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México D.F. Lunes 16 de agosto de 2004
ASTILLERO
Julio Hernández López
Lecturas en el mar
Gertz: naufragios o huidas
El Partido del Palco Universitario
Hank: música de cañerías
EL CAPITAN SALIO a comer y los marineros tomaron el barco, se intitula la especie de diario que de agosto de 1991 a febrero de 1993 escribió Hank, el gran Hank que hoy cumpliría 84 años, de no haber muerto 10 años atrás (el lector de esta columna invertebrada sabe que no se está hablando de política mexicana en este párrafo, ni por el apellido del tecleador difunto, ahora muy mentado en Tijuana, ni por el capitán embotado -aunque ya no usa botas- ni por los políticos amotinados, sino de Charles Bukowski, quien gustaba de usar como protagonista a Henry Hank Chinaski, su alter ego literario; Hank-Bukowski, a quien los amantes de poner etiquetas llaman "el último de los escritores malditos" de la literatura estadunidense).
PERO EN MEXICO el capitán sí se distrae saliendo a comer a los restaurantes, mientras en casa sus reformas en materia de pensiones y jubilaciones dan por resultado que uno de sus funcionarios se acoja tempranamente a esos pretextos para alcanzar la puerta de salida antes de que truene el grandísimo petardo de la inseguridad pública y su confrontación con los cuentos infantiles del gobierno cachirulo y su chocolatote declarativo exprés. Alejandro Gertz, que aparentando buenas maneras se zafa de la confrontación permanente con la PGR, que es el otro hemisferio de la administración, que no del combate, de la delincuencia organizada. Agenda pesada la que deja el sonriente secretario saliente: fugas de capos grandemente anunciadas, sospechas de corrupción en compras y contratos, cárceles entregadas al control de las mafias, y el recorte presupuestal de centenares de millones de pesos que impedirían el desarrollo aceitado del gran negocio denominado Policía Federal Preventiva, cuyo costoso deambular amenazante por la República reporta ganancias millonarias a los encargados de autorizar viáticos y gastos con el simple poder de la firma.
SE HA IDO EL súbito pensionado (sólo huyendo del foxismo podrán algunos aspirar a cierto futuro político, aunque la ya crecida nómina de los practicantes de esa suerte náufraga acabará por reducir el rédito de las maniobras futuras; a nadie asombre ver mañana al jubilado Gertz participando en proyectos para el 2006, embadurnado de falsos aceites democráticos y patrióticos sólo por haber saltado oportunamente del barco en picada); se ha ido el precoz pensionado, se decía, y en su lugar llega Ramón Martín Huerta, el agente comisionado por el Grupo Guanajuato para suplir y contrarrestar las decisiones de quien ha creído (cree él) ser el auténtico secretario de Gobernación. El paisano Martín que tratará de improvisar apuntes de salvación para su jefe Vicente, que pronto deberá informar a los manifestantes de blanco de presuntos logros que nadie ve.
MARINEROS AL ASALTO mientras el capitán se pierde en los placeres gastronómicos. El Partido del Palco Universitario (PPU) ataca de nuevo, con el pretexto de llamar a la unidad nacional y a nuevos pactos políticos (en los que los usuarios del noble vehículo universitario serían principalísimos actores y firmantes, acaso uno de ellos candidato dizque ciudadano). El jefe Carlos (Slim) abriendo su juego señores: manteniendo a resguardo su propia posibilidad electoral, le da cuerda al ansioso rector que, como la fuente y conforme a las circunstancias, a veces se hace grandote y a veces chiquito. En otro escenario, Gilberto Borja dice ante ingenieros palabras parecidas. šGoya, goya! El Proyecto del Palco ha sentado sus primeras tesis de campaña: reconciliación, propone el Rey Midas del país de pobres (mientras un tabasqueño busca desaforada y contradictoriamente acomodarse en esa línea del entendimiento, ya fuera para no quedar ajeno a la jugada puma o porque algún tejido múltiple hubiera). El hombre más rico de Latinoamérica que se deja rozar por las tentaciones políticas personales y convoca a reconstruir lo que él dice ha sido el milagro económico mexicano, como si en ese lapso no hubiese habido miseria e injusticia, por un lado, y corrupción, saqueo de la riqueza nacional y maridaje sucio entre empresarios y gobernantes, por el otro. El rector que ha convertido a la UNAM en plataforma electoral propone a su vez un rencuentro de la política con la sociedad, con la esperanza de ser él quien arregle la rentable cita.
CAPITANES Y MARINOS EN zangoloteo tragicómico. La señora Marticarmen que no acepta el tardío rechazo que le ha dado el PRD (empeñado ahora en negociar con Beatriz Paredes el apoyo al protegido de ésta, Héctor Ortiz). El gobernador de Nayarit haciendo un destape pluripartidista de 13 gallos y gallinas para la sucesión, entre ellas su propia esposa Martha Elena García ("es mi mujer, gallina fina, de buen plumaje", dijo el señor Toño), mientras el público coreaba "šqueremos una gallina! šQueremos una gallina!" (es de suponerse que los gritones hacían demandas políticas, y no simples reclamos de hambre atávica). El partido del sol azteca cancelando la elección abierta de su candidato a gobernador en Guerrero porque, según eso, uno de los aspirantes no quiere declinar en favor de quien tiene mejor posición en encuestas si no le prometen cargos jugosos en caso de ganar ese gobierno ya soñado como botín. El jefe del gobierno capitalino que jura que no es Fox el Vicente ranchero e ignorante al que se refiere la nueva historieta ignominiosa. El procurador Bátiz a quien ya se va volviendo costumbre perder la pista de famosos funcionarios con orden de aprehensión cantada (hoy, el delegado Octavio Flores; ayer, Gustavo Ponce). Carlos Medina Plascencia dispuesto a competir para ver qué premio de consolación le permite seguir otros años en la carpa política. Y el dirigente sindical del Seguro Social hablando de embutes a medios de comunicación, y de condonación de adeudos en esas empresas y en otras pertenecientes a los mismos dueños, para acribillar el movimiento contrario a las reformas a la ley de ese instituto.
MEJOR RECORDEMOS HOY a Hank, al gran Hank, tal vez leyendo Música de cañerías, en espera de que el capitán (Ƒo, algún capitán?) regrese de comer y los marineros alborotados se serenen. Fax: 5605-2099 [email protected]
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