México D.F. Lunes 16 de agosto de 2004
Los centros de votación, abiertos hasta
después de la medianoche; encuestas dan ventaja a Chávez
Sin cifras, chavistas y opositores proclaman el triunfo
en Venezuela
Destaca Carter la "amplia participación" en el
referéndum "Civismo extraordinario", dice Gaviria
ARTURO CANO Y STELLA CALLONI ENVIADOS
Caracas, lunes 16 de agosto. Los venezolanos vieron
pasar el domingo sin conocer los resultados oficiales del inédito
referéndum revocatorio que decide la permanencia del presidente
Hugo Chávez en el poder. A la avalancha de ciudadanos en los centros
de votación -que estableció un "récord histórico"-
se sumaron los retrasos por cuestiones técnicas, atribuidos a los
candados antifraude establecidos en el proceso.
Los dos bandos adelantaron, sin dar cifras, su triunfo.
A su vez, la agencia Reuters citó a tres ministros del gobierno
que aseguraron que se impuso el no a la revocación del mandato
del gobernante. "Esto ya está ganadísimo... por amplio margen."
El vocero de la campaña chavista, Samuel Moncada,
no desmintió la información de la agencia de prensa británica,
aunque tampoco quiso declarar la victoria. "Puedo decir que tenemos buenos
datos y confianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE), que muy pronto
emitirá su primer boletín", declaró a las 2:50 de
la madrugada.
En la sede del CNE informes extraoficiales apuntaban una
ventaja de 15 puntos en favor de Chávez, pero al filo de las tres
de la madrugada los rectores (consejeros) no habían sesionado para
acordar los términos del primer comunicado oficial.
En los alrededores del Palacio de Miraflores varios miles
de seguidores de Hugo Chávez daban por hecho el triunfo con una
fiesta popular.
Poco
antes, Chávez convocó a los medios a la sede presidencial,
el Palacio de Miraflores, mientras sus partidarios recorrían las
calles en caravanas de vehículos celebrando su victoria. En tanto,
la oposición convocó a una celebración, ya de madrugada,
en su cuartel general.
Los centros de votación se mantuvieron abiertos
hasta después de la medianoche, luego que las autoridades electorales
dieron dos prórrogas para el cierre de urnas, y se esperaba que
el CNE diera los primeros resultados pasada la 1:30 de la madrugada.
El CNE es el único autorizado para dar resultados
del proceso, y las partes contuvieron su entusiasmo de adelantar resultados
debido a la recomendación de observadores internacionales y a una
resolución del Tribunal Superior de Justicia.
Las últimas encuestas daban ventaja a Chávez,
de entre cinco y seis puntos, según las empresas más serias.
La ventaja obtenida por Chávez es mayor, aseguraban miembros del
Comando Maisanta, jefatura de la campaña del presidente.
Pero los ríos de gente en las calles animaban la
apuesta opositora en el "voto oculto", de los indecisos o de quienes temían
revelar su voto a las encuestadoras (una porción significativa de
los poco más de 14 millones de electores). El gobierno "será
oposición dentro de poco", dijo Jesús Torrealba, uno de los
voceros de la opositora Coordinadora Democrática.
Los chavistas, por su parte, estaban seguros de haber
obtenido su octavo triunfo electoral con Hugo Chávez al frente y
aseguraban que el resultado del referéndum significará el
"aislamiento internacional" de la oposición y la posibilidad de
"profundizar el proceso revolucionario" en Venezuela, cuya parte central
son programas sociales con recursos petroleros. Igualmente, estiman, le
permitiría incrementar la influencia de Venezuela en un esfuerzo
de integración latinoamericana.
Una victoria para Chávez, además, permitiría
a sus seguidores llegar en mejores condiciones a los comicios de noviembre,
cuando se renovarán las 22 gubernaturas y cientos de alcaldías
en todo el país. Igualmente, Chávez tendría la opción
de ir por la relección para el periodo que comienza en 2007.
Los dos bandos echaron toda la leña a la hoguera.
Chávez dirigió personalmente su campaña. Apostó
a sus misiones (programas sociales), un discurso rudo frente a sus seguidores
y de conciliación hacia fuera. Una clave de su discurso fue la insistencia
en que él es el único capaz de mantener la estabilidad de
Venezuela, en un contexto de crisis de los petroprecios. Esa fue la razón,
se estima aquí, de que Estados Unidos haya tenido una actitud más
cautelosa en cuanto Chávez comenzó a subir en las encuestas,
dejando atrás las cifras que la oposición consideraba su
voto duro.
