El dolor inmenso de no conocer el paradero de un ser querido sólo puede comprenderlo quien pase por la misma situación. Por eso la marcha de ayer para conmemorar dos años con dos meses de la ausencia de los estudiantes de Ayotzinapa adquirió un acento especial al encontrarse en su camino con la caravana de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos, en la Ciudad de México.

Duró sólo un momento, pero esta reunión singular pareció dar un sentido nuevo a consignas que se han gritado una y mil veces en las movilizaciones de los padres de Ayotzinapa. El No están solos se escuchó diferente en la voz de quienes han recorrido miles de kilómetros para buscar a sus hijos en una tierra extraña donde se les perdió la pista.

Poco antes de las cinco de la tarde, los padres y madres de los 43 normalistas salieron en caminata por Paseo de la Reforma, arropados por las organizaciones sociales y populares que los acompañan, así como por cientos de personas sin militancia política que también les mostraron solidaridad.

Aunque la marcha se dirigía hacia el poniente de la ciudad, a la altura de la Glorieta de Colón dio la vuelta para enfilarse de nuevo al Centro. Ahí salió a su encuentro un pequeño grupo de la caravana de madres centroamericanas, que coreaban: Hijo, escucha, tu madre está en la lucha.

Quedaba poco que agregar, al menos con palabras. Haciendo a un lado los insistentes flashes de las cámaras, los dos grupos de madres se estrecharon en un abrazo, en medio de lágrimas y frases de aliento mutuo.

Estamos en la misma lucha, estamos en el mismo dolor. Ellas vienen desde Centroamérica y han querido venir para saber cuánto tiempo tenemos de estar en esta lucha, en este caminar, exigiendo verdad y justicia, señalaron los familiares de los jóvenes de Ayotzinapa.

En respuesta, las madres de migrantes centroamericanos desaparecidos señalaron que es “una alegría poder compartir este espacio de lucha con ustedes. Sabemos que esta sangre que se está derramando exige verdad y justicia. Como madres, nos unimos al grito ‘porque vivos se los llevaron, vivos los queremos’”.

Al llegar al Hemiciclo a Juárez, los padres de los 43 normalistas desaparecidos la noche del 26 de septiembre de 2014 subrayaron que su lucha no es por dinero ni cargos públicos, sino por llegar a la verdad sobre el paradero de sus hijos y que se castigue a los responsables de su ausencia forzada.

Durante el mitin, Nicolasa García, madre del estudiante desaparecido Saúl Bruno, agradeció el apoyo de las organizaciones que les han dado acompañamiento y subrayó que no dejará de buscar a su hijo y a sus compañeros normalistas.

Como madre lo digo: no voy a descansar hasta saber el paradero de nuestros hijos, porque este pinche gobierno no quiere decir dónde están, pero ellos se los llevaron. Le exijo al gobierno que investigue esto con su policía, que diga dónde fueron a dejar a nuestros hijos, enfatizó en medio de aplausos.