Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 7 de febrero de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura

ENTREVISTA /HUGO ARGÜELLES, DRAMATURGO Y MAESTRO DE TEORIA DRAMATICA

Estamos en manos de un poder que soslaya la cultura

MUSICA Y PINTURA PERMEAN SUS 45 AÑOS DE QUEHACER CREATIVO

No se puede hablar de una sola identidad nacional, pues por ''fortuna somos un país pluricultural donde la mezcla resultó bien''. Por eso el escritor apuesta en sus obras por el mestizaje y, señala, lo que está mal ''son los políticos y las formas de gobierno''

CARLOS PAUL

En el México del naciente siglo XXI ''estamos en manos de una forma del poder, el cual no concede mayor importancia a la cultura". Durante muchos años ''los tecnócratas la han ido devaluando", expresa el dramaturgo Hugo Argüelles, quien hoy y mañana recibirá un homenaje en el Foro Cultural Coyoacanense que lleva su nombre, para celebrar sus 45 años de quehacer creativo.

En entrevista exclusiva con La Jornada, el escritor, pese a la fatiga motivada por estar enfermo, charla sereno y sonriente, acomodado en un sillón de su casa, sobre el desprecio del actual gobierno por la cultura, de la identidad del mexicano, de la educación, de su homosexualidad, de sus personajes y de la trascendencia del misterio y el destino, entre otros temas.

Discípulo de Rodolfo Usigli

Para Argüelles, quien a lo largo de 71 años le ha tocado vivir diferentes etapas políticas en el país, la diferencia de la circunstancia cultural de aquellos años con los del presente estriba en que -explica el dramaturgo-, ''hoy estamos en manos de una forma del poder, de un gobierno que no concede mucha importancia a la cultura. Aunque esto no es reciente. Han sido varios los sexenios en los que se ha visto cómo los tecnócratas la han ido devaluando, pues para ellos es algo superfluo, y por consecuencia, existe un público al que no le interesa la cultura, atrapado también por lo superfluo.

''Es un público muy coprófago, al que si se le sirve un buen platillo lo va a vomitar porque su intestino, su gusto, no está preparado; esto es un problema muy serio de educación y responsabilidad de las autoridades."

No obstante, añade, ''existe sensibilidad en los jóvenes, a los que si se les da a leer, por ejemplo a Víctor Hugo, la respuesta sería muy positiva, pero se ha abandonado esa sensibilidad".

Cuando el escritor veracruzano conoció al maestro Rodolfo Usigli, en 1967, ya tenía escritas sus primeras cinco obras, de las más de 31 que ha creado: Los cuervos están de luto, Los prodigiosos, El tejedor de milagros, La galería del silencio y La ronda de la hechizada, por lo que Usigli más que considerarlo su alumno lo llamaba su discípulo. ''Fue una amistad que paseábamos por bares y restaurantes. Y muchísimas veces reflexionamos y conversamos sobre qué es lo que configura la identidad del mexicano.

''Cada uno la exploró a su manera, pues el mexicano es tan complejo, tan rico, contradictorio y versátil que no es posible proponer ninguna definición. No se puede hablar de una sola identidad. Por fortuna, somos un país multicultural. Soy de los que creen que la mezcla resultó bien. Mi apuesta es por el mestizaje, lo cual se refleja en mis obras. Para mí la fusión es buena, lo que está mal son los políticos y las formas de gobierno."

Casting metafísico

Reconocido y estudiado como ''el único dramaturgo mexicano que ha recorrido todos los géneros y estilos, y que además ha hecho propuestas personales", Argüelles aclara que el problema de la identidad mexicana es sólo uno de sus temas, pues otro que lo atrae mucho es el misterio.

''Me parece que la vida está llena de misterios. Para mí el más allá está aquí. La magia existe, pero sólo determinadas formas de la percepción profunda la captan y creo que el mexicano tiene eso, una sensibilidad que le permite -sea mediante gestos, miradas o actitudes- percibir lo mágico.