Ya entrada la noche, ambos bandos invitan a sus seguidores
a no abandonar las largas colas en los centros de votación. Las
maquinarias de las dos fuerzas se mantenían en las calles. El ex
presidente estadunidense Jimmy Carter, cuyo centro ha atestiguado 50 elecciones,
diría que es la más concurrida que ha visto, y consideró
que "el resultado de las elecciones será mucho más satisfactorio
de lo que fueron en Florida, en 2000", cuando el republicano George W.
Bush ganó al demócrata Al Gore en una polémica elección.
Por esa alta participación Venezuela se mantuvo
en vilo a la espera de un resultado de esta consulta que transcurrió,
a decir del secretario general de la Organización de Estados Americanos
(OEA), César Gaviria, marcada por un "extraordinario civismo (...)
con respeto a los contrarios".
Los comentarios de Carter y Gaviria fueron hechos poco
antes de que se supiera de incidentes aislados en los que murieron tres
personas y otros 13 resultaron heridos.
A filo de las dos de la mañana, para aumentar el
suspenso, ambos coadyuvantes en el proceso revocatorio acudieron a la sede
del CNE, donde se reunieron con los cinco rectores principales del organismo
comicial. Carter y Gaviria salieron sin hacer declaraciones, y la espera
del primer boletín oficial continuaba al cierre de esta edición.
Mientras la mayoría de los opositores no admitían
la posibilidad de una victoria del presidente, Chávez juró
que el mismo 15 de agosto entregaría el poder al vicepresidente
José Vicente Rangel.
Una derrota del presidente supondría elecciones
en 30 días. Pero vista la experiencia de esta elección y
la ausencia de un candidato indiscutible de la oposición, que tendría
que celebrar elecciones primarias, el plazo sería insuficiente.
De ahí que los opositores hayan barajado ya opciones como la prolongación
del mandato de Rangel a cinco meses, y una reforma legal para permitir
elecciones en diciembre, pero no para completar el periodo de Chávez,
sino para un sexenio completo.
El principal punto de disputa, sin embargo, está
en una gaveta del Tribunal Superior de Justicia, que tiene guardada la
resolución sobre la legalidad de la participación de Chávez
en la elección inmediatamente posterior a su revocación.
Enrique Mendoza, principal adversario del gobernante
Tales escenarios dependen, claro, de que efectivamente
la oposición, como asegura, haya podido mandar a la lona a Chávez.
En ese caso, el adversario más probable de Chávez sería
Enrique Mendoza, gobernador del estado Miranda y figura central de esta
etapa de la oposición. "Aquí ya los ciudadanos decidieron,
ya tenemos nuestros números", dijo Mendoza a la medianoche.
Para los chavistas, seguros de su victoria, el referendo
no es el final de la batalla, aunque estiman que esta inédita jornada
comicial anula a la porción opositora que insiste en sacar a Chávez
a cualquier precio.
Más de siete horas de espera para votar
en diversos barrios pobres de Caracas
Hugo Chávez ratifica que respetará el
resultado y pide lo mismo a opositores
A las tres de la mañana empezó la movilización;
con cohetes y música se llamó a las urnas
STELLA CALLONI ENVIADA
Caracas, 15 de agosto. La masiva concurrencia de
millones de venezolanos de los barrios pobres podría incidir en
el triunfo de Hugo Chávez, según proyecciones extraoficiales,
en el referéndum revocatorio donde expuso su cargo a mitad del mandato,
que inició en 1998 y que relegitimó después de la
nueva Constitución de 1999.
Distendido, el presidente Hugo Chávez Frías,
votó esta mañana en la Escuela Básica Manuel Palacio
Fajardo, en la parroquia 23 de Enero, un barrio humilde de trabajadores
y afirmó que se está dando un ejemplo al mundo "porque venimos
saliendo de golpes de Estado, desestabilización, terrorismo e intentos
de intervención internacional y, sin embargo, se ha impuesto nuestra
Constitución".
Por esos momentos mencionó la existencia de algunos
problemas en el proceso, pero reconoció que las autoridades electorales
salían al paso de la situación, y ratificó que aceptaría
cualquier resultado e invitó a la oposición a hacer lo mismo.
"Rodilla
en tierra, que nadie se vaya de las colas porque si hay que amanecer votando
pues amaneceremos votando porque este es un día histórico
para la democracia venezolana", dijo el presidente ya informado de que
se estaba retrasando el proceso.
A las tres de la mañana una nutrida cohetería
y hasta potente música salsera despertaron a los venezolanos en
distintos barrios. A partir de ese momento comenzó una increíble
movilización y como hormigas los habitantes de los cerros que rodean
a Caracas comenzaron a bajar hacia los centros de votación para
culminar temprano y evitar un retraso que favoreciera algunos planes anunciados
por la oposición.
