México es uno de los países que tiene los menores niveles de movilidad intergeneracional, ya que siete de cada 10 personas que nacen en el quintil –o sector económico– más bajo se quedan en el mismo. Sólo una minoría logra avanzar en una o más generaciones, por lo que se siguen reproduciendo la pobreza y la desigualdad.

El economista Enrique Cárdenas, director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), planteó lo anterior en el contexto del seminario Salario Mínimo y Desigualdad, organizado por El Colegio de México. Expuso que en el contexto internacional el país muestra reducidos niveles de movilidad económica, pues quien nace en las capas económicas de mayor pobreza enfrenta condiciones de desigualdad educativa, salud y desarrollo, que le hacen imposible salir de esa condición.

Pero, además, nacer pobre en el norte de México no es lo mismo que hacerlo en el sur del país. En la primera región hay más oportunidades de salir de esta condición en tres décadas o una generación, mientras en los estados del sur esta posibilidad es mínima y gran parte de la población económicamente más desfavorecida se queda en ese nivel, dijo.

El también investigador y docente explicó que el CEEY lleva a cabo periódicamente un análisis sobre movilidad, el cual indica que los pasos de tiempo de reproducción de la pobreza son tan largos en ciertas capas sociales, que la desigualdad se acumula y crece en el país.

Señaló que en México no hay igualdad de oportunidades para todos los sectores, por lo que es urgente promover la movilidad en términos de justicia y cohesión social, con la definición de políticas que emparejen el piso para todos, dar condiciones de seguridad social para las mayorías y asegurar el empleo para todos los que lo demandan. Es fundamental, planteó, asegurar la incorporación al sector laboral, pero también facilitar el brinco de los trabajadores de la economía informal a la formal y dar acceso a la educación a las nuevas generaciones, por ejemplo.

Cárdenas forma parte del comité directivo de la Red Ciudadana de Acción contra la Pobreza –integrado por más de 80 organizaciones civiles y 118 personalidades políticas e intelectuales del país–, que en junio propusieron a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos que éstos se incrementen a 94 pesos. En el planteamiento demandaron que ya no se retrase el aumento a estos sueldos y expusieron que ya no hay pretexto para no revisar los mínimos y es fundamental que éstos superen la línea de pobreza.