Al final del acto, los respectivos simpatizantes
intercambiaron manotazos y patadas
La división entre grupos marcó la toma
de posesión de Círigo y Guerrero en el PRD-DF
El presidente y el secretario general entrantes se comprometen
a trabajar por el partido
JOSEFINA QUINTERO
En una accidentada sesión, ayer tomaron posesión
como presidente y secretario general del PRD capitalino Víctor Hugo
Círigo y Agustín Guerrero, respectivamente. La cita era a
las 18 horas, pero la falta de quórum y la división entre
los grupos retrasaron el acto, que dio inicio una hora después,
entre gritos y descalificaciones.
La
llegada de los participantes marcaba la división entre ambos dirigentes,
y la tensión era evidente. La asistencia de 71 consejeros, en su
mayoría a favor de Agustín Guerrero, permitió que
se realizara la toma de protesta, que fue interrumpida varias veces por
abucheos y gritos.
Afuera del salón Herberto Castillo, también
se expresaban los simpatizantes de ambos dirigentes; por las porras y descalificaciones
se identificaba a quién apoyaba cada grupo.
Al tomar la palabra el ahora presidente del PRD capitalino,
Víctor Hugo Círigo, consejeros encabezados por la diputada
Dione Anguiano se pusieron de pie y se voltearon de espalda mientras el
dirigente hablaba.
Círigo llamó a los perredistas a unir esfuerzos
para enfrentar los grandes retos que tienen en el corto plazo, como la
aprobación de la reforma política del DF; acabar con actitudes
facciosas en los órganos de dirección y zanjar diferencias.
Las palabras de Círigo provocaron que los simpatizantes
de Guerrero, que escuchaban el discurso en la calle, golpearan puertas
y ventanas, al tiempo que gritaban: "¡Agustín será
presidente, será y lo verán!"
Mientras, Círigo asumía el compromiso de
hacer que el PRD capitalino "tenga una sólida vida institucional,
que deje atrás la lucha despiadada entre facciones; debemos pasar
del partido del conflicto interno eterno, al partido de la acción
política concertada, que incida de manera determinante en nuestro
rumbo", y expresó que "no dudaremos en recurrir a la movilización
para que se apruebe la reforma política".
En respuesta a las acciones de las diputadas Dione Anguiano
y Susana Manzanares en apoyo de Guerrero, Ruth Zavaleta calificó
de ardidos a quienes interrumpían el discurso de Círigo.
En su oportunidad, Agustín Guerrero anunció
que en los próximos días presentará a la Comisión
de Legalidad y Transparencia el expediente de las anomalías registradas
en los pasados comicios, para que en un plazo no mayor de 90 días
resuelva lo conducente, y reiteró que recurrirá a la movilización
ante cualquier intento del gobierno federal de privatizar las industrias
eléctrica y petrolera.
Sin embargo, ambos dirigentes garantizaron que trabajarán
en favor de su partido, con el objetivo de enfrentar con éxito la
elección de 2003 y apoyar hasta 2006 al gobierno de Andrés
Manuel López Obrador.
Al final del acto estaban enardecidos los ánimos.
Los simpatizantes de Guerrero calificaban de porros a los círigos,
lo cual fue el detonante para un breve intercambio de manotazos y patadas.