Milán.

La muerte del presunto autor del atentado en Berlín, el tunecino Anis Amri, abatido en un tiroteo con la policía la madrugada del viernes en Milán, en el norte de Italia, puso fin a cuatro días de intensa búsqueda en toda Europa. Amri, de 24 años, es quien presuntamente perpetró el ataque el lunes a un mercado navideño de Berlín que causó la muerte de 12 personas y dejó 48 heridos, y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

La agencia de propaganda Amaq, ligada a EI, anunció este mismo viernes en Beirut que el hombre abatido en Milán era el autor del atentado de Berlín y divulgó un video en el que juró lealtad al EI.

La policía italiana informó que Amri atravesó Alemania, Francia y entró a Italia después del ataque. Hizo varios trayectos en tren.

Amri, quien estuvo preso en Italia, fue frenado por los dos oficiales que hacían una patrulla de rutina en el vecindario de Sesto San Giovanni en Milán la madrugada del viernes. Cuando se le pidió mostrar sus documentos sacó una pistola de su mochila y murió en el tiroteo subsiguiente.

Uno de los oficiales, Christian Movio, de 35 años, recibió un balazo en el hombro derecho y fue operado, pero se encuentra bien. El colega de Movio, Luca Scata, de 29 años, fue el que mató a Amri de un disparo en el pecho.

Un fantasma

El solicitante tunecino de asilo no tenía ni papeles de identificación ni teléfono celular, sólo una navaja y la pistola calibre 22.

Era un fantasma, relató el jefe de la policía de Milán, Antoio de Iesu.

El primer ministro italiano Paolo Gentiloni elogió a los dos policías que abatieron a Amri. También llamó a mejorar la coordinación transfronteriza y señaló que Amri, pese a ser el hombre más buscado del continente, pudo cruzar las frontera de Alemania y Francia sin problema.

Podemos sentir cierto alivio ahora que hemos acabado con una situación peligrosa, pero el peligro del terrorismo sigue vigente como lo ha estado durante años y eso lo sabemos todos, dijo la canciller federal alemana Angela Merkel.

Milán, Roma y otras ciudades intensificaron sus medidas de seguridad tras el ataque en Alemania, y se han despachado más patrullas y controles de vigilancia.