Reclaman herederos de un coleccionista judío la restitución de esa obra del pintor simbolista
Fue robado por los nazis a la familia Lederer, que lo recuperó y lo vendió al gobierno de ese país
Sábado 7 de marzo de 2015, p. 4
Viena.
El famoso Friso de Beethoven, que pintó el simbolista Gustav Klimt, seguirá de momento en manos del Estado austriaco, según recomendó ayer la comisión de expertos encargada de estudiar la querella de restitución interpuesta por los herederos de un coleccionista judío.
Se trata de una de las obras cumbre del modernismo vienés que fue robada por los nazis a la familia judía Lederer, que lo recuperó tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no les estaba permitido sacarla de Austria. A comienzos de los años 70, el coleccionista Erich Lederer vendió el ciclo de pinturas al Estado austriaco en 750 mil dólares.
Los herederos del coleccionista exigían la devolución del friso, alegando que la venta se realizó bajo coacción debido a la prohibición de sacar la obra del país.
Sin embargo, según el presidente de la comisión de expertos, Clemens Jabloner, ese no fue el caso, pues no hay relación entre la prohibición y la adquisición del friso por el Estado.
Decisión no vinculante
El abogado Marc Weber, que defiende a los herederos, declaró que la decisión de la comisión es incomprensible. “El caso del Friso de Beethoven es un claro ejemplo de que la venta de una obra de arte estuvo marcada por la existencia de una prohibición de exportación”, argumentó.
Según afirmó llevará el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo y presentará una querella en Estados Unidos.
Para Jabloner, no hay duda de que la República de Austria se comportó de manera miserable con la familia Lederer después de 1945
.
Sin embargo, añadió, por ello no se pueden sacar conclusiones con respecto a este caso concreto. Al término de la guerra, Austria devolvió a la familia parte de su enorme colección de arte, pero conservó otras obras.
Aunque la decisión de la comisión no es vinculante, el gobierno austriaco señaló que seguirá la recomendación. Según dijo el ministro de Cultura, Josef Ostermayer, los expertos tienen su plena confianza.
Con 34 metros de largo, el Friso de Beethoven es un ciclo de pinturas central en la obra de Klimt (1862-1918). En él el artista rinde homenaje de manera alegórica a la Novena Sinfonía de Beethoven y la interpretación que hizo de ella Richard Wagner. Se expone desde 1986 en las salas del Pabellón de la Secesión Vienesa.
Celebramos que podamos seguir mostrando el friso en el lugar para el que fue creado
, dijo el presidente de la Secesión, Herwig Kempinger. El ciclo de pinturas se expuso por primera vez en 1902 en las salas del pabellón de este movimiento de artistas.
La disputa en torno al Friso de Beethoven no es la primera a la que se enfrenta el Estado austriaco por una de las valiosas obras de Klimt. Ya en 2006, las autoridades tuvieron que devolver el famoso Retrato de Adele Bloch-Bauer a su heredera tras un mediático proceso.
El cuadro del artista austriaco fue subastado posteriormente en 99 millones de euros (unos 108 millones de dólares).