Moscú, 7 de junio.

Al tomar posesión como presidente de Ucrania, Petro Poroshenko ofreció este sábado una amnistía a los separatistas del este del país que depongan las armas y anunció su intención de viajar pronto a la zona del Donbass –que abarca las regiones de Donietsk, Jarkov y Lugansk– y de convocar ahí a elecciones para tener gobernantes legítimos con los cuales se pueda negociar un arreglo político.

Ante los diputados de la Rada, reunidos en sesión especial, y 56 delegaciones foráneas, incluidos los jefes de Estado de algunos países vecinos y la notoria ausencia del titular del Kremlin, representada Rusia por su embajador en Kiev, Poroshenko destacó como prioridad lograr la paz en las regiones del este de Ucrania, que es y seguirá siendo un país unitario.

Para ello, el presidente ucranio reiteró –en ruso, como gesto hacia las regiones con alto porcentaje de rusohablantes– su compromiso de no perseguir a los insurrectos de Donietsk y Lugansk que depongan las armas, salvo aquellos que tienen las manos manchadas de sangre y los que financian el separatismo.

Poroshenko está convencido de que, después de celebrar elecciones en esas regiones, será posible negociar un arreglo político, que presupone conceder más autonomía y derechos a las regiones del este.

Se refirió a Crimea como herida abierta, la cual, dijo, siempre ha sido parte de Ucrania, afirmación que no comparte Rusia y que, si el presidente ucranio no asume la anexión de la península como irreversible, dificultará establecer un diálogo directo al más alto nivel entre Kiev y Moscú, más allá de esporádicos, aunque necesarios, contactos informales en actos multilaterales.

Otro tema destacado de su discurso fue la integración con Europa y, como un primer paso, la meta de firmar lo antes posible la parte económica del acuerdo de asociación con la Unión Europea y conseguir que los ucranios puedan viajar a los países miembros de dicha comunidad sin necesidad de visa.

Los líderes de los separatistas de Donietsk y Lugansk no tardaron en rechazar la amnistía y no quieren negociar con Poroshenko. Viacheslav Ponomariov, autoproclamado alcalde popular de la ciudad de Slaviansk, manifestó: No creo en Poroshenko. Una persona que ha mentido no merece confianza. Nada tenemos que hablar con él.

En el mismo sentido se pronunció Valeri Bolotov, dirigente de la República Popular de Lugansk: Su oferta de amnistía es una maniobra. Nadie le creemos aquí.

El primer ministro de la República Popular de Donietsk, Aleksandr Borodai, aseveró que Poroshenko es presidente de otro Estado y sus declaraciones sobre el futuro de Ucrania como un solo país y sobre el idioma ruso a nadie interesan en esa región.

Entretanto, en pleno centro de la ciudad de Donietsk se cometió un atentado que costó la vida a Maksim Petrujin, secretario del autoproclamado líder de los insurrectos, Denis Pushilin, quien responsabilizó al gobierno de Kiev.