El presidente Enrique Peña Nieto reconoció al Estado Mayor Presidencial (EMP) por su compromiso y lealtad, y en particular lo felicitó por el trabajo realizado para garantizar la seguridad del papa Francisco y de las más de 10 millones 300 mil personas que acudieron a verlo en diferentes actos.

Al encabezar la ceremonia por el Día del Estado Mayor Presidencial, el mandatario señaló que con gran compromiso y sentido del deber el organismo tomó las medidas necesarias para brindar protección y atención al pontífice en cada una de sus 50 actividades y en sus recorridos terrestres de más de 319 kilómetros.

Visiblemente agripado, Peña resaltó que en los días previos a la llegada del prelado, y durante su estancia en el país, el EMP coordinó un amplio operativo interinstitucional para que las múltiples expresiones de júbilo se dieran de manera organizada y sin contratiempos.

En la explanada del edificio de Molino del Rey, el Presidente expuso que cada uno de los integrantes de esa institución demostró responsabilidad, experiencia y profesionalismo.

Peña Nieto felicitó tanto a los que participaron directamente en los operativos de seguridad y logística –más de 800 elementos–, como a los que intervinieron de manera indirecta. Ante más de mil militares y sus familiares, el titular del Ejecutivo resaltó más adelante que el EMP ha hecho de la lealtad una mística de servicio.

Previamente, el jefe del Estado Mayor, general Roberto Francisco Miranda, coincidió con el mandatario en que durante la estancia del Papa se demostró el profesionalismo del organismo a su cargo.

‘‘Al término de esta visita puedo decir con gran satisfacción, misión cumplida, señor Presidente’’, añadió durante la ceremonia que terminó con juegos pirotécnicos y en la que se recordó la gesta de los capitanes Gustavo Garmedia Villafaña y Federico Montes Alanís, quienes defendieron al presidente Francisco I. Madero en el golpe de Estado registrado en su contra hace 103 años.

Dijo que traer al presente a esos dos militares es la forma de honrarlos y de alzar la voz para decir: ‘‘no a la violencia ni a la delincuencia organizada. Sí al estado de derechos y a la paz… No al miedo ni a la desesperanza, sí a nuestros valores, tradiciones y profundas raíces de valor, patriotismo y lealtad’’.