La gran sorpresa fue la inexplicable ausencia de algunos
técnicos que debían manejar las máquinas cazahuellas
y la tardanza incomprensible en la instalación de las mismas.
La prueba de fuego del referéndum revocatorio,
en el que se empleó avanzada tecnología informática,
en un proceso electoral al que se incorporaron 2 millones de electores,
y con una oposición dispuesta a utilizar diversas formas de presión
y obstaculización, amenazó por un momento con estallar en
conflicto y requirió diversos llamados oficiales y de observadores
a la tranquilidad, a la paciencia y a no quebrar las reglas del juego electoral.
Otro elemento de retraso fue la imprevisible afluencia
de votantes, que rompió todas las previsiones y que obligó
a las autoridades electorales a extender hasta la medianoche la votación,
ya que aún había miles de venezolanos en las colas. Hubo
algunas críticas al presidente de la Junta Nacional Electoral (JNE),
Jorge Rodríguez, ya que se le había advertido que aún
no se podía instalar masivamente las máquinas cazahuellas,
especialmente por la cantidad de nuevos votantes entre los 14 millones
habilitados para participar en estos comicios.
En un momento dado, cualquier acción irresponsable
podía haber cortado un hilo fino entre la impaciencia de miles de
ciudadanos pobres, para los cuales, sin duda, la ausencia de los técnicos
que debían manejar las máquinas, en una cantidad sustantiva,
originó el enorme atraso de las primeras horas, lo que era considerado
como un "sabotaje anunciado".
Los anuncios previos de algunos líderes de la opositora
Coordinadora Democrática (CD), que desafiaron incluso a los propios
observadores internacionales, ratificando que adelantarían los resultados
desde el mediodía, que sólo aceptarían a los observadores
internacionales, y no al Consejo Nacional Electoral (CNE), y la alianza
con las empresas que manejan las redes informáticas y el nuevo sistema,
creaban severas dudas.
Al promediar la mañana mirando las colas, algunas
de hasta dos kilómetros, era visible que se había logrado
un objetivo: el retraso de la votación.
Alrededor de la media mañana esta enviada estuvo
en distintos barrios, como Petare, Urbina, El Torre y otros, donde la mayoría
eran seguidores de Chávez y se observaba otro hecho nuevo: una masiva
concurrencia de jóvenes.
Había
cierta desesperación en los miles y miles que temían visiblemente
que alguna mano negra les impidiera ejercer su derecho. Ancianos,
mujeres embarazadas, jóvenes y viejos, niños acompañando
a sus padres, llevaban en algunos lugares más de siete horas esperando
y todo resultaba muy lento bajo el intenso sol y la polvareda que levantaban
los vehículos que subían y bajaban por las estrechas calles.
Entre el enojo por la situación de demora y la
decidida arenga de que pasara lo que pasara no se iban a ir, porque "Chávez
no se va" como cantaban todos a coro, se podía percibir también
que para algunos "después de siete veces de votar para legitimar
al gobierno y ganar" resultaba injusto el "eterno capricho opositor".
"Tenemos que hacer un gran esfuerzo para tener paciencia,
somos menospreciados, insultados y nos preguntamos cómo estas personas
que han estudiado, que han viajado, que tienen tanto poder de dinero, puedan
ser tan groseras con nosotros, puedan humillarnos, con palabras y gestos
y estén empeñados en desconocer lo que hemos votado una y
otra vez".
La voz de Alí Primera sonaba fuerte y se extendía
por sobre las callejuelas y las precarias casas, por toda la zona del Valle,
levantando el ánimo de los aguerridos votantes. Era imposible convencerlos
de que éramos simples periodistas, ya que todos querían denunciar
que temían a las trampas opositoras, pero a la vez afirmaban que
estaban dispuestos a resistirlo todo y no irse sin votar. Era lo único
que los mantenía en el sofocante calor y sin comer durante horas:
una decisión irreversible.
También fuimos testigos de la indignación
que cundió en un boca a boca increíble cuando se conoció
sobre la grabación de un cidí falso atribuido al presidente
del CNE, Francisco Carrasqueño, dando el triunfo a la oposición,
cuando aún no había votado 80 por ciento del electorado.
