México D.F. Lunes 16 de agosto de 2004
La instancia tiene que desligarse de los tiempos
políticos, dice
El caso Cancún daña la imagen de la Corte:
Castro y Castro
Subraya que no puede haber desacato sin una sentencia
JESUS ARANDA
En
el controvertido "caso Cancún" han predominado las razones políticas
y publicitarias por encima de los tiempos jurídicos, lo que ha impactado
negativamente en la imagen y prestigio de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, reconoce el ministro jubilado Juventino V. Castro
y Castro.
Aunque cauto en su expresión, el ministro comenta:
"esperemos que la misma Corte sepa distinguir que los tiempos jurídicos
no son iguales a los políticos", y advierte que la resolución
jurídica todavía está muy lejana.
El ministro retirado señala que la Corte ha sido
congruente en reconocer la personalidad de Juan Ignacio García Zalvidea
como alcalde de Benito Juárez, porque presentó la documentación
que lo avala como tal. Pero hasta el momento el máximo tribunal
sólo ha adoptado medidas "circunstanciales" al conceder suspensiones
en favor del ayuntamiento.
Dichas suspensiones no tienen de manera alguna carácter
de decisiones ejecutables, es decir, en el caso del ayuntamiento que encabeza
García Zalvidea, si éste presentó un recurso concreto
en contra del concejo municipal creado por el Congreso local en el que
señale que hubo un desacato de la suspensión, entonces el
pleno de la Corte tendrá que decidir si efectivamente hubo una violación
a ésta; de ser así, los ministros podrían dictaminar
una resolución y ordenar lo necesario para ejecutar su sentencia.
Pero hasta el momento, aclara el ministro, la Corte no
ha emitido ninguna resolución de este tipo.
Por estas confusiones, explica, "se habla tanto de que
no se ha respetado a la Suprema Corte, que se ha hecho burla de esa instancia,
que se le ha insultado, porque si todavía no hay nada de ejecución,
entonces no puede decirse que no se cumple con la ley".
Si en un momento dado existe un representante incorrecto
de un municipio, nombrado mediante un procedimiento incorrecto y se da
la suspensión, se aplaza el acto como tal; por lo tanto, cuando
se quieren dar efectos ejecutivos a una resolución de suspensión
se comete un error. Por eso todo mundo dice: "bueno, si se están
burlando de la Corte, por qué no interviene nadie".
"Nadie ha dicho que se ha violado la suspensión
en un recurso concreto. Nadie lo ha planteado. Cómo quieren que
la ministra instructora, Olga Sánchez Cordero, dé instrucciones
de cualquier tipo para que reponga en su lugar a alguien", dice Castro
y Castro.
"¿Cómo va a reponerse esta situación?,
pues cuando se dicte sentencia, la cual tendrá facultades ejecutivas
y la Corte incluso puede obrar sobre el pasado", enfatiza.
"Cuando se manejan mal los elementos se crea una confusión
nacional grave. Por todo lo que se ha dicho, lo de desacato, lo de burla
a la Suprema Corte, todo esto se ha provocado, porque no se ha comprendido
qué es lo que ha pasado. Y que yo sepa, hasta el momento todo se
ha apegado a la legalidad, pero todavía no hemos llegado al momento
de ejecutar nada. Porque no hay sentencia ni hay resolución final;
cuando esto ocurra, la Corte sí tendrá facultad de decir
a las autoridades que hagan esto o aquello con el auxilio de la fuerza
pública, como ya lo ha hecho en otras ocasiones.
"Esto me interesa mucho, porque soy ministro aunque sea
en retiro. Se está dando la impresión de que se arrastra
al queridísimo Poder Judicial como una marioneta, con una falta
de respeto inadmisible", indica.
-Sin embargo, existe la impresión de que a la Corte
no le han hecho caso. Incluso el gobernador de Quintana Roo habla de que
la ministra Sánchez Cordero se sobrepasó en sus atribuciones
y debería renunciar. ¿Por qué se da esta situación?,
¿es cuestión de lagunas legales?
-Precisamente esa es la única razón por
la que acepté la entrevista, para dar una declaración. Esa
impresión se deja en la opinión pública y afecta el
prestigio de la Suprema Corte. ¿Por qué se da? Porque si
un instrumento determinado se le quiere usar de otra forma, todo se da
mal. Si las reglas de la suspensión se siguen no puede haber la
menor duda, pero sí por razones políticas, publicitarias,
de mucho tipo. Se quiere decir: cuando la Corte dijo A, debemos entender
A; y otros dicen no, se debe entender B. Evidentemente nos metemos en lo
que no. Hay demasiadas personas metidas en esto, en vez de hacer lo sensato.
Esperemos al final a que la Corte hable.
-¿Esto habla de ignorancia jurídica, no
sólo de la sociedad, sino de especialistas y de gobernantes?
-En mi concepto hay mucha gente que sabe perfectamente
dónde está la verdad en este asunto, pero le conviene dar
una distinta. A río revuelto, ganancia de pescadores.
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