Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 3 de septiembre de 2006 Num: 600


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
H. D. Thoreau, un combatiente
DANIEL MOLINA ÁLVAREZ
Dos poemas
NEFTALÍ CORIA
Un Óscar al Auditorio
AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
In dubio, pro Grass
RICARDO BADA
El marxista herético
GRAHAM GREENE
De la historia y significado de la desobediencia civil
MAURICIO SCHOIJET
Al vuelo
ROGELIO GUEDEA
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Y Ahora Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Danza
MANUEL STEPHENS

Tetraedro
JORGE MOCH

(h)ojeadas:
Reseña de Miguel Ángel Muñoz sobre La estética de la belleza

Poesía
Reseña de Luis Miguel Aguilar sobre La patria erótica


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

LAS ARTES SIN MUSA

JORGE MOCH
[email protected]

EL CISNECITO QUE SE CONVIRTIÓ EN PATOTE FEO (I de II)

Para el Excmo. Sr. Dn. Alonso Arreola,
venturoso compañero de viaje quincenal

Decir mtv, –emtiví– es arrojarse uno a las procelosas aguas de una adolescencia mal dejada atrás, no siempre correcta, pero vaya que disfrutable. Para decirlo con menos eufemístico retruécano: Emtiví acompañó absoluta y felizmente novedoso como canal de televisión los tropezosos años de primera juventud de mi generación. Hoy lamentablemente las corbatas que dirigen ese ahora emporio mundial –magnífica muestra de ese imperialismo transcultural y empresarial del que cada vez se habla menos, porque cada vez conquista más cabezas de playa y se expande más–, se han quitado bermudas y sandalias para entregarse a la moda Armani y las prospectivas mercantiles. Lo que alguna vez fue una propuesta contestataria –recuerdo el video de Shock the monkey, del tata Peter Gabriel–, bicho raro que de alguna manera y por algún tiempo dinamitó las dinámicas distributivas y censoras de la música moderna en inglés (¡qué tiempos aquellos, señor don Alonso!, casi emparejados los del incipiente Rock en tu idioma, atentado promocional de disqueras que buscaban un mercado mexicano al rock menos chambón, más del Tri que de César Costa, para rescatar al género del sótano social de lo moralmente reprensible y políticamente incorrecto, pero eran también tiempos en que difícilmente los roqueros latinoamericanos capitalizaban recursos necesarios para realizar un video, así que el género del video clip estaba copado por ingleses, norteamericanos, canadienses, australianos y algunos europeos), luego simplemente mudó de piel. Emtiví se situó de porrazo como referente cultural roquero y pop en y desde su natal Estados Unidos. Recuerdo, también con dulce saudade (nadie mejor que los lusitanos para sustantivar ese peculiar sentimiento de bondadosa melancolía) las tardes en casa de una noviecita que tuve en Guadalajara, entretenidos los tórtolos en prohibidos, tímidos escarceos mientras en la tele The Police se declaraba Wrapped around your feet toe.

Emtiví explotó en el mundo y sus creadores (Warner-Amex Satellite Entertainment) no podían, ni pudieron por un tiempo, creer en un éxito, ése sí católico por universal. La firma creció a un ritmo de expansión impresionante. Si en su primera emisión hace veinticinco años con el video de los británicos The Buggles, Video killed the radio star de título indudablemente augural (el segundo video transmitido fue You better run, de la guapa dientuda Pat Benatar), alcanzó desde sus estudios en Miami a unos siete millones de televidentes norteamericanos el primero de agosto de 1981, hoy vemos un conglomerado de medios masivos presentes en prácticamente todos los países del orbe (¡China incluído!) que comporta los canales mtv, mtv Jams, mtv Hits, vh1 (y sus derivados vh1 Soul y vh1 Megahits) y los canales orientados al mercado infantil de Nickelodeon, a los que entre todos se calcula, bajita la mano, unos ochenta millones de suscriptores que a su vez se multiplican varias veces como audiencia, aunque sacrificando criterios cualitativos de lo que es música –y programación– que valga la pena distribuir. Esta explosiva transformación de proyecto "muy nuestro", de los jóvenes de entonces en corporación de telecomunicaciones orientada primordialmente al lucro, a la música facilona y comercial, se debe acaso a la anexión de que fue objeto en 1985 –jugada típica del mundo empresarial gringo– por parte del gigante de los medios Viacom, de tradición neoconservadora (ahí se inserta, por ejemplo, el emporio Disney). Puestos a pensar mal y viendo en lo que se ha convertido emtiví, podría decirse que es una punta de lanza de la penetración comercial (y de segunda mano cultural) del expansionismo norteamericano, una de cuyas características sería aparentar interés por adecuarse a los mercados regionales, pero operando con desdén en la aplicación de sus estándares de calidad didáctica y/o cultural, en función de lo únicamente lucrativo implementando lamentables acotamientos al idioma del país anfitrión y modas peligrosamente estúpidas con la mira puesta en ejercer su influencia mediática primordialmente entre la chamacada de los trece a los dieciocho. El segmento de quienes fuimos público inaugural, hoy cuarentón, apenas importa trece por ciento de su audiencia potencial. O sea que somos ya esa minoría a la que se dedica, con suerte, la programación de los vh1.

(Continuará)