Agustín Basave Benítez presentó su renuncia con carácter irrevocable como presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a punto de cumplir ocho meses en el cargo. La dimisión se hará efectiva el 2 de julio ante el Consejo Nacional, que deberá designar a un interino.

Basave señaló que la ingobernabilidad interna, así como la normatividad y cultura política que imperan en el partido obstaculizaron su presidencia, por lo que presentó su dimisión al presidente de la mesa directiva del consejo, Ángel Ávila. Aclaró que no influyeron los resultados electorales en su decisión.

Presentó la carta de renuncia en la sede del partido, acompañado sólo por cuatro de 25 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, tres pertenecientes a Alternativa Democrática Nacional (ADN) y uno afín al mismo Basave. Es decir, no lo acompañaron los de Nueva Izquierda (NI) –aunque sentado entre la prensa estuvo el ex presidente del partido e integrante de esa expresión Carlos Navarrete–, Foro Nuevo Sol, Izquierda Democrática Nacional (IDN), Patria Digna (PD), Frente de Izquierda Progresista y Vanguardia Progresista.

En el texto, Basave –quien regresará a su curul en la Cámara de Diputados– se pronunció por una reforma estatutaria que fortalezca las facultades de la presidencia nacional, acote a las corrientes y permita el acercamiento a la ciudadanía, que tanta falta nos hace, aunque manifestó que no está en condiciones de construir un acuerdo mayoritario para ello.

En todo caso, hago votos para que mi salida detone una mayor conciencia y determinación en esa cúpula para emprender la transformación radical que las bases de nuestro instituto político piden a gritos, manifestó.

El dirigente perredista, de buen talante, bromista en varias ocasiones, señaló que adelantó el anuncio de su dimisión, después de que Jesús Ortega, coordinador nacional de Nueva Izquierda, rompió el acuerdo que asumieron las corrientes en una mesa después de las elecciones, para dejar que él diera a conocer su decisión el 2 de julio.

Lo lamento mucho porque el presidente de un partido tiene el derecho de decidir cuándo y cómo anunciar su renuncia, y nadie tiene el derecho de arrebatarle esa decisión y ese anuncio, como hizo Jesús Ortega el viernes, afirmó.

Ante la renuncia de Basave, las tribus perredistas empezaron a barajar nombres para sustituirlo. Entre ellos, Beatriz Mojica, Pablo Gómez, Miguel Alonso Raya, Camerino Eleazar Márquez.

Expresiones como PD y ADN lamentaron la decisión del diputado con licencia; en cambio otras, como IDN, empezaron a perfilar la posibilidad de que haya una renovación adelantada de la dirigencia nacional, rumbo a las elecciones del año entrante y de 2018.

El secretario de Acción Política Estratégica del partido, Alejandro Sánchez Camacho, integrante de IDN, incluso convocó a intensificar los trabajos de afiliación” a la expresión para fortalecerla ante la posibilidad de que se convoque a elecciones internas, para renovar toda la dirigencia, a más tardar en enero próximo y con ello evitar, además, la imposición de una alianza amplia con el PAN en la elección presidencial de 2018.

El dirigente de IDN, René Bejarano, tras reconocer el esfuerzo de Basave al frente del PRD, manifestó que, pese a las diferencias entre grupos, tendrán la capacidad de ponerse de acuerdo para la designación de un interino.

No obstante, Camerino Eleazar Márquez, secretario de Organización e integrante de ADN, resaltó que deben nombrar a un presidente interino que concluya el mandato que dejaron inconcluso tanto Carlos Navarrete, como Agustín Basave, al renunciar al cargo –el cual, conforme a los estatutos del instituto político, debería finalizar en noviembre de 2017– o adelantan la renovación de la dirigencia.

Alertó que NI pretende tomar ventaja con la renuncia, sin respetar los liderazgos, para retomar la presidencia del PRD.

Carlos Sotelo, líder de PD, consideró que Basave debió resistir los factores que han destruido poco a poco al PRD y apoyarse más en los liderazgos y agrupamientos internos que han resistido o rectificado la derechización impuesta al partido desde hace seis años.