Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 25 de mayo de 2002
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Capital
Al final del acto, los respectivos simpatizantes intercambiaron manotazos y patadas

La división entre grupos marcó la toma de posesión de Círigo y Guerrero en el PRD-DF

El presidente y el secretario general entrantes se comprometen a trabajar por el partido

JOSEFINA QUINTERO

En una accidentada sesión, ayer tomaron posesión como presidente y secretario general del PRD capitalino Víctor Hugo Círigo y Agustín Guerrero, respectivamente. La cita era a las 18 horas, pero la falta de quórum y la división entre los grupos retrasaron el acto, que dio inicio una hora después, entre gritos y descalificaciones.

La llegada de los participantes marcaba la división entre ambos dirigentes, y la tensión era evidente. La asistencia de 71 consejeros, en su mayoría a favor de Agustín Guerrero, permitió que se realizara la toma de protesta, que fue interrumpida varias veces por abucheos y gritos.

Afuera del salón Herberto Castillo, también se expresaban los simpatizantes de ambos dirigentes; por las porras y descalificaciones se identificaba a quién apoyaba cada grupo.

Al tomar la palabra el ahora presidente del PRD capitalino, Víctor Hugo Círigo, consejeros encabezados por la diputada Dione Anguiano se pusieron de pie y se voltearon de espalda mientras el dirigente hablaba.

Círigo llamó a los perredistas a unir esfuerzos para enfrentar los grandes retos que tienen en el corto plazo, como la aprobación de la reforma política del DF; acabar con actitudes facciosas en los órganos de dirección y zanjar diferencias.

Las palabras de Círigo provocaron que los simpatizantes de Guerrero, que escuchaban el discurso en la calle, golpearan puertas y ventanas, al tiempo que gritaban: "¡Agustín será presidente, será y lo verán!"

Mientras, Círigo asumía el compromiso de hacer que el PRD capitalino "tenga una sólida vida institucional, que deje atrás la lucha despiadada entre facciones; debemos pasar del partido del conflicto interno eterno, al partido de la acción política concertada, que incida de manera determinante en nuestro rumbo", y expresó que "no dudaremos en recurrir a la movilización para que se apruebe la reforma política".

En respuesta a las acciones de las diputadas Dione Anguiano y Susana Manzanares en apoyo de Guerrero, Ruth Zavaleta calificó de ardidos a quienes interrumpían el discurso de Círigo.

En su oportunidad, Agustín Guerrero anunció que en los próximos días presentará a la Comisión de Legalidad y Transparencia el expediente de las anomalías registradas en los pasados comicios, para que en un plazo no mayor de 90 días resuelva lo conducente, y reiteró que recurrirá a la movilización ante cualquier intento del gobierno federal de privatizar las industrias eléctrica y petrolera.

Sin embargo, ambos dirigentes garantizaron que trabajarán en favor de su partido, con el objetivo de enfrentar con éxito la elección de 2003 y apoyar hasta 2006 al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Al final del acto estaban enardecidos los ánimos. Los simpatizantes de Guerrero calificaban de porros a los círigos, lo cual fue el detonante para un breve intercambio de manotazos y patadas.

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