Entonces un mensaje común cruzó aquellas filas, donde en
algunos momentos se bailaba para no dejarse abatir por el cansancio y era
"no responder a la provocación bajo ninguna circunstancia"
Al mirar aquellas interminables filas los observadores
dejaron constancia de que el pueblo venezolano dio un ejemplo único
de civismo y solidaridad, al ayudarse unos a otros para no cejar en un
empeño que ni siquiera disuadió la noche: no defraudar un
momento histórico que será un parteaguas en este país
y en el mundo.
Maradona envía carta de apoyo al presidente venezolano
El astro del futbol Diego Armando Maradona envió una carta al presidente venezolano Hugo Chávez en la que le agradeció "la lucha contra la amenaza imperialista en defensa de los intereses de la libertad del pueblo venezolano, que me hacen sentir un profundo orgullo de saberlo hermano latinoamericano", informó la agencia estatal de noticias de Venezuela.
Maradona se encuentra recluido en una clínica neurosiquiátrica en las afueras de Buenos Aires, donde permanece internado desde abril en contra de su voluntad por su adicción a la cocaína.
En su carta, Maradona dijo que coincide con el gobernante venezolano en el que "el verdadero enemigo de Venezuela es el presidente (de Estados Unidos, George W.) Bush, que es la peor amenaza del mundo y él será derrotado el domingo" en el referéndum revocatorio sobre el mandato de Chávez. REUTERS
"Récord histórico de participación",
dicen las autoridades electorales venezolanas
Chavistas y antichavistas se unieron en un solo grito:
"¡queremos votar!"
Denuncian la existencia de un cidí con
falsa información oficial de un triunfo opositor
ARTURO CANO ENVIADO
Caracas, 15 de agosto. Por vez primera en años,
los venezolanos se ponen de acuerdo en un grito: "¡Queremos votar,
queremos votar!", gritan miles, desde el comienzo de la tarde, en los centros
de votación repartidos por todo el país. Chavistas y antichavistas
se unen de manera insólita en el mismo grito.
La posibilidad de sacar a Hugo Chávez de Miraflores
(voto sí), o de dejarlo ahí (voto no), echa
a la calle a millones de venezolanos, en una jornada que, según
las autoridades electorales, establece un "récord histórico
de participación".
A
lo largo del día se multiplican las escaramuzas entre la oposición
y el oficialismo, aunque el asunto central es la lentitud con la cual funcionan
los centros de votación, debido al complicado conjunto de candados
antifraude establecidos para el referendo, sobre todo por insistencia del
gobierno de Chávez.
A la participación que sobrepasa todas las expectativas,
se suma el irregular funcionamiento de las máquinas "cazahuellas",
dispositivos electrónicos conectados a un banco de huellas digitales,
destinado a garantizar que ningún ciudadano votara más de
una vez.
Casi a la una de la tarde, el Consejo Nacional Electoral
ordena tres medidas para agilizar las votaciones: que la captación
de huellas se haga hasta el final del proceso de votación individual,
en lugar de al principio; dividir las colas según las mesas de votación
existentes en cada centro, y extender el cierre de los centros hasta las
8 de la noche. Resulta insuficiente. A esa hora, se anuncia que el cierre
oficial será hasta la medianoche, porque muchos ciudadanos siguen
en las colas.
"¡Fuera el cazahuellas!", "¡Queremos
votar!", gritan en El Hatillo, al este de la ciudad, una zona clasemediera
de voto mayoritariamente opositor. "¡Queremos votar!", gritan en
el barrio popular Las Adjuntas.
Unidos al fin los venezolanos en un grito común.
Otra coincidencia: desde las primeras horas de la tarde,
ambos bandos filtran a los periodistas sus respectivas victorias. El oficialismo
y la oposición se atribuyen cómodas ventajas.
No obstante, pese a la amenaza del dirigente opositor
Enrique Mendoza, los dos bandos acatan la orden de silencio impuesta por
el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Superior de Justicia.
Sólo nosotros podemos dar los resultados, insiste el CNE. Pero la
incertidumbre se prolonga porque la promesa es darlos tres horas después
de cerradas las votaciones, siempre y cuando haya una tendencia irreversible
en favor de alguna de las opciones.
El voto en territorio antichavista
Pedro Paris hizo cola cinco horas. Le fue bien y le parece
poco. El y su familia han marchado y caceroleado hasta el cansancio.
Durante el paro finalizado en febrero del año pasado, en la casa
de Paris, en Cumbres de Curumo, se hacían las reuniones del comité
vecinal que preparaba a los clasemedieros para una invasión de las
"hordas chavistas", que nunca ocurrió. Los vecinos tenían
un plan de seguridad para el momento en que su colonia se convirtiera en
una zona de matanza. El plan incluía un censo de los vecinos que
tenían armas. Los correos electrónicos de estos habitantes
del este de Caracas estaban llenos de alertas y planes de ataque.
