El técnico Guillermo Vázquez insiste en que lucharán también en la Libertadores
Justifica su alineación alternativa, pues genera competencia en el equipo
En los recientes siete partidos sólo tenían una victoria
Entre lágrimas, Carlos Morales lamenta situación del Morelia
Lunes 21 de marzo de 2016, p. 2
El mal estado del aire los llevó a jugar a una hora inusual. Sin el sol infame que obliga a terminar los partidos con la lengua de fuera, la contaminación de media semana colocó a los Pumas en una tarde fría. Y qué bien les sentó: consiguieron una victoria que no encontraban desde hace varias jornadas y lo hicieron de forma despiadada: 4-2 sobre el Morelia.
Los auriazules tuvieron así más horas para recuperarse después de semanas desgastantes por participar en dos torneos: liga y Copa Libertadores.
Una tarde espléndida, fresca y adecuada para el juego rápido. En este entorno los Pumas pudieron sacudirse la presión en la campaña local, donde en los recientes siete partidos sólo obtuvieron una victoria.
Sólo tres minutos tardaron en crear peligro. El ecuatoriano Fidel Martínez insistió en presumir su capacidad de sorpresa cimentada en la velocidad y obsequió el balón al paraguayo Dante López, quien entró en la marcha rumbo al arco de Monarcas. La defensa no pudo seguir la carrera y el duelo se convirtió en un cara a cara que carecía de lógica para el error. Empujarlo sería el recurso seguro; Dante, en cambio, eligió una salida rocambolesca con un tiro bombeado que de entrar lo hubiera hecho merecedor de un monumento. Pero no.
La oportunidad desaprovechada pesó aún más con la respuesta del Morelia. Como una ironía, en 30 segundos se invirtieron los papeles. Entre embates y rechazos en el área, el colombiano Jefferson Cuero escogió una ruta segura para encajar el primer gol de la tarde.
Entonces el Morelia empezó a amagar a los felinos. Pablo Velázquez los dejó pasmados con un disparo que se fue por encima de la portería de Alfredo Saldívar.
Los universitarios no podían desaprovechar la frescura de un aire ya no tan enrarecido como hace algunos días y subieron revoluciones. Daniel Ludueña, jugador de toque fino al que a veces se le critica que apenas corre en la cancha, dio un par de exhibiciones de sprint para no dejar dudas. Por la izquierda, envió centros que no tuvieron rematadores.
La segunda oportunidad llegó para los Pumas antes de la media hora. La pelota se cruzó en el camino de Josecarlos Van Rankin afuera del área de Monarcas para despacharla con un zapatazo violento. Érick Aguirre tuvo la buena intención de desviarla, pero la mala fortuna de meterla en su portería y dar el empate 1-1 al minuto 23 con un autogol.
Tras el intermedio los locales regresaron a la cancha desbocados. Lo que les dijo Guillermo Vázquez fue estimulante, porque fueron imparables.
Al primer minuto del complemento, Ludueña otra vez aplicó velocidad, tanto que incluso iba un segundo adelante de Martínez, quien se quedó a nada del gol.
Dante López entonces tuvo la oportunidad de quitarse el mal sabor del error y demostrar que si lo suyo no es la definición, al desequilibrar pocos pueden darle alcance. El paraguayo corrió como si tuviera una cita de honor. Y lo era. Envió un centro afortunado que Ludueña concretó para el 2-1 al minuto 50.
Después, los Pumas se tornaron incontenibles; fueron un equipo ofensivo y veloz en el que los jugadores no especularon cada vez que tenían la pelota.
Dante, ya con la autoestima restaurada, volvió a salir en un disparo de adrenalina. Envió de nuevo al área y Martínez remató el balón con una complicada tijera que viajó acompañada de la suerte, pues después de estrellarse en el travesaño pegó en la espalda del portero Felipe Rodríguez y terminó dentro del arco, para el 3-1 al minuto 53.
En los Pumas todo se contagia; la desazón o el entusiasmo se transmiten de hombre a hombre. Ayer fue el entusiasmo. En su turno, Javier Cortés buscó una acción personal. Empezó de espaldas al arco, se quitó la marca, avanzó con la pelota pegada al botín y afuera del área tiró para el 4-1 al minuto 58. La pelota viajó en elipsis, en una vaselina que el portero del Morelia, por más que saltó, jamás podría arruinar.
Por un instante el Morelia volvió a la pelea. Un saque de manos terminó a modo para que Carlos Morales mandara la pelota a la red con un zurdazo (4-2).
Los auriazules recuperaron así el paso en el torneo de liga al llegar a 15 puntos, mientras el Morelia se quedó con 10.
El mal aire hizo que esta fiesta de mediodía en Ciudad Universitaria terminara por la noche.
Sobre la cancha, Carlos Morales dijo entre lágrimas: “La afición no merece la situación en la que está el equipo. Somos los únicos responsables y debemos sacar esto adelante. Hay que dar la cara; mis compañeros y el profe (Meza) están en la misma situación que yo”.
Por su parte, Vázquez declaró: Tenemos chance en Libertadores y con esto se acerca la liguilla; el equipo luchará por los dos torneos. Hay que seguir trabajando, viene lo más complicado en las dos competencias
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Sobre utilizar ayer a un equipo alternativo, mencionó que fue decisión mía que algunos no participaran y entenderán que hay que dar oportunidad a los que no han jugado. Se genera gran competencia y los que entraron lo hicieron bien
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