GUERRA CONTRA IRAK
"La vida es bella si luchas contra la guerra", decía
una pancarta mostrada en Milán
Renovadas movilizaciones en Italia contra la invasión
y destrucción de Irak
Revela una encuesta que 74% de la población se
opone a la intervención militar
Uno de cada dos reprueba el apoyo del premier Berlusconi
al ejército estadunidense
ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO
Milan, 22 de marzo. El pueblo del arco iris volvió
a llenar las plazas italianas para reclamar el fin de los ataques contra
las ciudades iraquíes. Cientos de miles de personas salieron este
sábado a las calles de este país para, por tercer día
consecutivo, dejar en claro que la guerra es rechazada por la mayoría.
Si hay un símbolo que en estos días caracterice
al movimiento pacifista europeo, es la bandera con los colores del arco
iris, que adorna balcones y ventanas y se ha vuelto parte del atuendo diario
de las personas. Los siete colores transformaron hoy la fisonomía
de plazas y calles italianas.
En Milán, un contingente de 150 mil personas, según
la agrupación Paremos la guerra, llenó la Plaza de la Catedral,
la más importante de la ciudad, en el último acto de una
larga jornada pacifista, que inició desde la mañana con una
manifestación de cerca de 35 mil niños y jóvenes de
escuelas religiosas.
Pasadas
las 6 de la tarde en la Plaza de la Catedral, fue activada una sirena antiaérea,
del mismo tipo de las que ahora mismo suenan intermitentemente sobre Bagdad.
Luego, un largo silencio de tres minutos puso fin a la tercera jornada
de movilizaciones contra la guerra.
Aquí fueron 150 mil personas, otras 70 mil salieron
a las calles de Roma, 20 mil marcharon en Nápoles y 30 mil en Florencia,
además de las 20 mil de Génova.
Es que el sentir de los italianos es abrumadoramente mayoritario
contra la guerra. Un sondeo del instituto de investigaciones SWG reveló
que 74 por ciento de los habitantes de este país está contra
la intervención militar en Irak, mientras que uno de cada dos italianos
rechaza la decisión del primer ministro, Silvio Berlusconi, de permitir
el uso de bases militares y de proveer infraestructura y abastecimientos
al ejército de Estados Unidos.
Son las 15:30 horas (siete más que en el centro
de México) y la Plaza Cairoli, a unas 15 calles de la catedral milanesa,
ya no es suficiente para albergar a los miles de hombres, mujeres y niños
que han empleado la fría tarde de asueto para protestar contra la
guerra.
Cuando en Cairoli se inicia la marcha, en la Plaza de
la Catedral centenares de personas hacen fila para dar su firma por la
paz. Mientras, desde el sonido instalado en el centro de la plaza se escucha
la letra de Imagine, cantada por John Lennon y, en seguida, Clandestino,
de Manu Chao. Una gran manta ha sido colocada en el edificio frente a la
Catedral: "Fuera Italia de la guerra".
En el contingente que, silencioso, comienza a entrar en
la plaza, después de haberse detenido frente al consulado de Estados
Unidos, marchan miembros de la plataforma pacifista Paremos la guerra.
En la vanguardia, un grupo de niños porta la bandera del arco iris
y, un paso atrás, va Vittorio Agnoletto, presidente del Foro Social
de Génova, el movimiento que reúne a más de 700 grupos
antiglobalización neoliberal en todo el mundo.
El grupo es variado. Lo integran representantes de los
principales sindicatos italianos, los partidos de la izquierda, los verdes,
jóvenes anarquistas y gente cuya única bandera es la paz.
Vittorio Agnoletto toma la palabra para apelar a la unidad
del movimiento italiano contra la guerra. Los organizadores insisten en
el carácter pacífico de la protesta. En el transcurso de
la marcha, grupos no identificados rompieron las vitrinas de un McDonalds
y un coctel molotov fue lanzado contra una agencia de bienes raíces.
Pero nada que reste fuerza a la jornada pacifista.
"La violencia es el último refugio de la incapacidad",
arenga un líder sindical desde el pequeño estrado instalado
en la Plaza de la Catedral. "Frente a la arrogancia del poder debemos oponer
la solidaridad de la gente"; "la única fuerza que ahora se opone
al capitalismo internacional es la movilización pacifista", expresa
Gaspare Gullota, uno de los oradores.
Agnoletto hace un llamado para emprender una jornada nacional
de lucha contra la trasnacional Esso, una de las proveedoras del ejército
estadunidense y la multitud responde con uno de los aplausos más
prolongados.
La
movilización pacifista ocupa, junto con los reportes desde Bagdad,
la atención de los italianos. En esta ciudad, sólo el esperado
encuentro entre el Milán y la Juventus -cuyo resultado definirá
al ganador del Scudetto de la liga- propicia que la televisión
y la radio difundan algo distinto a las noticias en torno a Irak.
La manifestación en Roma estuvo dividida. Una fue
organizada por el movimiento pacifista y la otra por la oposición
de El Olivo. Los reportes hablan de 70 mil personas que salieron a las
calles de la capital italiana, una cifra nada menor después de los
300 mil que lo hicieron el viernes. También en esa ciudad, un grupo
de activistas de Greenpeace logró trepar a la cúspide del
Altar a la Patria y desplegar desde ahí una bandera negra con una
consigna antibélica y un retrato de Berlusconi tocado con un casco
como el empleado por el ejército fascista de Benito Mussolini.
No fue únicamente una jornada de acciones vistosas
(como en Génova, donde un grupo de siete alpinistas logró
escalar hasta la parte más alta de la terminal marina y, de arriba
abajo, trazó los siete colores del arco iris) ni de acciones concretas
contra la estrategia de guerra, como el bloqueo de una refinería
de Esso en la ciudad de Ancona, en pleno mar Adriático o el bloqueo
de una base de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte en Bagnoli, en Nápoles. Este día se celebraron 59 actividades
distintas para protestar contra la guerra. Desde manifestaciones, obras
de teatro y una cadena humana que unió dos puntos de la ciudad de
Casalecchio, en Bolonia, así como lecturas, discusiones, funciones
de cine y vigilias.
Una pancarta llevada por dos jóvenes mujeres milanesas
resumía en parte el sentimiento que recorre las calles y plazas
italianas: "La vida es bella si luchas contra la guerra".