No se respetó el horario del programa
y hubo cancelaciones que no se informaron
Desorganización y fallas de sonido en el Aca
World Sound Festival
A diferencia de la anterior edición, predominó
gente que poco tenía que ver con lo electrónico
El único escenario que estuvo lleno fue
el del género psycho, con unos 2 mil jóvenes
PATRICIA PEÑALOZA ENVIADA
Acapulco, Gro. 2 de noviembre. Sobre 150 mil metros
cuadrados de arena, lodo, nopales y arbustos, cerca de 25 mil jóvenes
atiborraron la segunda emisión del Aca World Sound Festival (AWSF),
en Acapulco, Guerrero, la noche entera del viernes al sábado, para
darle tremenda huaracheada al cuerpo, a ritmo de una fiesta electrónica
que varió del sudor house al desafore psycho-mañanero,
pasando por una lluvia que de madrugada mojó los espíritus
sedientos de posmoderno desfogue.
Ubicado
en el área de Barra Vieja, el ejido El Podrido (donde la productora
World Sound Fest ubicó ahora este festival -la primera emisión
fue en 2000, en Tres Vidas-), el AWSF 2002 tuvo eufóricos resultados,
mas dio un gran giro a diferencia de la primera emisión: aunque
la infraestructura fue superior (enormes pantallas con alucinantes imágenes,
13 generadores, cuatro pozos de agua, 27 kilómetros de cableado
eléctrico subterráneo, escenarios machines, excelente sonido),
la esencia de cada escenario se difuminó, el espíritu fue
menos para seguidores de hueso colorado y más para los poco involucrados
con la escena.
La asistencia atronadora de esta primera de dos noches
de festival, se dio en el escenario del género que en años
recientes ha enganchado a muchos en México, el psycho (psychodelic
trance): esa fue la única pista que permaneció llena
y viva (unas 2 mil personas) hasta las nueve de la mañana del sábado.
Antorchas giratorias, lucecitas fluorescentes, bailes sobre tarimas, máscaras,
sombreros, pintas en la cara, ánimos tribales, hicieron de esta
área la más alucinante, a pesar de tratarse del género
de calidad más elemental (o quizá debido a ello).
A pesar de que el alcohol estaba muy caro y que a varios
que por ahí cacharon quemando cannabis los sacaron del festival,
la cachondería brotaba por doquier. Cuerpos hermosos, caritas angelicales,
rostros galanes: la euforia rítmica como unidad generacional, sin
más mensaje que las ganas de estar juntos sintiendo que a algo se
pertenece. Caminatas por entre espinas y matorrales hacían de la
travesía nocturna, sin luna ni estrellas, brumosa y fresca, una
pequeña aventura para tantas urbanas almas.
Errores y omisiones
En
cada escenario triunfaron diversos diyéis y músicos,
aunque la mayoría de la gente deambulaba sin saber bien quiénes
estaban tocando, debido a que no se respetaron los horarios del programa,
y a que en ningún tinglado había alguna especie de presentador.
Además, se cambiaban e incluían a la mera hora actos no programados;
otros cancelaban pero nadie se enteraba.
Más rasgos criticables: deficiente fue haber excluido
géneros de gran contundencia como el drum&bass, jungle,
dub, etcétera; asimismo, la vez pasada, cada escena tenía
su personalidad; ahora los organizadores programaron un elenco casi homogéneo,
en general tendiente al progressive house (de ritmo anímico
alto, bastante asequible) de modo que todo sonaba casi igual, salvo aquellos
números que destacaron por tener mayor identidad: en el tinglado
principal, Sander Kleinenberg, Electric Skychurch y Roger Sánchez;
en el House, el maestrazo aunque aferrado Danny Tenaglia, así
como Marques Wyatt (lástima que ahí chafeó el equipo
de sonido); en el Chill out, fue contundente la mezcla samba-caribeña
de Buscemi (acto durante el cual deambularon Diego Luna, Gaby y Juan Claudio
Retes); en éste, fue notable la experimental participación
del mexicano Alvaro Ruiz, aunque lo oyó poca gente. En el Million
Wishes tuvieron eco Sussie 4 de Nopal Beat, el bandón tropichicano
de Ozomatli y Danny Rampling; en el psycho, James Monroe y Vatos
Locos.
Mientras algunos asistentes (en su mayoría mexicanos,
a diferencia de hace dos años, en que cerca de un tercio eran extranjeros)
se manifestaron felices, otros, como un joven local, reprobaron el actual
festival: "No me gusta esta emisión; lo que toca Televisa, lo vuelve
trivial. Como que ahora vino más masa que gente clavada en el electrónico".
Para ayer sábado al mediodía, los organizadores
esperaban recibir a cerca de 40 mil asistentes, debido a que los platos
más fuertes de ayer fueron Beck con los Flaming Lips, además
de Deep Dish, Gilles Peterson, DJ Craze, Los amigos invisibles, Kinky,
Sasha&Digweed e Infected Mushroom. Hoy domingo por la noche, como parte
de la organización del festival, aunque fuera de él, se presentarán
en caras discotecas algunos de los diyéis que estuvieron en el elenco.