La adopción por consenso en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) de la resolución presentada por México, en rechazo a la política de separación de niños migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, es muestra de la oposición categórica de los países de América Latina y el Caribe a este tipo de mecanismos violatorios de las garantías fundamentales, de acuerdo con el subsecretario para Asuntos Multilaterales y de Derechos Humanos de la Cancillería mexicana, Miguel Ruiz Cabañas.

El viernes, el Consejo Permanente de la OEA adoptó de forma unánime la resolución presentada a iniciativa de México, conjuntamente con las delegaciones de El Salvador, Guatemala y Honduras. Así, el órgano multilateral urgió al gobierno de Estados Unidos a poner en práctica medidas que eviten la separación de padres e hijos y que aseguren la reunificación familiar lo más pronto posible.

Al tomar la palabra en la asamblea de la OEA, Jorge Lomónaco, representante permanente de México ante el organismo, expresó que los más de 2 mil niños que han sido separados de sus padres, producto de la política de tolerancia cero, sufren de daños irreparables.

Agregó que está comprobado que el alejamiento de sus padres, sobre todo en circunstancias que para los niños son violentas e inexplicables, genera traumas que pueden tener consecuencias irreversibles en su desarrollo.

Sobre la decisión de la OEA de adoptar esta postura, el subsecretario Ruiz Cabañas reflexionó que ello es reflejo del rechazo general por parte de los países latinoamericanos y caribeños de la política de separar a los niños de sus familias.