''Ahora, cuando se explora el misterio, hablamos de destino. Hay personas que tienen como puntos muertos y se detienen, no avanzan y se los lleva la chingada; hay otras que tendrán los puntos muertos, pero siguen trabajando en su ser para adquirir otros puntos y logran crecer y avanzar. ƑQué hace la diferencia?, pues el destino. Igual sucede con el que tiene talento y el que carece de éste. Se puede ser hábil, astuto, pero a unos se les dan ciertas cosas, a otros no. Eso es lo que llamo el casting metafísico. En mi trabajo, como maestro, lo veo muy claro. A unos les tocó (el talento) y a otros no, y no deja de inquietarme ese reparto tan extraño, situación que además no puede ser resuelta mediante ningún sistema de enseñanza.

''Por lo que sí apuesto, es que el destino se puede cambiar."

En el conjunto de mis obras, expresa Argüelles, ''prevalecen las mujeres fuertes, subversivas, con gran sentido crítico y las que nunca aparecen son las lloronas, las autocompasivas, las caguengues, porque invariablemente son las destructivas, las que merman la vitalidad del hombre".

La mujer mexicana de hoy, considera, ''ha logrado bastante. Se ha vuelto cada vez más afirmativa, se ha quitado lo autocompasiva; ya no es tan chantajista moral, casi ya no manipula y eso la hace más afirmativa en el aspecto de valerse por sí misma, mientras que el hombre está devaluado y espantado, porque esas mujeres le han quitado muchas formas con las que se afirmaba. Por ejemplo, el varón ya no ocupa la cabecera de la mesa, como en las películas de Fernando Soler, en las que fascistoidemente dictaba su paternidad, y no digamos lo que tiene que ver con el terreno sexual, el cual es muy pobre, por lo que las mujeres cambian de compañero de cama".

Predilección por los riesgos

En la cuestión sexual, ''he sido muy afortunado", dice el dramaturgo. ''Soy homosexual y nunca tuve problemas de rechazo. Siempre me las arreglé bastante bien. Independientemente de lo atractivo que era -de lo que hay pruebas- siempre supe entender, y presumo de ello, que al macho le gusta entregarse más que dominar, aunque puede que muchos no estén de acuerdo con esto, pero los que a mí me tocaron tenían esa capacidad de entrega con asombrosa ternura".

La música y la pintura son los dos fenómenos estéticos que más influyen en el trabajo del dramaturgo. ''De hecho, cuando me pongo a trabajar, recurro a ellos para encontrar determinado tono en una obra. La música me ha ayudado toda mi vida, lo cual agradezco a mi madre, quien fue la que desde pequeño me acercó a ella, mientras que la pintura la descubrí por medio de mi padre, que era anticuario".

Argüelles asume ser exigente con sus personajes. ''No me da problemas la estructura, el ritmo, el tono, el diálogo o el género de una obra, los cuales manejo muy bien, pero hay algo que no manejo y es el carácter de los personajes, que debo seguir a pesar mío. Eso significa ser honesto con ellos, pero no me conformo; siempre quiero saber qué ocultan o no quieren decir, conocer en qué parte de sus laberintos íntimos está la sustancia de ese personaje; entonces, los invito de alguna manera a que me den lo que busco, aunque algunos me han pegado unos sustos espantosos y otros me dicen, 'definitivamente no me puedes seguir, entiéndelo y acéptalo, hasta aquí llegas'. Sin embargo, soy un hombre al que siempre le han encantado los riesgos, dispuesto a pagar el precio".

Entre las formas de felicidad que Argüelles disfruta y admira, además de la música, la pintura, la literatura, el cine y el teatro, ''está el amor, la belleza y la capacidad de lo que significa la amistad".

Creyente de la individualidad

Respecto de su forma de ser, el autor de Los gallos salvajes, explica: ''Creo que soy un tipo egoísta, porque uno de los valores en los que creo absolutamente es en la individualidad, si no se tiene esto, se es un parásito, se vive de prestado, se anda chupando la energía, personalidad y demás, de los otros. Hay que tener una individualidad para lograr una personalidad. Existen muchos otros valores, como el bien, la belleza, la bondad, la libertad, a los que no digo que no, pero todos son, al final, transitorios. A mí me gusta más la trascendencia".

El homenaje al escritor continúa hoy, a las 20 horas, en el Foro Cultural Coyoacanense Hugo Argüelles (Allende 36, Coyoacán), con la obra Las pirañas aman en cuaresma, dirigida por Abraham Oceransky.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año