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La sociedad bíblica, en severa crisis
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de marzo de 2016, p. 13

La Sociedad Bíblica de México (SBM) enfrenta una de sus peores crisis en décadas, debido a acusaciones de corrupción, malversación de fondos y vínculos partidistas de sus directivos, quienes obligadamente han separado del consejo de directores a los representantes de las iglesias evangélicas más numerosas y representativas del país.

A ello se suma una caída de los ingresos de lo que hasta hace poco era la editorial fabricante de biblias y material religioso más grande del país, incluso con fuerte actividad de exportación a países de América Latina y un amplio trabajo de traducción a lenguas indígenas.

Julio Splinker Martínez, director de la SBM, enfrenta en la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México la demanda FCH/URI-Canaco/1932/15-03 por el delito de administración fraudulenta, por 9 millones de pesos, interpuesta por la apoderada legal de la Sociedad Bíblica, Ana Bañuelos Díaz, quien fue expulsada por interponer dicha denuncia. Hay otras acusaciones por malversar 315 mil pesos.

Presiones

La permanencia ilegal al frente de la SBM, debido a que Splinker llegó al cargo solo como interino hace más de un año, se ha consolidado tras obligar a representantes de las iglesias Presbiteriana, Pentecostés, Adventista, Interdenominacional, Asambleas de Dios y del mismo Ejército de Salvación, a abandonar la junta de directores de dicha sociedad.

Además, el actual director de la SBM ha sido ministro de culto religioso y, simultáneamente, líder de dos asociaciones políticas diferentes. Primero fue presidente de la Agrupación Política Acción Republicana, a la cual el entonces Instituto Federal Electoral le retiró el registro por violaciones graves a la ley y por no presentar documentos que acreditaran sus gastos.

Luego creó otra agrupación, Convicción Mexicana por la Democracia, la cual integró con José Alonso Trujillo, quien también se desempeña como miembro de la actual junta de directores, que se mantiene esencialmente por la presencia de la Iglesia Metodista.

En su estado natal, Splinker fue destituido como presidente de la Alianza de Pastores de Oaxaca, acusado de ocultar que había usado de manera personal fondos que el gobierno local destinó a esa agrupación, por lo que se determinó expulsarlo.

En una carta al Consejo Mundial de Sociedades Bíblicas Unidas, la Asamblea Nacional Presbiteriana de México enumera irregularidades, casos en los que varios directivos tienen conflictos de interés.