Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 23 de marzo de 2003
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Mundo
GUERRA CONTRA IRAK

"La vida es bella si luchas contra la guerra", decía una pancarta mostrada en Milán

Renovadas movilizaciones en Italia contra la invasión y destrucción de Irak

Revela una encuesta que 74% de la población se opone a la intervención militar

Uno de cada dos reprueba el apoyo del premier Berlusconi al ejército estadunidense

ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO

Milan, 22 de marzo. El pueblo del arco iris volvió a llenar las plazas italianas para reclamar el fin de los ataques contra las ciudades iraquíes. Cientos de miles de personas salieron este sábado a las calles de este país para, por tercer día consecutivo, dejar en claro que la guerra es rechazada por la mayoría.

Si hay un símbolo que en estos días caracterice al movimiento pacifista europeo, es la bandera con los colores del arco iris, que adorna balcones y ventanas y se ha vuelto parte del atuendo diario de las personas. Los siete colores transformaron hoy la fisonomía de plazas y calles italianas.

En Milán, un contingente de 150 mil personas, según la agrupación Paremos la guerra, llenó la Plaza de la Catedral, la más importante de la ciudad, en el último acto de una larga jornada pacifista, que inició desde la mañana con una manifestación de cerca de 35 mil niños y jóvenes de escuelas religiosas.

Pasadas las 6 de la tarde en la Plaza de la Catedral, fue activada una sirena antiaérea, del mismo tipo de las que ahora mismo suenan intermitentemente sobre Bagdad. Luego, un largo silencio de tres minutos puso fin a la tercera jornada de movilizaciones contra la guerra.

Aquí fueron 150 mil personas, otras 70 mil salieron a las calles de Roma, 20 mil marcharon en Nápoles y 30 mil en Florencia, además de las 20 mil de Génova.

Es que el sentir de los italianos es abrumadoramente mayoritario contra la guerra. Un sondeo del instituto de investigaciones SWG reveló que 74 por ciento de los habitantes de este país está contra la intervención militar en Irak, mientras que uno de cada dos italianos rechaza la decisión del primer ministro, Silvio Berlusconi, de permitir el uso de bases militares y de proveer infraestructura y abastecimientos al ejército de Estados Unidos.

Son las 15:30 horas (siete más que en el centro de México) y la Plaza Cairoli, a unas 15 calles de la catedral milanesa, ya no es suficiente para albergar a los miles de hombres, mujeres y niños que han empleado la fría tarde de asueto para protestar contra la guerra.

Cuando en Cairoli se inicia la marcha, en la Plaza de la Catedral centenares de personas hacen fila para dar su firma por la paz. Mientras, desde el sonido instalado en el centro de la plaza se escucha la letra de Imagine, cantada por John Lennon y, en seguida, Clandestino, de Manu Chao. Una gran manta ha sido colocada en el edificio frente a la Catedral: "Fuera Italia de la guerra".

En el contingente que, silencioso, comienza a entrar en la plaza, después de haberse detenido frente al consulado de Estados Unidos, marchan miembros de la plataforma pacifista Paremos la guerra. En la vanguardia, un grupo de niños porta la bandera del arco iris y, un paso atrás, va Vittorio Agnoletto, presidente del Foro Social de Génova, el movimiento que reúne a más de 700 grupos antiglobalización neoliberal en todo el mundo.

El grupo es variado. Lo integran representantes de los principales sindicatos italianos, los partidos de la izquierda, los verdes, jóvenes anarquistas y gente cuya única bandera es la paz.

Vittorio Agnoletto toma la palabra para apelar a la unidad del movimiento italiano contra la guerra. Los organizadores insisten en el carácter pacífico de la protesta. En el transcurso de la marcha, grupos no identificados rompieron las vitrinas de un McDonalds y un coctel molotov fue lanzado contra una agencia de bienes raíces. Pero nada que reste fuerza a la jornada pacifista.

"La violencia es el último refugio de la incapacidad", arenga un líder sindical desde el pequeño estrado instalado en la Plaza de la Catedral. "Frente a la arrogancia del poder debemos oponer la solidaridad de la gente"; "la única fuerza que ahora se opone al capitalismo internacional es la movilización pacifista", expresa Gaspare Gullota, uno de los oradores.

Agnoletto hace un llamado para emprender una jornada nacional de lucha contra la trasnacional Esso, una de las proveedoras del ejército estadunidense y la multitud responde con uno de los aplausos más prolongados.

mdf33257La movilización pacifista ocupa, junto con los reportes desde Bagdad, la atención de los italianos. En esta ciudad, sólo el esperado encuentro entre el Milán y la Juventus -cuyo resultado definirá al ganador del Scudetto de la liga- propicia que la televisión y la radio difundan algo distinto a las noticias en torno a Irak.

La manifestación en Roma estuvo dividida. Una fue organizada por el movimiento pacifista y la otra por la oposición de El Olivo. Los reportes hablan de 70 mil personas que salieron a las calles de la capital italiana, una cifra nada menor después de los 300 mil que lo hicieron el viernes. También en esa ciudad, un grupo de activistas de Greenpeace logró trepar a la cúspide del Altar a la Patria y desplegar desde ahí una bandera negra con una consigna antibélica y un retrato de Berlusconi tocado con un casco como el empleado por el ejército fascista de Benito Mussolini.

No fue únicamente una jornada de acciones vistosas (como en Génova, donde un grupo de siete alpinistas logró escalar hasta la parte más alta de la terminal marina y, de arriba abajo, trazó los siete colores del arco iris) ni de acciones concretas contra la estrategia de guerra, como el bloqueo de una refinería de Esso en la ciudad de Ancona, en pleno mar Adriático o el bloqueo de una base de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Bagnoli, en Nápoles. Este día se celebraron 59 actividades distintas para protestar contra la guerra. Desde manifestaciones, obras de teatro y una cadena humana que unió dos puntos de la ciudad de Casalecchio, en Bolonia, así como lecturas, discusiones, funciones de cine y vigilias.

Una pancarta llevada por dos jóvenes mujeres milanesas resumía en parte el sentimiento que recorre las calles y plazas italianas: "La vida es bella si luchas contra la guerra".

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