Colectiva de seis becarios en el Museo de la
Ciudad
Maritza López altera su línea convencional
sobre el desnudo
Aplica elementos químicos para manipular sus
fotografías
Exhibirá 32 imágenes enriquecidas con
textos poéticos
ANGEL VARGAS
La más reciente exposición de Maritza López,
Plata y letra sobre piel, continúa la línea que la
fotógrafa ha desarrollado durante los pasados tres lustros: el desnudo.
Se trata, sin embargo, de una muestra singular para la artista, pues presenta
un trabajo innovador: la alteración de la fotografía mediante
elementos químicos.
Constituida por 32 piezas montadas en formatos cuadrados
y rectangulares de 50 por 60 centímetros, la serie aborda el amor
y el desamor, los encuentros y los desencuentros humanos, y será
inaugurada este domingo como parte de la colectiva Seis artistas visuales
en el Museo de la Ciudad de México.
Cuerpos segmentados
El
trabajo de Maritza López ofrece imágenes tortuosas, etéreas,
fantasmagóricas, deslavadas, de cuerpos femeninos y masculinos segmentados
que dan una impresión pictórica, incluso una sensación
de textura, merced a la intervención caprichosa de los agentes químicos
con las que fueron tratadas después del proceso del revelado.
Cada una de las fotografías está enriquecida
con textos superpuestos de fragmentos de poesías, entre otros, de
Octavio Paz, Carlos Pellicer, Myriam Moscona y anónimos franceses.
La curiosidad fue el motor para que la creadora experimentara
con la alteración fotográfica. Aunque no quería hacerlo
en la concepción y la creación de las imágenes, y
lo orientó al proceso de impresión.
''Tengo 15 años haciendo desnudos, he buscado y
experimentado diversas formas; he jugado con el movimiento, con la textura,
con los contrastes y la forma. Este trabajo, entonces, es resultado de
mi continua investigación que ahora abarca no sólo las posiciones
sino la manera de accidentar los materiales, algo que está de moda
en la fotografía contemporánea. No significa que esté
cansada del desnudo convencional, pero sí quería innovar",
señala.
El proceso ''consiste en tener la foto; meterla en una
sustancia, la cual la aclara un poco; después, con una brochita
y otra sustancia, pinto algunas partes de la pieza, la sumerjo en el toner
y ahí reaparece la imagen, ya con los accidentes".
Escultura y pintura
La manipulación química, apunta Maritza
López, dota a cada pieza de ''un efecto fuerte, doloroso, de algo
que quema, quizá por el color sepia amarillento que adquiere. No
obstante, no todas las imágenes de esta exposición son de
posiciones encontradas, sino que aparecen algunas formas también
divertidas".
Cada una de las fotografías tendrá que ser
reproducida mediante escáner y después montada, pues de otra
forma no puede garantizarse la permanencia intacta de las imágenes
por mucho tiempo debido a que los nitratos están alterados.
Plata y letra sobre piel se hizo acreedora a una
beca del programa Artes por todas partes, convocado por la ahora
Secretaría de Cultura capitalina cuando aún era instituto,
en el cual se inscribieron 700 proyectos, de los cuales fueron escogidos
cerca de 70.
La beca consta de 30 mil pesos, repartidos en tres exhibiciones
mensuales de 10 mil pesos y compromete a cada artista a presentar su obra
en 10 espacios del gobierno del DF (casas de la cultura, delegaciones u
otros centros), así como a ofrecer conferencias y charlas; la primera
será el 4 de junio, también en el Museo de la Ciudad de México.
Además de la serie de Maritza López, la
colectiva Seis artistas visuales en el Museo de la Ciudad de México
presenta escultura del japonés Kiyoto Ota, fotografía de
Laura Barrón, pintura de Claudia Gallegos, mantas de Claudia García
Calderón y una ''intervención plástica" de Santiago
Borja.
Será inaugurada este domingo a las 13 horas en
ese recinto, ubicado en Pino Suárez 30, Centro Histórico.
Allí permanecerá hasta el 16 de junio, para itinerar en otros
espacios culturales.