Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 3 de noviembre de 2002
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Espectáculos
No se respetó el horario del programa y hubo cancelaciones que no se informaron

Desorganización y fallas de sonido en el Aca World Sound Festival

A diferencia de la anterior edición, predominó gente que poco tenía que ver con lo electrónico

El único escenario que estuvo lleno fue el del género psycho, con unos 2 mil jóvenes

PATRICIA PEÑALOZA ENVIADA

Acapulco, Gro. 2 de noviembre. Sobre 150 mil metros cuadrados de arena, lodo, nopales y arbustos, cerca de 25 mil jóvenes atiborraron la segunda emisión del Aca World Sound Festival (AWSF), en Acapulco, Guerrero, la noche entera del viernes al sábado, para darle tremenda huaracheada al cuerpo, a ritmo de una fiesta electrónica que varió del sudor house al desafore psycho-mañanero, pasando por una lluvia que de madrugada mojó los espíritus sedientos de posmoderno desfogue.

Ubicado en el área de Barra Vieja, el ejido El Podrido (donde la productora World Sound Fest ubicó ahora este festival -la primera emisión fue en 2000, en Tres Vidas-), el AWSF 2002 tuvo eufóricos resultados, mas dio un gran giro a diferencia de la primera emisión: aunque la infraestructura fue superior (enormes pantallas con alucinantes imágenes, 13 generadores, cuatro pozos de agua, 27 kilómetros de cableado eléctrico subterráneo, escenarios machines, excelente sonido), la esencia de cada escenario se difuminó, el espíritu fue menos para seguidores de hueso colorado y más para los poco involucrados con la escena.

La asistencia atronadora de esta primera de dos noches de festival, se dio en el escenario del género que en años recientes ha enganchado a muchos en México, el psycho (psychodelic trance): esa fue la única pista que permaneció llena y viva (unas 2 mil personas) hasta las nueve de la mañana del sábado. Antorchas giratorias, lucecitas fluorescentes, bailes sobre tarimas, máscaras, sombreros, pintas en la cara, ánimos tribales, hicieron de esta área la más alucinante, a pesar de tratarse del género de calidad más elemental (o quizá debido a ello).

A pesar de que el alcohol estaba muy caro y que a varios que por ahí cacharon quemando cannabis los sacaron del festival, la cachondería brotaba por doquier. Cuerpos hermosos, caritas angelicales, rostros galanes: la euforia rítmica como unidad generacional, sin más mensaje que las ganas de estar juntos sintiendo que a algo se pertenece. Caminatas por entre espinas y matorrales hacían de la travesía nocturna, sin luna ni estrellas, brumosa y fresca, una pequeña aventura para tantas urbanas almas.

Errores y omisiones

En cada escenario triunfaron diversos diyéis y músicos, aunque la mayoría de la gente deambulaba sin saber bien quiénes estaban tocando, debido a que no se respetaron los horarios del programa, y a que en ningún tinglado había alguna especie de presentador. Además, se cambiaban e incluían a la mera hora actos no programados; otros cancelaban pero nadie se enteraba.

Más rasgos criticables: deficiente fue haber excluido géneros de gran contundencia como el drum&bass, jungle, dub, etcétera; asimismo, la vez pasada, cada escena tenía su personalidad; ahora los organizadores programaron un elenco casi homogéneo, en general tendiente al progressive house (de ritmo anímico alto, bastante asequible) de modo que todo sonaba casi igual, salvo aquellos números que destacaron por tener mayor identidad: en el tinglado principal, Sander Kleinenberg, Electric Skychurch y Roger Sánchez; en el House, el maestrazo aunque aferrado Danny Tenaglia, así como Marques Wyatt (lástima que ahí chafeó el equipo de sonido); en el Chill out, fue contundente la mezcla samba-caribeña de Buscemi (acto durante el cual deambularon Diego Luna, Gaby y Juan Claudio Retes); en éste, fue notable la experimental participación del mexicano Alvaro Ruiz, aunque lo oyó poca gente. En el Million Wishes tuvieron eco Sussie 4 de Nopal Beat, el bandón tropichicano de Ozomatli y Danny Rampling; en el psycho, James Monroe y Vatos Locos.

Mientras algunos asistentes (en su mayoría mexicanos, a diferencia de hace dos años, en que cerca de un tercio eran extranjeros) se manifestaron felices, otros, como un joven local, reprobaron el actual festival: "No me gusta esta emisión; lo que toca Televisa, lo vuelve trivial. Como que ahora vino más masa que gente clavada en el electrónico".

Para ayer sábado al mediodía, los organizadores esperaban recibir a cerca de 40 mil asistentes, debido a que los platos más fuertes de ayer fueron Beck con los Flaming Lips, además de Deep Dish, Gilles Peterson, DJ Craze, Los amigos invisibles, Kinky, Sasha&Digweed e Infected Mushroom. Hoy domingo por la noche, como parte de la organización del festival, aunque fuera de él, se presentarán en caras discotecas algunos de los diyéis que estuvieron en el elenco.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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