Esa es una de las razones de la popularidad
de su gobierno, afirma
López Obrador ha cumplido todas sus promesas
de campaña: Ortiz Pinchetti
La consulta que se inicia hoy es uno de sus compromisos
y ha sido un reto para trabajar
ELIA BALTAZAR
Ya alcanzados los dos primeros años de la administración
capitalina, la próxima etapa de gobierno de Andrés Manuel
López Obrador tendrá como meta el fortalecimiento del desarrollo
económico de la ciudad para consolidar la política social;
sólo el próximo año se espera una inversión
de mil 500 millones de dólares en el ámbito inmobiliario,
afirma el secretario de Gobierno del DF, José Agustín Ortiz
Pinchetti.
En entrevista, el funcionario defiende la consulta de
hoy y mañana para determinar si sigue en el cargo López Obrador,
y considera injustificadas las críticas, pues soslayan el cumplimiento
de un compromiso de campaña y el valor de la verdad en boca de un
político, pues la mayoría hace promesas que más tarde
olvida y nadie se acuerda de revisar que se cumplan, dice.
"Cuando
el jefe de Gobierno hizo esta promesa, en el mismo equipo de gobierno hubo
incredulidad y aun preocupación, porque no había la certeza
de contar con una aprobación de más de 60 por ciento. Pero
ahora nos damos cuenta de que se trató de un reto y que sirvió
de incentivo para trabajar intensamente". En ese sentido, advierte, López
Obrador ha cumplido prácticamente sus 40 compromisos de campaña
y "ese es un elemento muy poderoso que no ha sido tomado en cuenta para
explicar las razones de la popularidad de este gobierno en el DF".
Así, advierte que uno de los rasgos que no ha sido
cabalmente entendido en el proyecto de López Obrador es su carácter
legalista y democrático. "Muy juarista", dice. "Algunos de los críticos
del círculo rojo lo suponen un hombre de orientación caudillista,
que no respeta la ley y busca fórmulas para consolidar un poder
autoritario. Pero esa es una increíble calumnia, pues se trata de
un hombre que respeta la ley y la legalidad, aunque a veces eso signifique
tropezar con los obstáculos de una vieja normatividad, que entorpece
la acción de gobierno".
El funcionario asegura que en el Distrito Federal se ha
logrado enfrentar a los poderes informales, entendidos como "los grandes
negociantes asociados a los políticos para aprovechar las ventajas
del poder. Esa gente está marginada".
Sobre la relación con el gobierno federal, afirma
que se trata de dos proyectos radicalmente opuestos. Sin embargo, en el
ámbito general comparten el compromiso por la transición
a la democracia, si bien advierte que no es fácil promover el cambio
desde una perspectiva conservadora, como la de las autoridades federales.
"Tenemos otra propuesta social y económica, pero
nos colocamos del lado de la transición. Y en cuanto el gobierno
federal empuja en esa dirección estamos con él, pero en cuanto
detenga el proceso o lo desvirtúe, estaríamos en contra.
Sabemos que el proceso está avanzando más lentamente de lo
que desearíamos, pero a la fecha creemos que va en una dirección
correcta". Ortiz Pinchetti sostiene que en estos dos años de gobierno
en la ciudad de México se construyó un proyecto cuyo desarrollo
se advertirá plenamente en las próximas etapas, sustentado
principalmente en 15 programas sociales que se aplican de manera simultánea
para cumplir la promesa de campaña: "Por el bien de todos, primero
los pobres". Ahora, dice, comienzan a dibujarse las acciones que tienden
a fortalecer el desarrollo económico de la ciudad, pues "no podemos
pensar en que sólo el voluntarismo será el camino efectivo
para la solución de los rezagos en la ciudad".
El secretario de Gobierno considera que el proyecto político
de centro-izquierda que encabeza López Obrador se prestigiará
en el futuro, en tanto que se trata de una opción progresista y
reformista ante la política que ha imperado desde 1982, basada en
el neoliberalismo. Esta propuesta política, indica, que surge en
el centro del país y se acompaña de otras propuestas de gobierno,
generará expectativas que el centro-izquierda no había tenido
desde hace 20 años. En razón de lo anterior y en la antesala
de las elecciones de 2003, el PRD ha aumentado su expectativa de voto no
sólo en el ámbito local sino nacional, al pasar de una preferencia
de 17 por ciento a 25 por ciento en todo el país, afirma Ortiz Pinchetti.
Si bien es cierto que el desempeño del gobierno
local se verá muy favorecido si hay una fuerte base del PRD en la
Asamblea Legislativa y en las delegaciones, también hay que advertir
que en estos dos años el GDF ha podido convivir con una legislatura
en la que no hay mayoría perredista y con varias demarcaciones gobernadas
por el PAN. A pesar de lo anterior, sostiene, no ha habido ni una sola
crisis importante entre el jefe de Gobierno y los delegados, porque no
sólo se ha aplicado en serio la teoría política de
la democracia, sino también el respeto a la autonomía de
las delegaciones en el manejo de recursos.
Frente a las críticas, Ortiz Pinchetti considera:
"Hay sectores que no quieren ver los resultados de este gobierno, aunque
ya son evidentes. Pero la masa popular está apoyando sólidamente
este proyecto. Y aun en los sectores más progresistas, de izquierda,
hay esa actitud que se origina en una mentalidad de permanente insatisfacción".
En todo caso, dice, "bienvenidas las críticas que nos alejan de
la autocomplacencia, pero debemos añadir los matices y el reconocimiento
a un gobierno que cumple cuanto promete".