Buenos Aires, 15 de febrero

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner reiteró la necesidad de que Argentina logre la soberanía energética, porque es esencial para el crecimiento de un país y ratificó la política del Estado en esa dirección, durante primer primer acto oficial fuera de la casa de gobierno, tras la intervención quirúrgica a la que fue sometida en octubre pasado.

La mandataria abordó el tema al encabezar en El Calafate un acto por el aniversario 137 del bautismo del Lago Argentino, el más austral de los grandes lagos del país, y celebró la incorporación de esa localidad de la provincia de Santa Cruz al sistema nacional interconectado de electricidad, lo que fue posible gracias a la construcción de un gasoducto que posibilita el suministro del hidrocarburo a las plantas generadoras de electricidad.

La soberanía energética es esencial para el crecimiento de un país, dijo la mandataria quien añadió que no sólo nos interconectamos, sino que también nos redistribuimos. Eso es equidad y justicia, sostuvo.

La mandataria coincidió en el acto con el gobernador de la provincia, Daniel Peralta, quien hasta hace poco estaba distanciado de la Casa Rosada.

Fernández de Kirchner se vio relajada, y al término del acto, se tomó fotografías con el público asistente y se acercó a saludar a la gente.

Por otro lado, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, reconoció que la nación sudamericana pasó de ser un país de tránsito a uno de consumo y de elaboración de drogas y agregó que la frontera terrestre es la más difícil de controlar.

Las recientes amenazas que sufrieron periodistas de un diario de la provincia de Mendoza al parecer de una banda narcotraficante, tras la publicación de una investigación sobre su actividad criminal, devolvió el problema del avance del narcotráfico en Argentina a los titulares.

Rossi rechazó las críticas de la oposición por la falta de control oficial y aseguró que el país cuenta con un sistema de radares que funciona. Subrayó que el rol de las policías provinciales es importantísimo y decisivo para combatir a las bandas de narcos.

El jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el opositor Mauricio Macri, culpó al Ejecutivo nacional por el avance inédito del narcotráfico en la historia del país porque en todos estos años hubo un Estado ausente.

Macri coincidió en que Argentina dejó de ser un país de paso de la droga para ser un país productor y cuestionó la falta de políticas.