Aunque las obras llevan un avance de 50 por ciento, Estela de luz, el monumento seleccionado por el gobierno federal para conmemorar el bicentenario de la Independencia estará listo antes de que concluya el último trimestre de este año.

Así lo aseguró ayer Ignacio López Rodríguez, director general de III Servicios, SA de CV, empresa responsable de la construcción de esa gigantesca estructura de acero diseñada por un grupo de arquitectos mexicanos, encabezado por César Pérez Becerril.

La pieza fue concebida originalmente para ser inaugurada el 15 de septiembre de 2010 y el presupuesto inicial de la construcción se ha incrementado casi 700 millones, al pasar de 200 a 889 millones de pesos.

Durante un recorrido por las obras, situadas en el vértice de Paseo de la Reforma y Lieja, en la entrada de Los Leones del Bosque de Chapultepec, pudieron apreciarse decenas de trabajadores –cifras oficiales señalan 500– y de maquinaria pesada.

De acuerdo con el representante de la empresa, la cual tiene como límite de entrega antes del 31 de diciembre, el proceso constructivo de la obra civil está completamente garantizado y se concluirá en el último tercio del año.

Al día de hoy, dijo, se han concluido totalmente la excavación y la cimentación profunda del monumento, el cual consta de dos esbeltas columnas de acero inoxidable de 104 metros de altura, revestidas de cuarzo transparente.

López Rodríguez, abogado de profesión, reiteró la enorme complejidad para realizar esa estructura metálica, así como la construcción.

Garantizó que todo cumple con los estándares dispuestos en los diferentes reglamentos y normatividades de la ciudad de México e internacionales, para que Estela de luz dure por lo menos 200 años.

Estar ubicada en una zona sísmica de transición, los fuertes vientos, tener el nivel del manto freático a tan sólo 5 metros del piso y estar rodeados de edificios de gran altura, han sido los principales obstáculos, explicó

Tenemos condiciones desfavorables por los sismos; el reglamento nos obliga a tener un cálculo en el que la estructura tolere sismos de 8.3 grados y vientos que van a empujar a 200 kilómetros por hora, indicó.