los abogados de Guzmán Loera le avisaron que el actor estaba en el público y lo señalaron, y el acusado sonrió. Así, El Chapo saludó a El Chapo.

Edda comentó que ese gesto lo hizo temblar un poco. También saludó a la esposa de El Chapo, Emma Coronel, y a sus abogados, quienes bromearon sobre qué actores famosos podrían representarlos en una película, con Balarezo optando por Clooney y sugirieron a Al Pacino para su colega William Purpura.

De repente, El Chapo se volvió nota en el juicio de El Chapo, incluso se vio obligado a dar una conferencia de prensa ante cámaras y ofreciendo entrevistas a los periodistas.