El viernes pasado también recibió un mensaje
electrónico con la advertencia de que "los círculos" se iban
a dejar caer la madrugada de este domingo. Lo hicieron: un camión
armado con un equipo de sonido se paseó por las calles a las tres
y media de la madrugada, "con el toque de diana y canciones de Alí
Primera", dice Pedro. Pero "nadie le hizo caso y se fueron de inmediato".
Aprovechando que los chavistas los sacaron de la cama,
muchos vecinos se apersonaron en los centros de votación cuando
aún no amanecía, como ocurrió en todo el país.
Paris fue uno de ellos y por eso ahora recorre otros centros
de votación, midiendo las colas que van de los 500 a los 700 metros.
Es, claro, un convencido: "Es imposible que pierda el sí",
dice, porque "el 'voto oculto' nos favorece y la derrota del abstencionismo
también".
Los analistas estiman que el "voto oculto", de aquellos
que no quisieron expresarse en las encuestas, habrá de repartirse
en partes iguales, pero poco calculaban una derrota del abstencionismo
de las dimensiones que indican las enormes colas, quizá sólo
comparables a aquellas que los venezolanos hicieron durante los dos meses
del paro opositor.
Pedro Paris, claro, fue parista y ahora es un convencido
de que Chávez no tiene fuerza para otra cosa que no sea "entregar
la presidencia". Está seguro, además, de que la coalición
opositora se pondrá de acuerdo en un candidato a la presidencia.
"El que rompa la unidad está hundido."
Con todo, admite el escenario de la derrota. "No nos quedaría
más que reorganizarnos y prepararnos para 2006." En ese año
Chávez podría buscar la relección.
Pedro Paris guía a La Jornada por El Hatillo,
y particularmente por una de las zonas donde viven los más ricos
de Caracas. A la entrada del centro, encuestadores preguntan el sentido
del voto: la relación es nueve a uno contra Chávez. En la
cola, los electores gritan que quieren votar. Pedro los mira complacidos.
"La gente que tiene plata no es como los cubanos, aquí ellos se
quedaron a dar la batalla."
¿Y si pierde el sí? "Habrá
mucha inestabilidad, muchos problemas", remata Paris, a quien, curiosamente,
le gustaría que el candidato de la oposición fuera el viejo
dirigente comunista Pompeyo Márquez. "El único problema es
que tiene 82 años."
"Mi hijo mayor es escuálido (opositor)", dice Aidé
Chirinos, integrante de la Unidad de Batalla Electoral (chavista) en el
barrio Coche. El centro de votación aquí tiene 5 mil 125
electores, y a tres cuadras hay otro con 7 mil.
La
señora Aidé, con 54 años en el barrio, reconoce que
entre la gente mayor del barrio hay muchos que votan por el sí.
Pero también asegura que los programas sociales de Chávez
y el desprestigio de los líderes opositores tras el paron ha permitido
que muchos "chavistas de clóset" den la cara.
Está segura del triunfo del presidente y quiere
que el triunfo le permita a Chávez, "profundizar el proceso", como
sugiere, en el centro de la ciudad, el historiador Samuel Moncada, uno
de los voceros del Comando Maisanta.
Moncada tiene la cara enrojecida por las horas que pasó
en la cola para votar. Explica: hubo 30 por ciento más votantes
con el mismo número de centros de votación. A su lado, un
chavista de corbata grita: "¡Tres a uno!" Moncada ataja: "No es tan
grande la diferencia, pero es suficiente".
A lo largo de la jornada, el CNE tiene que salir una y
otra vez a los micrófonos para atajar las intenciones de adelantar
resultados y apaciguar los ánimos de los electores enfurecidos en
las colas.
"Las proyecciones sólo crean confusión y
apuntan a desconocer las instituciones", señala el rector Jorge
Rodríguez.
A media tarde, Rodríguez y el presidente del CNE,
Carrasquero, denuncian la existencia de un cidí donde un locutor,
imitando la voz del segundo, anuncia que votaron 11 millones de personas
y el triunfo del sí.
Los funcionarios electorales demandan una investigación
y, de inmediato, el fiscal general de la República, Isaías
Rodríguez, comisiona a dos fiscales para hallar a los responsables.
La oposición dice que se trata de una parodia,
grabada en un disco compacto que se distribuye en sus marchas y elaborado
por el grupo Bandera Roja. "Quieren presentar un programa cómico,
como si fuera un complot de la CIA", dice Vladimiro Mújica, vocero
de la Coordinadora Democrática.
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