Pemex, ¿cómo fue que se esfumó el dinero?
Ifai intenta que se abra el pozo de los secretos
Carmen Aristegui: aquel viernes 13
Sesenta días de estridencia
Campañas insustanciales
PRI y PVEM, enfilados
Pacto de San Lázaro
Las razones
de Aristegui y la intervención de la CNDH en el caso
Los actores del Cumbres
Deuda abrumadora
Treinta años al alza
EPN rompe récord
La mujer en la vida económica
Jorge Vergara y Piojo Herrera, pugnas dentro y fuera de la cancha
La tirisia
n semanas recientes la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)se ha referido con cierta insistencia a los recortes al gasto previstos para 2016. Ayer la dependencia afirmó que la reducción al presupuesto de este año (124 mil millones de pesos al gasto programable) ha hecho posible reducir a la mitad la disminución establecida para el entrante (135 mil millones de pesos). Aunque enfatiza que la disminución de los ingresos presupuestarios para 2015 será de sólo
2.1 por ciento en relación con el periodo en curso y una disminución de 3.5 por ciento en el gasto, ante la mala situación económica por la que atraviesa el país se incrementa, en el ánimo social, el temor a un desarreglo mayor al sugerido por las previsiones oficiales.
Sin cambios en el IPN
eis meses después del movimiento estudiantil que sacudió al Estado autoritario, en septiembre del año pasado, por la fallida administración de la directora Yoloxóchitl Bustamante, sigue la misma práctica de imposición con la administración del doctor Enrique Fernández Fassnacht, la cual simula democracia en los consejos técnicos consultivos de las escuelas para formar las ternas de donde surgirán los directores; predomina el compadrazgo de antaño, maquinación y manipulación de acuerdo con los intereses de grupos y personas, ejemplo claro en la ESIQIE, reductos de la administración pasada. Siguen en el poder cuatro de nivel superior y dos de nivel medio superior en la Dirección de Educación Superior; sigue Emmanuel Merchán Cruz, responsable directo de los planes y programas de modelos caducos basado en competencias, importado de países europeos; lo mismo pasa en el CTCE de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica Unidad Zacatenco, esperando los ex directores para dejar a sus huestes en la dirección o buscar ellos una coyuntura para encaramarse nuevamente. Para que haya verdadera democracia debe considerarse la opinión de la comunidad de la escuela, mandatando a los miembros del consejo para que cambien de actitud y proceder, no cambiar para que nada cambie.
l Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Stanford, en California, organizó una conferencia sobre la perspectiva internacional de lo sucedido en Ayotzinapa. Buena parte de la charla se dedicó a la respuesta que las autoridades mexicanas han dado a las demandas por la violación a los derechos humanos que se han presentado en diversos foros internacionales.
or siglos Inglaterra presumió su dominio sobre los mares. Bien con fines comerciales (incluyendo el de esclavos), para sus intercambios con sus colonias o por cuestiones bélicas. De sus escuelas navales y de ingeniería han salido cuadros muy preparados en los aspectos más importantes relacionados con la navegación. Sigue siendo una potencia mercantil y su armada goza de prestigio, pero sin las glorias de siglos pasados. Otros son los objetivos que ahora se imponen respecto del mar y los ríos. Uno de ellos es la generación de energía.
espués de padecer largas dictaduras militares a lo largo del siglo XX en América Latina, y apartadas las polarizaciones ideológicas que llevaron a conflictos armados en no pocos países, la recuperación, o edificación, del estado de derecho pareció ser la meta a conseguir como salvaguarda de un futuro en que democracia y desarrollo pudieran caminar de manera integral y paralela.
n realidad, no es de extrañar que los países latinoamericanos, hoy en su mayoría, difieran en una serie de aspectos centrales respecto de Estados Unidos, y así quedará claro durante la próxima semana cuando tenga lugar en Panamá la séptima Cumbre de las Américas. Ya días antes surgen las diferencias, notablemente sobre el caso de las sanciones impuestas por la Casa Blanca a Venezuela, respecto a lo cual una mayoría de nuestros países ha mostrado su desacuerdo.
e que necesitamos un cambio no hay la menor duda. El gobierno, la economía, la vida social, todo está mal. La tortura, dice el relator de la ONU, es generalizada: lo sabíamos, pero que lo corroboren fuera es una novedad; las desapariciones forzadas, los crímenes no aclarados, los abusos de la fuerza pública, son parte de nuestro día a día. El nerviosismo oficial, cuando es puesta en evidencia su corrupción, se manifiesta restringiendo la libertad de expresión y el derecho a la información; el manotazo en el caso de Carmen Aristegui es un extremo intolerable.
l sistema democrático del país tiene un cortocircuito. Las próximas elecciones de junio no provocan ninguna expectativa de mejoramiento en el ambiente político y, realmente, carecen de interés. Pero no por ello son irrelevantes, ya que pueden ahondar de manera general la disfuncionalidad de los quehaceres del gobierno y de la actividad legislativa.
hora los policías llegan a magistrados en la corte suprema de justicia de una Nación. Eso es nuevo. El flamante ministro de nuestra corte nacional de justicia es un policía; si dirigió la procuraduría general y los servicios de inteligencia nacionales (en un periodo particularmente confuso por cierto), ¿qué lo calificó luego para atender las estratégicas embajadas de Londres y Washington, of all places? No lejos de las oficinas de la CIA y el M15, con quienes ya habría colaborado anteriormente. ¿O sería por el oro? ¿No fueron a enterrar en Londres las nada tímidas reservas de oro sólido? (Oh, perdón, esto suena a vil teoría de la conspiración; con eso de que ya nos incluyeron en la franquicia de James Bond, uno se deja llevar por la emoción.) Luego esa insistencia del actual ejecutivo autoritario en que ingresara a la corte ese señor. Ni se cuidan de las formas. Es el método. Como eso de los agentes extranjeros armados y actuantes en territorio nacional, otro decretazo como si nada, parte de acuerdos internacionales firmados no en nuestro nombre.
ace unos años estaba sentado en un balcón de la sierra purépecha de Michoacán cuando un viejo campesino de Angahuan se me acercó para conversar conmigo sobre la pasión de sus pueblos. Su voz me recordó a la de Joseph Brodsky cuando en No vendrá el diluvio tras nosotros escribió que: No hay sólo andar, también silencio, en tu reloj,/ que además ignora el caminar en círculo.